El enigmático empresario vinculado al mundo de la inteligencia tiene una vieja relación con Diego Colunga, a quien impulsó para llegar al directorio de Aerolíneas Argentinas a través de Santiago Caputo.Los contratos de sus empresas con diversos organismos del Estado.
Juan Pablo Pinto, uno de los pilotos que trajo al país el avión Bombardier 500 de Leonardo Scatturice, el empresario amigo del Gobierno, presentó un escrito en la justicia para explicar de quién eran los 10 bultos que bajaron de la aeronave, pero allí indicó que despegó de un aeropuerto en Miami que no es el que figura en los papeles del vuelo.Pinto dijo en su escrito que despegó el 26 de febrero desde Kopf Opa Locka, en Miami. Sin embargo, oficialmente se registró que el jet privado partió desde Fort Lauderdale.Según la declaración general de vuelo, la aeronave provenía del aeropuerto KFLL-Fort Lauderdale, Florida, Estados Unidos. Sin embargo, en mensajes de WhatsApp enviados por el piloto al personal de la empresa Royal Class, que fueron aportados en el expediente judicial por esa compañía, indicaba que la aeronave provenía y regresaría el 12 de marzo al aeropuerto de Opa-locka (KOPF). Ahora el piloto confirma lo que dicen estos mensajes. La Empresa Argentina de Navegación Aérea (EANA) aportó la faja de progreso de vuelo y mensajes AMHS, que contienen información relativa al plan de vuelo y su trayectoria, de los cuales también se desprende que la aeronave habría provenido de Opa-locka (KOPF).Este detalle es clave porque habla de los controles que se realizaron sobre el equipaje al salir de los Estados Unidos, uno de los argumentos que la empresa de Scatturice esgrimió para asegurar que el equipaje fue controlado al partir.El piloto Pinto dijo que bajaron de la aeronave con la única pasajera, Laura Belén Arrieta, que es empleada de la firma de Scatturice. Los fiscales Claudio Navas Rial y Sergio Domínguez creen que pudo haber irregularidades porque en los videos del aeroparque se ve que bajaron con al menos 10 bultos, pero se registraron cinco. Y dos valijas quedaron en la aeronave.El piloto Pinto se presentó espontáneamente en la causa para explicar de quién era cada bulto. Dijo que tras el control de migraciones fueron a recoger el equipaje a la cinta. Contó que "en el caso de la pasajera Laura Belén Arrieta, llevaba una valija marca Louis Vuitton y un carry on de pequeñas dimensiones; en el caso del otro comandante, José Luis Donato Bresciano, una valija con ropa y su valija de vuelo o carry on". Y en su caso, dijo: "Mi valija de vuelo, un carry on pequeño con calzado, una impresora en su caja, un inflable en una bolsa transparente, una mochila con ruedas para mi hijo menor de edad, una valija con mi ropa y una guitarra en su estuche". Dijo que en el interior de la valija de vuelo había "manuales del avión, licencias, ipads con cartografía aeronáutica, headsets, linternas y demás elementos de seguridad y uso propios de la actividad". Además, negó falta de controles y dijo que los procesos migratorios y de chequeo de equipaje fueron los habituales. Sin embargo en las imágenes se advierte como le levantaron una barrera para que pudieran pasar sin ser controlados, mientras a su lado se formaba una fila de pasajeros a la espera de los controles.El piloto sostuvo que arriba del avión se le informó a los agentes de PSA y Aduana que dos valijas que pertenecían a Arrieta y Víctor Du Plooy quedarían en el avión. El ejecutivo de OCP Tech, la empresa de Scatturice, subió al avión en Aeroparque para continuar con el vuelo con rumbo a París."En la imagen se ve a un maletero de Royal Class empujando un carro (recuadro verde) con mi equipaje detallado en el párrafo precedente, y se observa sin dificultad en la base la valija con mi ropa, sobre ella el inflable, sobre el inflable la mochila con ruedas de mi hijo, arriba la guitarra y por último, en la parte superior, la impresora", sostuvo."Du Plooy viajó a la Argentina en un vuelo comercial unos días después, y sabiendo que yo lo hacía en un avión privado me pidió se la trajese [la guitarra] por miedo a que en el vuelo comercial se la dañaran, junto con la valija que quedó en tránsito dentro del avión para ser llevada luego en el viaje a París", afirmó Pinto en el escrito.El piloto también adjuntó recibos de las compras de una mochila con rueditas y un inflable en la plataforma Amazon que fueron entregadas a él y que, según dijo, eran para su hijo."Con lo expuesto, entiendo aclarada la cuestión del equipaje, de qué se trata cada pieza y a quién corresponde cada una, surgiendo inequívocamente por un lado que soy quien trajo los cinco bultos que se encuentran en el carro que se observa en la primera de las fotografías que se acompañan, y de qué se trata cada bulto transportado en él. Entiendo también aclarado qué equipaje trajo el otro comandante y que la pasajera trajo una valija, un carry on y su cartera", dijo en un intento de despejar definitivamente las dudas. Los fiscales Navas Rial y Rodríguez enumeraron una serie de inconsistencias en un dictamen del 11 de junio pasado:El procedimiento de control aplicado "se basó en la discrecionalidad". No se observaron "instancias de fiscalización exhaustiva ni registros documentales que acrediten inspecciones presenciales en áreas críticas".Se constató una omisión en el control del equipaje ingresado al país por los dos tripulantes y la pasajera al momento del arribo de la aeronave, cuya causa no ha podido ser determinada con certeza hasta el momento. "No se descarta, como hipótesis, la existencia de una instrucción externa que habría condicionado el desarrollo de los procedimientos previstos", dijo el fiscal.No se hallaron registros oficiales que acrediten la existencia de un control continuo sobre la aeronave durante su permanencia en el hangar de la firma Royal Class. Las filmaciones aportadas por la empresa que acreditan la permanencia del avión en el hangar aparecen cortadas, con huecos.Se detectaron inconsistencias en los registros migratorios vinculados a los tripulantes y pasajeros.Se detectaron inconsistencias vinculadas al origen del vuelo.Se detectaron inconsistencias vinculadas al equipaje declarado. Se consignó de forma manual el ingreso de cinco bultos correspondientes a la tripulación y la pasajera. Sin embargo, del análisis de las imágenes aportadas por la PSA incorporadas al expediente, surge que el grupo vinculado trasladaba más de diez bultos.Se detectaron inconsistencias en relación con el contenido de la bodega del avión, ya que había dos valijas que quedaron en tránsito. "La ausencia de registros visuales continuos durante la permanencia de la aeronave en el hangar impide verificar que su contenido haya permanecido inalterado, como así también, permiten dudar de que efectivamente hayan sido subidas al avión en el aeropuerto de origen".Se detectaron inconsistencias en la información relativa a la existencia misma del vuelo en las bases de datos estatales. La ANAC informó que no existían registros oficiales de movimientos de la aeronave durante las fechas indicadas, evidenciando una falta de información sobre el ingreso y egreso de la aeronave al espacio aéreo argentino.
La abogada y periodista presentó nuevas pruebas que involucran al propietario de la aeronave en una operación inmobiliaria millonaria que tuvo lugar un día antes de que las valijas ingresaran al país. Leer más
La Justicia identificó a la funcionaria de la Aduana que tomó el celular de Laura Arrieta y luego permitió que sus valijas no pasarán por el escáner. La citarán a declarar para que revele quién le hizo el pedido. Semejanzas y diferencias con el caso de Antonini Wilson.
El presidente Javier Milei buscó despegarse del caso del avión privado que entró al país sin que se controlen las valijas el 26 de febrero pasado. Dijo que no es amigo ni sería capaz de reconocer a Leonardo Scatturice, el dueño de la aeronave, y que apenas se sacó una foto con la única pasajera de ese vuelo, Laura Belén Arrieta. A su juicio no hubo ninguna irregularidad en lo que pasó con ese vuelo en Aeroparque y que la decisión de no controlar las valijas de Arrieta y la tripulación fue "discrecional y arbitraria" del personal de la Aduana. "Ellos deciden quién pasa y quién no (por los controles). Es algo absolutamente convencional"."Que yo tenga una foto con una determinada persona no me hace amigo. Tengo una foto con esa chica en la que hay como 10 personas. Lo que pido es que muestren la foto completa", dice, en relación a un encuentro con Arrieta en noviembre pasado, durante una cumbre en Buenos Aires de la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC).Noticia en desarrollo
El Presidente habló sobre el tema en una entrevista radial que brindó este miércoles.
"Nadie que entró se fue ni se irá nunca de la Aduana". La sentencia sale de boca de un conocedor de los pasillos del edificio de Azopardo 350, donde funciona la sede porteña de la Dirección General de Aduanas, la entidad más antigua del país, hoy en el ojo de la tormenta por su responsabilidad en el ingreso, el 25 de febrero pasado, del avión privado propiedad del empresario Leonardo Scatturice, con Laura Belén Arrieta como única pasajera y -sobre todo- con diez bultos que no fueron revisados en su totalidad, antes de que el jet siguiera viaje el 5 de marzo hacia Francia, luego de varios días en un hangar de Aeroparque. Nacida en el siglo XVI con la llegada del adelantado Pedro de Mendoza a estas tierras, la Aduana fue, a la vez, el órgano encargado del control de los bienes que ingresan y salen del país, y foco de sospechas de contrabando y corrupción. Los distintos gobiernos han designado personas de su confianza en la dirección general de la Aduana, mientras las subdirecciones-cuatro en la actualidad-son ocupadas por funcionarios de carrera, que resisten el paso de las distintas administraciones. En el actual organigrama, la Aduana depende de Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA), la ex AFIP, órgano autárquico bajo la órbita del Ministerio de Economía que conduce Juan Pazo, hasta hace poco, miembro del equipo del ministro Luis "Toto" Caputo, y con un fugaz paso como secretario de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería, también durante la gestión libertaria. Integrante del gobierno de Mauricio Macri al igual que Caputo, Pazo dio hoy las primeras explicaciones sobre el caso del avión. "Cuando hicimos este sumario, la Aduana no detectó ninguna irregularidad y la Justicia continuó investigando. Ahora es tiempo de darle al juzgado de Pablo Yadarola la posibilidad de seguir delante con la investigación", explicó Pazo. Ayer, sin embargo, los fiscales aportaron pruebas que demostrarían lo contrario, que hubo fallas en el control. En relación a la responsabilidad específica de la Aduana en el caso, que es la del control del equipaje, Pazo sostuvo que "no se escanea el 100% de las valijas y del equipaje que viene a la República Argentina", sobre todo de país con una tradición de controles estrictos, como Estados Unidos. Debajo de Pazo, en el organigrama oficial aparece el director general de Aduanas, José Andrés Velis, nombrado vía decreto en octubre del año pasado, con la firma del presidente Javier Milei y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. Dos fuentes vinculadas al sector definen a Velis como un "funcionario idóneo" y de "perfil bajo", que en los hechos responde al multifacético asesor presidencial Santiago Caputo, cuyo heterogéneo área de influencia incluye los ministerios de Salud y Justicia, la Side e YPF, entre otros.Debajo de Velis aparecen cuatro subdirectores: Marcelo Fabián Mignone (técnico legal aduanero); el ingeniero Marcelo Alejandro Sosa (operaciones aduaneras metropolitanas); Horacio Raúl Alasia (operaciones de Interior) y el abogado Juan Manuel Francia (control aduanero), todos de larga carrera en la Aduana. Funcionarios de administraciones anteriores relacionan a Mignone con Ricardo Echegaray, quien fuera titular de la AFIP y director general de Aduanas durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner. "Echegaray nombró y ascendió a un montón de funcionarios que hoy están en rangos altos y en subdirecciones. El tampoco se terminó de ir de la Aduana", comentó otra fuente informada de lo que ocurre puertas adentro del organismo de control. Las mismas fuentes recuerdan que luego de la extensa gestión de Echegaray, esos mismos subdirectores "sobrevivieron" a las gestiones en la Aduana de Juan José Gómez Centurión (apartado luego de una denuncia de corrupción) y de Diego Dávila, a cargo durante el gobierno de Cambiemos. También hay "sobrevivientes" de la gestión del entrerriano Guillermo Michel, que ya había trabajado en la Aduana con Echegaray, y que es, desde hace años, cercano a Sergio Massa. Ante la consulta de LA NACION, cerca de Michel rechazaron que el hoy pre-candidato a diputado nacional por Entre Ríos tenga vinculación alguna con el funcionamiento actual de la Aduana. En la misma línea de Pazo, la Casa Rosada, el Ministerio de Economía y la Aduana insisten en que "la Justicia es la que debe hablar", y que no emitirán más opiniones sobre el asunto. Al igual que la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) y Migraciones, que debían controlar distintas etapas de la llegada del avión y su tripulación, la Aduana está hoy en el ojo del huracán por las derivaciones de la llegada y salida del misterioso avión de Leonardo Scatturice, un empresario cercano al Gobierno.
Estruendoso silencio del vocero Manuel Adorni, que en su momento había desmentido cualquier irregularidad en el hecho.Confusas versiones sobre la empleada de Aduana involucrada.
OCP Tech, la empresa de Leonardo Scatturice dueña del Bombardier Global 5000, dijo que la aeronave, la tripulación y la pasajera Laura Belén Arrieta cumplieron con todos los controles establecidos en su ingreso al país en el vuelo de febrero pasado investigado por supuestas irregularidades en su arribo a Buenos Aires. Según un comunicado de la firma, el vuelo salió de un aeropuerto en Estados Unidos con todos los controles migratorios y de aduana correspondientes y cuando arribó a Ezeiza recibió "todos los controles que marca el protocolo para un avión en tránsito". Una semana económica agitada: las señales sobre la Argentina que más preocupan en Wall Street y los factores que se minimizan"El avión quedó en tránsito una semana, cerrado con llave en un hangar videovigilado (de la empresa Royal Class) y luego completó su vuelo hacia el destino final (París), donde fue objeto nuevamente de todos los controles. No hubo ninguna irregularidad ni falta de controles", agregaron. De acuerdo con OCP Tech, la tripulación del avión consistía de un piloto, un copiloto y un asistente de vuelo, todos empleados de la compañía y la única pasajera de ese vuelo -Arrieta- es también trabajadora de la empresa. "Respecto de las versiones periodísticas, es importante aclarar que es falso que la pasajera del avión haya llegado al país con 10 valijas. El avión transportaba cuatro valijas y cuatro maletas de cabina, además de otros dos paquetes de dimensiones menores. Como es habitual, cada uno de los participantes del vuelo tenía una valija y un equipaje de mano", aseguraron. Según esta versión, Arrieta solo llevaba una valija (la Louis Vuitton) y un carry on. Por último, dijeron que la empresa se puso a disposición de la Justicia con el ánimo de colaborar en el esclarecimiento de los hechos.Los fiscales que investigan el ingreso al país del vuelo privado desde Miami presentaron un dictamen en el que muestran imágenes sobre cómo el equipaje habría eludido las revisaciones.El dictamen de 47 páginas, al que accedió LA NACION, fue dado a conocer el domingo a la noche por TN.Las sospechas de irregularidades en el ingreso al país de este avión fueron hechas públicas por Carlos Pagni en el programa Odisea Argentina, de LN+. El vocero presidencial, Manuel Adorni, negó en su momento que el equipaje hubiera eludido los controles. "Es fácticamente imposible que alguien haya visto a alguien con diez valijas", dijo Adorni. Pero los fiscales aportaron pruebas que demostrarían lo contrario. Adorni evitó hoy responder a las consultas de LA NACION.El día siguiente a que Pagni mencionó el episodio, la Aduana emitió un comunicado en el que señaló que "tanto a la aeronave como a la tripulación y a los pasajeros se les realizaron los controles de rutina, conforme a la normativa vigente al momento del arribo del medio de transporte, sin detectarse ninguna irregularidad o novedad en el proceso". Explicó que "el avión quedó en situación de tránsito en un hangar del aeropuerto hasta el día 5 de marzo, cuando partió con destino final a París, donde también se efectuaron los trámites de rutina sin que se registraran novedades".Scatturice, empleador de la joven de 32 años, está radicado en Miami y tiene un pasado ligado al espionaje. Arrieta y Scatturice fueron organizadores de la conferencia conservadora CPAC en Buenos Aires, de la que participó Javier Milei. Fue a través de la CPAC, en Estados Unidos, que Milei accedió al presidente Donald Trump. Con la difusión del viaje de Arrieta salió a la luz el vínculo de Scatturice con el Gobierno. El empresario es ahora uno de los accionistas de Flybondi, una de las low cost habilitadas en la Argentina.
El Gobierno pasó de las desmentidas al silencio. Desde la gestión de Javier Milei evitaron hoy pronunciarse públicamente sobre las nuevas revelaciones en relación al avión privado de un empresario cercano que llegó a Aeroparque el 26 de febrero pasado, con una sola pasajera [Laura Belén Arrieta] y cuyo equipaje no habría sido controlado por la Aduana. Los fiscales que investigan el ingreso al país de valijas que no habrían sido controladas presentaron un dictamen en el que muestran imágenes sobre cómo el equipaje eludió las revisaciones. Se trata del avión privado Bombardier Global 5000, con matrícula de los Estados Unidos N18RU y que venía desde Miami. Es propiedad de Leandro Scatturice, el el comprador de Flybondi y uno de los nexos entre el gobierno argentino y el círculo cercano al presidente estadounidense,Donald Trump. Arrieta es una joven argentina de 32 años que integró el comité organizador de la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC) y que trabaja para Scatturice. "Hay una causa judicial en curso, no la queremos entorpecer. Dejaremos que se expida la Justicia", señalaron a LA NACION fuentes oficiales con conocimiento del expediente, radicado en el Juzgado Penal Económico Número 2, a cargo de Pablo Yadarola. También la Procuraduría de Investigaciones Administrativas (PIA), fiscalía especializada en corrupción, abrió un expediente para investigar el ingreso al país de la joven Arrieta y de su equipaje. Otras fuentes oficiales buscaron sembrar dudas sobre el informe revelado anoche por TN, que fue en base a un informe del Ministerio Público Fiscal al que también accedió LA NACION. "No queda claro si fueron revisadas o no, sólo hay fotos de momentos de su traslado", dijeron en el Gobierno. Desde que se reveló el escándalo, en una editorial de Carlos Pagni, en LN+, la Casa Rosada y la Aduana buscaron desmentir el caso. El vocero presidencial Manuel Adorni desmintió irregularidades en la llegada y estadía del avión, que el 5 de marzo siguió su camino hacia Francia. "Recibió todos los controles de rutina", dijo el portavoz en una de sus conferencias de prensa. Pero los fiscales aportaron pruebas que demostrarían lo contrario. Hoy, Adorni evitó responder las consultas de LA NACION. Manuel Adorni, sobre las valijas del avión de ScatturiceEl vocero calificó de "fácticamente imposible" que Arrieta hubiese traspasado sin controles el equipaje, y afirmó que con Arrieta-que participó de la organización de la cumbre de la CPAC en Buenos Aires-"no tenemos relación, más allá de episodios fortuitos", como un encuentro en esa cumbre, de la que participó el presidente Javier Milei. Consultada por LA NACION, la directora de la CPAC, Mercedes Schlapp, elogió la tarea de Arrieta en la organización de esa cumbre, pero se desligó del escándalo del avión y dijo no tener "detalles" de su periplo. La Aduana también desmintió que hubiera habido alguna falla en los controles. "En relación con la polémica generada por la difusión periodística de un rumor que tiene como finalidad involucrar a la Aduana con una supuesta irregularidad ocurrida en el marco de un vuelo proveniente de los Estados Unidos el pasado 25 de febrero, la Autoridad Aduanera informa que tanto a la aeronave como a la tripulación y a la pasajera en cuestión se les realizaron los controles de rutina, conforme a la normativa aeronáutica vigente, sin detectarse ninguna irregularidad o novedad en el proceso", expresó la Aduana en un comunicado tras revelarse el caso."Cabe destacar que el mismo avión quedó en situación de tránsito en un hangar del aeropuerto hasta el día 05 de marzo cuando partió con destino final a Paris, donde también se efectuaron los trámites de rutina sin que se registraran novedades", continuó el comunicado del organismo. "No obstante, ante las versiones periodísticas que sugieren la posibilidad de fallas en el control aduanero, las autoridades competentes han iniciado un sumario interno con el objetivo de investigar los hechos. Si el resultado de la investigación confirmase cualquier irregularidad, el personal responsable será desafectado", advertía el comunicado, que finalizaba con el "compromiso" de las autoridades aduaneras "con el cumplimiento de la normativa vigente y la seguridad en los procedimientos de control, tanto de ingreso como egreso del país". En la Casa Rosada reconocieron en su momento que tuvieron un trato asiduo con Arrieta para la organización de la CPAC en Buenos Aires. Durante el evento, ella se tomó fotos con Milei y con el resto de los organizadores de la cumbre.Pero el enlace más importante de los libertarios con la CPAC es con el jefe de Arrieta, Scatturice. Gracias a sus buenos lazos con el trumpismo, ese empresario les abrió puertas a los libertarios en Washington. De hecho, tal como contó LA NACION, en enero, el asesor presidencial Santiago Caputo viajó con su hermano, Francisco, y con un colaborador de su confianza, Manuel Vidal a la capital norteamericana para participar de eventos políticos conexos al regreso de Trump al Salón Oval.
El titular de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), Sergio Neiffert, y su hijo Lautaro Neiffert, accionista de una empresa asesora sobre seguridad, son el centro de un pedido de investigación en manos de la Comisión Bicameral de Fiscalización de Organismos y Actividades de Inteligencia del Congreso. El escrito también solicita que ambos sean convocados a brindar declaración testimonial a fin de esclarecer si incurrieron en presuntos "ilícitos penales" y que se estudie la firma y cumplimiento del contrato con una de las compañías de Leonardo Scatturice, Tactic Global, según la copia del documento al que LA NACION accedió y verificó con dos fuentes independientes entre sí.La Comisión Bicameral del Congreso está compuesta por siete diputados y siete senadores de distintos bloques. Según el artículo 32 de la Ley Nacional de Inteligencia, tiene "amplias facultades para controlar e investigar de oficio" con el objeto de fiscalizar a los organismos del Sistema Nacional de Inteligencia y su apego a la ley, como por ejemplo la rendición de los gastos reservados de la SIDE o el control de los alcances del Plan de Inteligencia Nacional (PIN). En este caso, el escrito en cuestión fue presentado por la diputada Lourdes Arrieta, quien supo integrar las filas de La Libertad Avanza.Solicitó investigar los ingresos a la Casa Rosada del hijo del titular de la SIDE, si tiene algún tipo de nombramiento en el organismo que dirige su padre y si existió alguna supuesta maniobra de "ilícitos penales". El documento menciona presuntos tráfico de influencia y negociación incompatible con la función pública a través de una empresa que brinda asesoramiento sobre seguridad, entre otros ítems. La Comisión deberá definir si hace lugar a estos planteos.LA NACION consultó a fuentes oficiales sobre este tema, pero no respondieron hasta el momento.El pedido de investigación de Arrieta tiene como base el vínculo familiar entre Sergio y Lautaro Neiffert, algo que es verificable a través de documentos públicos. De hecho, la última declaración jurada que presentó a la Oficina Anticorrupción en carácter de representante del Poder Ejecutivo en Acumar, correspondiente a 2024, refleja que Lautaro Neiffert es su hijo.Si bien Lautaro no aparece en el Boletín Oficial con ningún nombramiento en el Estado, visitó seis veces la Casa Rosada, según los registros de ingreso a los que LA NACION accedió. Algunas de ellas autorizadas por el asesor presidencial, Santiago Caputo, y en al menos dos ocasiones, acompañado por su padre, titular de la SIDE. La primera entrada fue el 4 de junio de 2024. El documento oficial muestra que "Caputo" lo autorizó y que se dirigió a la dependencia "Asesores SP". Su último ingreso volcado en la planilla oficial lleva la fecha de 6 de agosto del año pasado, con una observación particular anotada en el registro: "Ingresa la Sra Jenifer sin registrar datos, acompñada por el Sr Neiffert (SIDE), siendo acompañados por el Sr Fabián Pizarro de audiencias" (SIC). Aquella vez, se dirigió a "Pre-Privada SP", tal cual quedó plasmado en el documento oficial.El documento sobre ingresos, que LA NACION obtuvo a través de un pedido de acceso a la información pública, no contiene explicaciones de por qué no se registraron los datos de la "Sra. Jenifer". Tampoco se sabe quién es dicha persona.Por otra parte, en el Registro Único de Audiencias sólo se encuentra una audiencia reportada en la que haya participado alguien con el apellido Neiffert. 24 de septiembre de 2024 es su fecha y fue celebrada entre el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y el titular de la SIDE. El motivo: "Asuntos de inteligencia".De esta manera, los funcionarios explicaron para qué se reunieron, algo que no se conoce en los casos de ingresos a la Casa Rosada de Lautaro Neiffert. Entonces, uno de los puntos que pide investigar el escrito es si el titular de la SIDE habría nombrado a su hijo como "personal o agregado" en el organismo.Otra de las aristas que se solicitó indagar está vinculada a actividades comerciales. Según aparece publicado el 9 de febrero de 2024 en el Boletín Oficial, Lautaro Neiffert es accionista de la empresa de asesoría "SEGUR&PROTECCION S.R.L.". El escrito presentado en el Congreso plantea la necesidad esclarecer dos cuestiones alrededor de esta empresa y el vínculo familiar de uno de sus accionistas con el jefe de los espías de la Argentina. La primera: si el titular de la SIDE informó de la existencia de esta compañía. La segunda: si algún organismo público firmó contratos con ella. Por lo pronto, el sitio de compras del Estado, "Comprar", no refleja ninguna adjudicación a favor de "SEGUR&PROTECCION S.R.L.". Este portal no incluye los gastos reservados de organismos de Inteligencia.A propósito del financiamiento de la SIDE, el escrito presentado a la Comisión Bicameral del Congreso solicitó investigar si existió "autorización formal" para el contrato que Neiffert firmó con la empresa Tactic Global, cuyo titular es Leonardo Scatturice, según los registros de la compañía en el estado de Florida, Estados Unidos. Scatturice es un exagente de Inteligencia, cercano al asesor presidencial Santiago Caputo y un empresario que desarrolló negocios en los sectores tecnológico, aeronáutico y de lobby. Sus contactos, miembros de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) y parte del staff de sus compañías, lo han llevado a estar al lado del presidente estadounidense, Donald Trump.De hecho, acercar a la gestión de Javier Milei con la de Trump es una de las funciones por la que fue contratado. Según el documento que Tactic Global presentó ante Foreign Agents Registration Act (FARA) del Departamento de Justicia norteamericano, su compañía "servirá como enlace entre la Presidencia de la Nación de la República Argentina y sus homólogos en Estados Unidos. Tactic coordinará reuniones entre funcionarios de los dos países y ofrecerá asesoramiento estratégico a la Secretaría de Inteligencia de Estado".Por este servicio, la SIDE se comprometió a pagarle US$10.000 mensuales. En consecuencia, el escrito presentado al cuerpo legislativo también pide identificar qué partida pública financiará ese gasto, así como posibles nexos entre Scatturice, sus empresas y funcionarios.Entonces, la Comisión Bicameral de Fiscalización de Organismos y Actividades de Inteligencia del Congreso decidirá si abre una investigación sobre estos puntos y si convoca a Neiffert y a su hijo a declarar en dicho ámbito. Sus reuniones, temarios y cronograma no se difunden públicamente.
WASHINGTON.- Cuando Donald Trump ganó las elecciones del 5 de noviembre pasado para su segundo mandato presidencial, Soledad Cedro, una consultora política argentina con 20 años de trabajo en el rubro en Estados Unidos, vio una nueva oportunidad de negocio para armar una empresa de lobby.La nueva administración Trump tendría muchos outsiders, y las compañías de lobby tradicionales de Washington no tendrían la llegada habitual a todos los rincones del nuevo gobierno norteamericano.Cedro entusiasmó a uno de los asesores del líder republicano durante sus campañas de 2016 y 2024, Barry Bennett, pero necesitaban un financista para desarrollar el proyecto de Tactic Global en Miami. Juntos le hicieron la propuesta al empresario argentino Leonardo Scatturice, el nuevo dueño de la aerolínea lowcost Flybondi. La idea le gustó y rápidamente se configuró la compañía.Sumaron a dos viejos conocidos, con quienes ya habían trabajado en campañas políticas: la estratega Caroline Wren, una recaudadora de fondos crucial para Trump, y Ryan Coyne, fundador y CEO de Starboard, dedicada a la recaudación vía digital de millones de dólares para el equipo del magnate neoyorquino.En el mundo del lobby, una actividad legal y regulada en Estados Unidos, Bennett, Wren y Coyne son de las personas más y mejor conectadas en este momento con la administración Trump. No fue casualidad que Cedro, también con muy buenos vínculos, pensara en ellos para darle impulso al proyecto, que saltó a los titulares de la Argentina luego de que la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) formalizara la contratación -por 10.000 dólares por mes- de la agencia de lobby para que ayudara al Gobierno a conseguir reuniones con funcionarios norteamericanos "para temas como comercio e inversión".El contrato entre la agencia de inteligencia argentina y Tactic Global lleva las firmas del titular de la SIDE, Sergio Darío Neiffert, y de Cedro.Con esa red de influyentes contactos, a la que se sumaron otros socios de peso, Scatturice -radicado en Miami, base del trumpismo- logró aceitar sus relaciones con los sectores más conservadores del Partido Republicano. Ese fue el trampolín que lo llevó luego a, como se jactan en su entorno, hacer de puente entre Trump y el presidente Javier Milei para un encuentro en febrero pasado en la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC), nuevo hogar de la derecha global. En su entorno dicen que ese acercamiento generó recelos en el canciller argentino, Gerardo Werthein, exembajador en Washington hasta octubre pasado.A Scatturice, de 49 años y dueño de múltiples empresas, le encanta la política, "le hace muy bien" y tiene mucha llegada a distintos círculos en Estados Unidos, pero "no es su bread and butter de todos los días", cuenta un allegado. "Tiene una habilidad sobrehumana para generar relaciones", añade.Junto a Bennett, Scatturice sumó el miércoles de la semana pasada una foto para el recuerdo en su álbum. Posaron junto a Trump en el estreno de "Les Miserables, el musical", en el Kennedy Center de Washington. También hubo tiempo para otra foto con el vicepresidente norteamericano, JD Vance."¿Leo conoce a Trump? Sí. Todos vieron la foto. ¿Conoce a varias personas del gabinete? Sí. ¿Tiene la misma llegada que puede tener Bennett? No, no tiene la misma llegada de alguien que lleva 50 años trabajando en política", aclara una persona del entorno de Scatturice respecto de cómo tejió su desembarco en la órbita trumpista.Si bien en el sitio web de Tactic Global Scatturice figura entre sus participantes centrales, quienes manejan el día a día de la empresa son Bennett, Wren, Coyne y Cedro, que comparte la sociedad con el empresario argentino y a su vez es CEO de CPAC Argentina. El resto son empleados, contratados o partners. La empresa figura en los registros del Foreign Agent Registraron Act (FARA), del Departamento de Justicia norteamericano, en el que las compañías de lobby reportan sus trabajos.A ellos se suman otros pesos pesados que ayudaron a Scatturice con sus contactos en el mundo republicano. Matt Schlapp, exdirector de Estrategia Política de la Casa Blanca durante el gobierno de George W. Bush, y su esposa, Mercedes (Mercy), experta en comunicación y estratega política, trabajan con clientes determinados de Tactic Global. Además, Schlapp lidera la Unión Conservadora Estadounidense (ACU, por sus siglas en inglés) y es el chairman de CPAC.Junto al asesor presidencial Santiago Caputo, Milei recibió en abril pasado a Schlapp y Cedro en la Casa Rosada. "Un honor tener al Presidente con nosotros en CPAC. Él es un líder excepcional luchando contra el socialismo", lo elogió Mercedes Schlapp antes de la conferencia conservadora de abril pasado.Un honor tener al Presidente Milei con nosotros en @CPAC la próxima semana. Él es un lider excepcional luchando contra el socialismo. https://t.co/ZaRGBLJ5NQ— Mercedes Schlapp (@mercedesschlapp) February 15, 2024Cedro estuvo detrás de la idea del CPAC Argentina mucho antes del triunfo de Trump. Creía que podía ser un éxito dado el alineamiento ideológico entre el movimiento libertario que ganaba terreno en la Argentina y los grupos conservadores de Estados Unidos más alineados al magnate republicano. Buscaba acercar esas ideas a nuevas audiencias globales. Luego de que el board de CPAC aprobara la presentación de Cedro, en septiembre de 2024 fue inscripta en los registros del estado de Florida una sociedad sin fines de lucro llamada CPAC Argentina Inc, donde Scatturice figura como director y tiene a otra integrante de Tactic Global, Laura Arrieta, como tesorera. Los otros tres son Cedro, Bennett y José Mallea, senior advisor de la empresa de lobby con más de 25 años de experiencia en el mundo político y empresarial.Otra de las protagonistas centrales de Global Tactic es Wren, fundadora y presidenta de Bluebonnet Fundraising LLC, una "empresa de servicios integrales de recaudación de fondos y planificación de eventos con sede en Washington", que ha sido vital para juntar millones de dólares para la campaña republicana. View this post on Instagram A post shared by Caroline Wren (@carolinewren)Amiga de la pareja Schlapp asidua visitante del club privado de Trump en Palm Beach, Mar-a-Lago, Wren, como Scatturice, también tuvo su foto con Trump en el Kennedy Center de Washington. "¡Increíble noche con 45/47!", dijo, en referencia a los números que identifican a Trump como presidente de Estados Unidos.En septiembre de 2021, Wren había quedado envuelta en una fuerte polémica luego de que un comité de la Cámara de Representantes que investigaba el ataque al Capitolio del 6 de enero de ese año emitiera una citación para que la recaudadora de fondos entregara documentos y testificara sobre su presunto papel en la planificación de aquel día de violencia inédita en Washington. Ella negó la acusación al declarar ante el comité.
En 2015, se enfrentó con el ex director de Contrainteligencia de la SIDE en una causa penal llamada Dark Start aún abierta. Luego se radicó en Miami y organizó grupos de apoyo a la reelección de Trump. Y se vinculó, más tarde, con Santiago Caputo.
"Creo que él es genial, por cierto. Creo que es un gran líder. Está haciendo un gran trabajo, un trabajo fantástico. Rescató (al país) del olvido", decía sobre Javier Milei el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, en una conferencia de prensa en marzo pasado. Los elogios, sin embargo, no parecieran ser suficientes para conseguir que el gobierno argentino, vía diplomática, tenga acceso a la administración republicana. Al menos, la Secretaria de Inteligencia del Estado (SIDE) acaba de formalizar la contratación de una agencia de lobby en los Estados Unidos para que la asista "en el arreglo de reuniones entre oficiales de la Argentina y de los Estados Unidos para temas tales como el comercio y la inversión". Parece que lo que la diplomacia en cualquier país normal resuelve, en la Argentina, no corre. Todo es posible en la era Trump, en la que las negociaciones comerciales pueden quedar a tiro de un posteo en la red X. Aquí debe interceder la propia SIDE para contratar a un lobbista. Un simple recorrido por los registros públicos del Departamento de Justicia muestra que suelen ser los propios gobiernos o agencias de turismo quienes contratan este tipo de servicio, no las agencias de inteligencia. Los gastos de la SIDE están sujetos al control de la comisión bicameral de inteligencia del Congreso. Son controles que suelen ser mucho más laxos, en particular, cuando se trata del uso de fondos reservados, que son casi inverificables. Pero la contratación por parte de la SIDE no sería la única singularidad de este caso. La agencia elegida, Tactic, es propiedad de Leonardo Scatturice, presunto exagente de la SIDE ahora devenido en empresario, que no sólo es contratista del Estado argentino (de Trenes Argentinos y de la plataforma Educ.Ar), sino que también acaba de ingresar al negocio aerocomercial, tras la adquisición vía COC Global Entrerprises de FlyBondi.El nombre de Scatturice, cobró especial notoriedad hace algunos meses, cuando fue sindicado como el propietario del avión que estuvo una semana "en tránsito" en un hangar de Aeroparque y después partió hacia París, con escala en las Islas Canarias, sin ser escrutado por la Aduana, pese a que las crónicas posteriores se hicieron eco de su cuantioso equipaje. El periodista Carlos Pagni fue el primero en advertir sobre el inusual vuelo. En el avión viajaba Laura Arrieta, también accionista de Tactic, y socia de Scatturice en otras sociedades en el exterior.Según consta en los registros realizados ante el Departamento de Justicia de los Estados Unidos, con fecha el 16 de este mes, "Tactic va a actuar como enlace entre la Presidencia de la Nación de la República Argentina y sus contrapartes en los Estados Unidos". A su vez, señala, "va a coordinar reuniones entre oficiales de los dos países y ofrecer asesoría estratégica a la Secretaría de Inteligencia del Estado". Aunque, luego agrega, que va a "asistir en el arreglo de reuniones entre oficiales de la Argentina y de los Estados Unidos para temas tales como el comercio y la inversion". Por estos servicios, de gran sofisticación, la compañía informa que recibirá una compensación de apenas US$10.000 mensuales, además del reembolso de los gastos que pudiera incurrir la empresa por la representación de la SIDE en Estados Unidos. Un pequeño aporte para un empresario que como contrastista del Estado tiene ingresos mucho mayores (en algunos casos vía contratos de adjudicación directa, sin licitación), tal como consignó el periodista Francisco Olivera en el programa Odisea.LA NACION se contactó con el vocero presidencial, Manuel Adorni, para saber por qué la SIDE y no otra dependencia pública hacía uso de los servicios de una agencia de lobby, con sede en Miami, Florida, pero no obtuvo respuesta. La SIDE históricamente suele tener una red de agentes en el exterior, con algún representante en las principales embajadas del mundo. La de Washington, en los Estados Unidos, no sería la excepción. Aun antes de formalizar el vínculo en el Departamento de Justicia norteamericano -el lobby es una actividad regulada en ese país y todas las empresas y ejecutivos deben registrarse formalmente cuando trabajan para algún cliente, ya sea público o privado- representantes de Tactic mantuvieron diversas reuniones con funcionarios argentinos en el país y en los Estados Unidos. El estratega de Trump y socio ejecutivo de Barry Bennet estuvo reunido con Santiago Caputo en marzo pasado. Hubo fotos y hasta difusión del encuentro. Fue Bennet el enlace de Caputo con Trump, y el factotum del encuentro que tuvieron Milei y el presidente republicano durante la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC), en febrero de este año. Santiago Caputo, que tiene una clara injerencia sobre la SIDE y sobre su titular, Sergio Neiffert, es quien mantiene aceitado el vínculo con Scatturice. Caputo estuvo presente en el encuentro que mantuvieron con Milei, en la Argentina, en abril pasado, el fundador de la CPAC y lobbysta norteamericano, Matt Schlapp. Via Tactic, desde el Gobierno se estaba planeando un evento con inversores en mayo, del cual se esperaba que participe el secretario del Tesoro de los EE.UU., Scott Bessent. Pero la visita de Bessent al país se adelantó de un momento a otro -decidió venir por menos de 24 horas a respaldar al equipo de Luis Caputo el día en el que se levantó el cepo cambiario-, y el foro con inversores finalmente quedó postergado.
Surgió de las calles picantes de Lanús, colaboró con la Policía bonaerense y abrevó en las aguas de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE). Montó una consultora y acumuló turbulencias judiciales, de las que salió indemne. Se marchó a Panamá y Estados Unidos, donde pugna por una residencia que no le dan. Armó sociedades, ganó millones y maneja fortunas propias y ajenas. Desde el año pasado levantó su perfil, haciendo de puente entre Donald Trump y Javier Milei. Ahora, a los 49 años, Leonardo Orlando Scatturice salta a los títulos periodísticos por la compra de Flybondi, la principal aerolínea lowcost de la Argentina.El 22 de febrero pasado una nota de Infobae contaba: "Antes de la reunión oficial en el hotel Gaylord, el discurso de Trump fue observado desde la primera fila por el mandatario argentino, Karina Milei, [Gerardo] Werthein, [Luis] Caputo, [Manuel] Adorni, Santiago Caputo, Manuel Vidal, y los organizadores de CPAC [por la Conferencia de la Acción Política Conservadora] encabezados por Matt Schlapp, Mercedes Schlapp, Leonardo Scatturice, Laura Arrieta, Barry Bennett y Soledad Cedro". Apenas 18 días después, Scatturice y Arrieta protagonizarían una controversia que colocó al Gobierno a la defensiva, poco después del escándalo $LIBRA. ¿Motivo? Ella viajó en un avión de él desde Miami a Buenos Aires sobre el que, según reveló en LA NACION el periodista Carlos Pagni, existían versiones de que habría bajado una "orden de arriba" para no controlar el equipaje. El avión estuvo una semana "en tránsito" en un hangar de Aeroparque y después partió hacia París, con escala en las Islas Canarias. Desde el Gobierno y cerca de Scatturice niegan cualquier suspicacia. Plantean que todo fue controlado, antes de partir, en Estados Unidos, y al arribar a la Argentina.Scatturice sospechaba entonces de todo y de todos, incluso de algunos dentro del Gobierno. "Todo esto es una terrible opereta", decían a su lado en aquellos días porque él no quiere hablar. Apuntaba a un pase de facturas dentro de la Aduana y a la Cancillería argentina.¿Por qué a la Aduana? Es un secreto a voces que Scatturice le acercó el nombre de Andrés Edgardo Vázquez al "mago del Kremlin", Santiago Caputo, para liderar la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA), por debajo pero más allá de su titular teórico, Juan Pazo. Vázquez es quien da las órdenes, reconocen a LA NACION fuentes del sector y hasta del propio gobierno, y se lanzó a una guerra subrepticia con Guillermo Michel, otro peso pesado que mandó en la vieja AFIP desde los tiempos de Sergio Massa. O antes, incluso.Hay otro blanco de sus recelos. ¿Quién? El canciller. "La reunión de Milei con Trump en febrero la armó Scatturice y Werthein está celoso", planteaban junto al otrora pibe de Lanús devenido magnate de Miami.Las huestes de Scatturice van más lejos. Ven la mano de Antonio "Jaime" Stiuso moviendo hilos para perjudicarlo. Un señalamiento que no tiene sustento. Pero no sería el primer contrapunto entre ellos.El espionajeClase 1976, Scatturice acumula tormentas desde chico. Expulsado de tres colegios, entró en el Liceo Naval gracias a un oficial de la Armada amigo de su padre, cuentan dos fuentes que lo conocen desde hace años. También vio la tarjeta roja. Y ese mismo oficial lo hizo entrar en la SIDE, como chofer. En la jerga, categoría C3. Tampoco duró mucho, apenas 8 meses, pero porque se marchó, para ahondar sus vínculos con policías como Mario de la Fuente o Alejandro Elorz, con quien terminó como socio en la firma AJS Jet.Fueron tiempos arduos, de mucha calle, en los que fuentes consultadas por LA NACION aluden a sábanas telefónicas; otros, a piratas del asfalto; y otros más a Inteligencia Criminal. Es decir, un área donde confluyen y compiten policías federales, de Seguridad Aeroportuaria, bonaerenses y de otras provincias, efectivos de Gendarmería y Prefectura, consultores y agentes de la SIDE, orgánicos y de los otros. No siempre del lado luminoso de la ley.En 2012, no obstante, Scatturice montó su propia consultora: C3 Consulting, en un guiño a su categoría fugaz en la SIDE. Con domicilio social en Lanús, oficina en Puerto Madero y finalidades varias, en la práctica se abocó a tareas de inteligencia que más pronto que tarde la colocaron bajo la mira judicial, en un expediente llamado "Dark Star" que sacó a la luz cómo funciona el espionaje vernáculo.En esa causa, radicada en 2015 en el juzgado federal de Sergio Torres, se acumularon las escuchas telefónicas a Scatturice y otros muchos jugadores de ese ambiente. Los diálogos abordan sobornos a jueces, amenazas de carpetazos entre funcionarios, seguimientos a periodistas, vínculos ocultos con barrabravas, testigos falsos en el juicio por la tragedia de Once, el rol del teniente general César Milani en tareas de inteligencia interna, datos sobre el entonces titular de la Corte Suprema y cruces de facturas dentro de la ex SIDE.Para Scatturice, no fue el primer, ni último baile en los tribunales. En 2008, afrontó una causa por estafa. Varias demandas civiles, también. En 2016, Juan José Gómez Centurión, el hombre puesto por Mauricio Macri al frente de la Aduana, lo señaló públicamente como el responsable de grabar sus conversaciones telefónicas y editarlas de un modo que llevaron a la entonces (y actual) ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, a denunciarlo.Aquel episodio terminó con el cierre de la causa contra Gómez Centurión, que volvió a su cargo, Elisa Carrió denunciando a Scatturice y Bullrich firme en su lugar, aunque las miradas se centraron en los meandros donde también se mueve un empresario dedicado a la provisión de tecnología para el área de seguridad que adora el bajo perfil: Mario Montoto.A diferencia de Carrió, no obstante, Gómez Centurión optó por una actitud zen cuando LA NACION le preguntó meses atrás qué había detrás de toda la movida que había superado. ¿Respuesta? "Le mandé un mensaje a este chico Scatturice, que estaba atrás de esa operación". El otrora militar carapintada no dijo más.Vinculado también al ¿ex? agente de la CIA, Frank Holder, que reconoció que subcontrataba sus servicios pero jamás contó cómo se conocieron: por un personal trainer. Más allá de los detalles, Scatturice sobrevivió a esas y otras denuncias judiciales, como la que radicó el también ex SIDE y actual diputado nacional, Rodolfo Tailhade, y que investigó el fiscal Jorge Di Lello, por la empresa MacAir Jet contra Macri, Diego Colunga, socio de Scatturice en AJS Jet SA, junto al comisario Elorz."Todo aire aquello", replican junto al otrora pibe de Lanús, que para entonces -2016- se codeaba con Holder, aludía a Stiuso como "el enano" y a Fernando Pocino como "el melena", y hablaba de negocios con Matías Garfunkel. Pero los expedientes penales lo tenían sin cuidado. "Él no tiene problemas judiciales. ¡Ninguno! ¡Jamás fue procesado, ¡ni siquiera indagado!", remarcan a su lado. Pero aún así, llegó un momento en que Scatturice le dijo adiós a la Argentina. Emigró a Panamá, donde montó varias sociedades offshore. Y de allí partió en 2020 hacia Estados Unidos, donde amasó una fortuna, pero también tuvo sus cortocircuitos. Cuestiones de papeles.En el Norte, Scatturice se casó ese mismo año con Diana María Marquardt, una argentina nacionalizada estadounidense. Figura junto a él como dueña de un loft comprado por US$6,7 millones en Miami Beach, según los registros inmuebles cotejados por LA NACION. Él sostuvo que se casaron por amor, pero las autoridades migratorias sospecharon que buscó conseguir la residencia. ¿Conclusión? Tras tres años de reclamar la "green card", Scatturice demandó al Gobierno estadounidense por la demora.Influencia en el trumpismoEn simultáneo, acentuó la senda corporativa. Montó OCP Tech y COC Global Enterprise (el fondo que ahora desembarca en Flybondi), tejió vínculos con el ala más dura y conservadora del Partido Republicano y creó una firma de lobby llamada Tactic Global, junto a Arrieta -la pasajera del avión de la controversia en Aeroparque- y varios pesos pesados. Entre ellos, el exdirector de Estrategia Política de la Casa Blanca, Matt Schlapp, y uno de los asesores de Trump durante sus campañas de 2016 y 2024, Barry Bennett.Junto a Bennet, Scatturice posó el fin de semana pasado con Trump en el estreno de "Les Miserables, el musical", en el Kennedy Center de Washington DC. También se sacó fotos con el vicepresidente JD Vance.Schlapp y Bennett aparecen de manera habitual en el recorrido de Scatturice. Con ellos también ganó relevancia en la Conferencia de la Acción Política Conservadora (CPAC). En septiembre de 2024 inscribió en los registros del Estado de Florida una sociedad sin fines de lucro llamada CPAC Argentina Inc, donde figura como director y tiene a Laura Arrieta como tesorera.No fue esa, sin embargo, la única sociedad comercial que constituyó en Estados Unidos o, siquiera en Florida. Sólo en ese estado de la Unión aparece como directivo en otras 35 empresas registradas, mientras él desplegaba sus redes y contactos entre Miami, Nueva York, Las Vegas y Washington. Allí, en la capital estadounidense, selló reuniones para Santiago Caputo con Schlapp y Bennett. Con ellos decidió que harían un evento en la Argentina de la CPAC con Milei como protagonista estelar junto a Lara Trump, nuera del entonces presidente electo de Estados Unidos, y con ellos urdió el encuentro del 22 de febrero entre Milei y Trump."Hay varios en Buenos Aires que no se lo perdonan", repiten, para luego insistir con los nombres de Werthein, Stiusso, Michel."Lo que no entienden es que Leo viene desarrollando ese vínculo desde 2022, que Bennett es su amigo, y que cuando decidieron hacer un encuentro de la CPAC en la Argentina, Trump aparecía perdiendo en las encuestas, así que Leo no apostaba 'a ganador', sino que iba a pérdida, porque encima pagó todo el evento, sin una sola empresa 'sponsor' por regla de compliance de Estados Unidos", se indignan a su lado.También a su lado confirman su vínculo con Vázquez -"son amigos hace 25 años"- y con Santiago Caputo, con quien se encontró en junio de 2024 y enero de este año y que se mueve en Estados Unidos a bordo de cualquiera de sus dos aviones. Algunos sostienen que Scatturice es el asesor del asesor del Presidente en la SIDE, la ARCA y la Unidad de Información Financiera (UIF); es decir, tres áreas donde se recibe y procesa muchísimos datos de inteligencia."Falso", cortan a su lado. "Leo no es asesor de Santiago, ni mucho menos. ¿Es elemento de consulta? Sí. ¿A veces Santiago le pregunta? Sí. Pero de ningún modo lo asesora", cortan a su lado, dolidos. "¿Le reprochan tener un pasado? Sí, claro. Pero no cuentan que laburó como un perro, que fue pobre hasta 2012 y que ahora tiene 600 empleados".Febrero le resultó un mes agridulce. El 3, Estados Unidos rechazó su formulario migratorio. El 5, Santiago Caputo colocó a su socio Colunga como director de Aerolíneas Argentinas. El 22, logró la cumbre entre Trump y Milei, y gozó de las mieles de la gloria desde la primera fila. El 24, la Justicia cerró su demanda por la "green card" que no fue. El 26, su avión aterrizó en Aeroparque, con Arrieta como pasajera."¿Sabés quién estaba en la pista cuando llegó el avión?", desafían desde el círculo de Scatturice, que procesa e infiere como agente de inteligencia. "El yerno del 'Nono', un socio de Michel. ¿Vos te creés que eso es casual?".Sin aludir a los encuentros recurrentes con Caputo ni a los servicios prestados por Scatturice como abrepuertas oficioso en Washington, el vocero presidencial Manuel Adorni sostuvo en aquel momento que el Gobierno no tiene "ninguna relación" con él o Arrieta. "Excepto", aclaró, "en situaciones fortuitas y contingentes como puede ser la CPAC".
Surgió de las calles picantes de Lanús, colaboró con la Policía bonaerense y abrevó en las aguas de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE). Montó una consultora y acumuló turbulencias judiciales, de las que salió indemne. Se marchó a Panamá y Estados Unidos, donde pugna por una residencia que no le dan. Armó sociedades, ganó millones y maneja fortunas propias y ajenas. Y poco después de que al fin levantó su perfil, haciendo de puente entre Donald Trump y Javier Milei, empezó su momento de perdición. Ahora, a los 49 años, Leonardo Orlando Scatturice está furioso. Jura venganza.Cuenta una nota de Infobae: "Antes de la reunión oficial en el hotel Gaylord, el discurso de Trump fue observado desde la primera fila por el mandatario argentino, Karina Milei, [Gerardo] Werthein, [Luis] Caputo, [Manuel] Adorni, Santiago Caputo, Manuel Vidal, y los organizadores de CPAC [por la Conferencia de la Acción Política Conservadora] encabezados por Matt Schlapp, Mercedes Schlapp, Leonardo Scatturice, Laura Arrieta, Barry Bennett y Soledad Cedro". ¿Fecha? 22 de febrero.Apenas 18 días después, Scatturice y Arrieta protagonizarían una controversia que colocó al Gobierno a la defensiva, otra vez, tras el escándalo $LIBRA. ¿Motivo? Ella viajó en un avión de él desde Miami a Buenos Aires sobre el que, según reveló en LA NACION el periodista Carlos Pagni, existen versiones de que habría bajado una "orden de arriba" para no controlar el equipaje. El avión estuvo una semana "en tránsito" en un hangar de Aeroparque y después partió hacia París, con escala en las islas Canarias. Desde el Gobierno y cerca de Scatturice niegan cualquier suspicacia. Plantean que todo fue controlado, antes de partir, en Estados Unidos, y al arribar a la Argentina.Scatturice sospecha de todo y de todos, incluso de algunos dentro del Gobierno. "Todo esto es una terrible opereta", dicen a su lado porque él no quiere hablar. Apunta a un pase de facturas dentro de la Aduana y a la Cancillería argentina.¿Por qué a la Aduana? Es un secreto a voces que Scatturice le acercó el nombre de Andrés Edgardo Vázquez al "mago del Kremlin", Santiago Caputo, para liderar la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA), por debajo pero más allá de su titular teórico, Juan Pazo. Vázquez es quien da las órdenes, reconocen a LA NACION fuentes del sector y hasta del propio gobierno, y se lanzó a una guerra subrepticia con Guillermo Michel, otro peso pesado que mandó en la vieja AFIP desde los tiempos de Sergio Massa. O antes, incluso.Hay otro blanco de sus recelos. ¿Quién? El canciller. "La reunión de Milei con Trump la armó Scatturice y Werthein está celoso", plantean junto al otrora pibe de Lanús devenido magnate de Miami.Las huestes de Scatturice van más lejos. Ven la mano de Antonio "Jaime" Stiuso moviendo hilos para perjudicarlo. Un señalamiento que no tiene sustento. Pero no sería el primer contrapunto entre ellos.El lado oscuro del espionajeClase 1976, Scatturice acumula tormentas desde chico. Expulsado de tres colegios, entró en el Liceo Naval gracias a un oficial de la Armada amigo de su padre, cuentan dos fuentes que lo conocen desde hace años. También vio la tarjeta roja. Y ese mismo oficial lo hizo entrar en la SIDE, como chofer. En la jerga, categoría C3. Tampoco duró mucho, apenas 8 meses, pero porque se marchó, para ahondar sus vínculos con policías como Mario Lafuente o Alejandro Elorz, con quien terminó como socio en la firma AJS Jet.Fueron tiempos arduos, de mucha calle, en los que fuentes consultadas por LA NACION aluden a sábanas telefónicas; otros, a piratas del asfalto; y otros más a Inteligencia Criminal. Es decir, un área donde confluyen y compiten policías federales, de Seguridad Aeroportuaria, bonaerenses y de otras provincias, efectivos de Gendarmería y Prefectura, consultores y agentes de la SIDE, orgánicos y de los otros. No siempre del lado luminoso de la ley.En 2012, no obstante, Scatturice montó su propia consultora: C3 Consulting, en un guiño a su categoría fugaz en la SIDE. Con domicilio social en Lanús, oficina en Puerto Madero y finalidades varias, en la práctica se abocó a tareas de inteligencia que más pronto que tarde la colocaron bajo la mira judicial, en un expediente llamado "Dark Star" que sacó a la luz cómo funciona el espionaje vernáculo.En esa causa, radicada en 2015 en el juzgado federal de Sergio Torres, se acumularon las escuchas telefónicas a Scatturice y otros muchos jugadores de ese ambiente. Los diálogos abordan sobornos a jueces, amenazas de carpetazos entre funcionarios, seguimientos a periodistas, vínculos ocultos con barrabravas, testigos falsos en el juicio por la tragedia de Once, el rol del teniente general César Milani en tareas de inteligencia interna, datos sobre el entonces titular de la Corte Suprema y cruces de facturas dentro de la ex SIDE."En ese expediente judicial, Scatturice fue víctima", remarcan a su lado. Y tienen razón. Porque más allá del contenido de las escuchas, se determinó que la denuncia fue un artilugio de un sector de la SIDE -el de Stiusso- contra otro sector de la SIDE -el de Fernando Pocino-, que todo debía ser declarado nulo y que el expediente debía cerrarse, como dictaminó el fiscal federal Federico Delgado y terminó ocurriendo.Para Scatturice, no fue el primer, ni último baile en los tribunales. En 2008, afrontó una causa por estafa. Varias demandas civiles, también. En 2016, Juan José Gómez Centurión, el hombre puesto por Mauricio Macri al frente de la Aduana, lo señaló públicamente como el responsable de grabar sus conversaciones telefónicas y editarlas de un modo que llevaron a la entonces (y actual) ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, a denunciarlo.Aquel episodio terminó con el cierre de la causa contra Gómez Centurión, que volvió a su cargo, Elisa Carrió denunciando a Scatturice y Bullrich firme en su lugar, aunque las miradas se centraron en los meandros donde también se mueve un empresario dedicado a la provisión de tecnología para el área de seguridad que adora el bajo perfil: Mario Montoto.A diferencia de Carrió, no obstante, Gómez Centurión optó por una actitud zen cuando LA NACION le preguntó qué había detrás de toda la movida que había superado. ¿Respuesta? "Le mandé un mensaje a este chico Scatturice, que estaba atrás de esa operación". El otrora militar carapintada no dijo más.Vinculado también al ¿ex? agente de la CIA, Frank Holder, que reconoció que subcontrataba sus servicios pero jamás contó cómo se conocieron: por un personal trainer. Más allá de los detalles, Scatturice sobrevivió a esas y otras denuncias judiciales, como la que radicó el también ex SIDE y actual diputado nacional, Rodolfo Tailhade, y que investigó el fiscal Jorge Di Lello, por la empresa MacAir Jet contra Macri, Diego Colunga, socio de Scatturice en AJS Jet SA, junto al comisario Elorz."Todo aire aquello", replican junto al otrora pibe de Lanús, que para entonces -2016- se codeaba con Holder, aludía a Stiuso como "el enano" y a Pocino como "el melena", y hablaba de negocios con Matías Garfunkel. Pero los expedientes penales lo tenían sin cuidado. "Él no tiene problemas judiciales. ¡Ninguno! ¡Jamás fue procesado, ¡ni siquiera indagado!", remarcan a su lado. Pero aún así, llegó un momento en que Scatturice le dijo adiós a la Argentina. Emigró a Panamá, donde montó varias sociedades offshore. Y de allí partió en 2020 hacia Estados Unidos, donde amasó una fortuna, pero también tuvo sus cortocircuitos. Cuestiones de papeles.En el Norte, Scatturice se casó ese mismo año con Diana María Marquardt, una argentina nacionalizada estadounidense. Figura junto a él como dueña de un loft comprado por US$ 6,7 millones en Miami Beach, según los registros inmuebles cotejados por LA NACION. Él sostuvo que se casaron por amor, pero las autoridades migratorias sospecharon que buscó conseguir la residencia. ¿Conclusión? Tras tres años de reclamar la "green card", Scatturice demandó al Gobierno estadounidense por la demora.Influencia en el trumpismoEn simultáneo, acentuó la senda corporativa. Montó OCP Tech y COC Global Enterprise, tejió vínculos con el ala más dura y conservadora del Partido Republicano y creó una firma de lobby llamada Tactic Global, junto a Arrieta -la pasajera del avión de la controversia en Aeroparque- y varios pesos pesados. Entre ellos, el exdirector de Estrategia Política de la Casa Blanca, Matt Schlapp, y uno de los asesores de Trump durante sus campañas de 2016 y 2024, Barry Bennett.Esos apellidos aparecen de manera habitual en el recorrido de Scatturice. Con Schlapp y Bennett también ganó relevancia en la Conferencia de la Acción Política Conservadora (CPAC). En septiembre de 2024 inscribió en los registros del Estado de Florida una sociedad sin fines de lucro llamada CPAC Argentina Inc, donde figura como director y tiene a Laura Arrieta como tesorera.No fue esa, sin embargo, la única sociedad comercial que constituyó en Estados Unidos o, siquiera en Florida. Sólo en ese estado de la Unión aparece como directivo en otras 35 empresas registradas, mientras él desplegaba sus redes y contactos entre Miami, Nueva York, Las Vegas y Washington. Allí, en la capital estadounidense, selló reuniones para Santiago Caputo con Schlapp y Bennett. Con ellos decidió que harían un evento en la Argentina de la CPAC con Milei como protagonista estelar junto a Lara Trump, nuera del entonces presidente electo de Estados Unidos, y con ellos urdió el encuentro del 22 de febrero entre Milei y Trump."Hay varios en Buenos Aires que no se lo perdonan", repiten, para luego insistir con los nombres de Werthein, Stiusso, Michel."Lo que no entienden es que Leo viene desarrollando ese vínculo desde 2022, que Bennett es su amigo, y que cuando decidieron hacer un encuentro de la CPAC en la Argentina, Trump aparecía perdiendo en las encuestas, así que Leo no apostaba 'a ganador', sino que iba a pérdida, porque encima pagó todo el evento, sin una sola empresa 'sponsor' por regla de compliance de Estados Unidos", se indignan a su lado.También a su lado confirman su vínculo con Vázquez -"son amigos hace 25 años"- y con Santiago Caputo, con quien se encontró en junio de 2024 y enero de este año y que se mueve en Estados Unidos a bordo de cualquiera de sus dos aviones. Algunos sostienen que Scatturice es el asesor del asesor del Presidente en la SIDE, la ARCA y la Unidad de Información Financiera (UIF); es decir, tres áreas donde se recibe y procesa muchísimos datos de inteligencia."Falso", cortan a su lado. "Leo no es asesor de Santiago, ni mucho menos. ¿Es elemento de consulta? Sí. ¿A veces Santiago le pregunta? Sí. Pero de ningún modo lo asesora", cortan a su lado, dolidos. "¿Le reprochan tener un pasado? Sí, claro. Pero no cuentan que laburó como un perro, que fue pobre hasta 2012 y que ahora tiene 600 empleados".Febrero le resultó un mes agridulce. El 3, Estados Unidos rechazó su formulario migratorio. El 5, Santiago Caputo colocó a su socio Colunga como director de Aerolíneas Argentinas. El 22, logró la cumbre entre Trump y Milei, y gozó de las mieles de la gloria desde la primera fila. El 24, la Justicia cerró su demanda por la "green card" que no fue. El 26, su avión aterrizó en Aeroparque, con Arrieta como pasajera."¿Sabés quién estaba en la pista cuando llegó el avión?", desafían desde el círculo de Scatturice, que procesa e infiere como agente de inteligencia. "El yerno del 'Nono', un socio de Michel. ¿Vos te creés que eso es casual?".Sin aludir a los encuentros recurrentes con Caputo ni a los servicios prestados por Scatturice como abrepuertas oficioso en Washington, el vocero presidencial Manuel Adorni sostuvo que el Gobierno no tiene "ninguna relación" con él o Arrieta. "Excepto", aclaró, "en situaciones fortuitas y contingentes como puede ser la CPAC".