resistir

Fuente: Página 12
13/05/2024 21:15

Moscú extiende su ofensiva en el nordeste de Ucrania pero Kiev asegura resistir

El avance ruso se produce en simultáneo con la destitución del ministro de Defensa Serguéi Shoigú, luego de dos años de conflicto en Ucrania.

Fuente: La Nación
11/05/2024 19:18

Aislado y desafiante, Israel promete "resistir solo" la guerra contra Hamas

TEL AVIV.- Turquía suspendió sus relaciones comerciales con Israel, y el máximo tribunal internacional del mundo está evaluando si la dirigencia israelí no cometió genocidio. Las protestas contra la guerra de Israel en Gaza ya han ganado las calles y los campus universitarios en todas partes del mundo, y España e Irlanda dicen que antes de fin de mes darán reconocimiento formal a la existencia de un Estado palestino.Y ahora y por primera vez desde que empezó la guerra, hasta Estados Unidos -histórico aliado y benefactor incondicional de Israel- amenaza con frenar el envío de ciertas armas.Siete meses después de que gran parte del mundo le haya prometido su apoyo por el ataque terrorista de Hamas, Israel está cada vez más aislado. Con una guerra en curso que ya dejó más de 34.000 palestinos muertos y a la Franja de Gaza al borde de la hambruna, cualquier simpatía internacional que Israel haya concitado el 7 de octubre se evaporó por completo.Y nada preocupa o debería preocuparle más a Israel que un resquebrajamiento de sus relaciones con Estados Unidos. El presidente Biden, que antes callaba sus expectativas de que Israel protegiera a los civiles e incrementara la ayuda humanitaria, ha tenido que endurecer su postura por presión de la política partidaria en el contexto de un año electoral. Esta semana, el mandatario anunció que Estados Unidos frenó el envío a Israel de 3500 bombas de alta capacidad.En su mayor toma de distancia del gobierno de Israel hasta el momento, el miércoles Biden llegó a advertir que las armas podrían seguir en el freezer durante un buen tiempo, una sugerencia que pareció dar cuenta de la indignación que cunde en las capitales y campus universitarios del mundo. La semana terminó el viernes con en un gesto mayormente simbólico de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que respaldó el pedido de Palestina de integrarse al organismo, y el remate llegó el sábado en Suecia, con una protesta multitudinaria en rechazo de la participación de Israel en el Festival de la Canción de Eurovisión."Si tenemos que resistir solos, resistiremos solos", lanzó Netanyahu el jueves, en un reconocimiento implícito y desafiante de que su país quedó prácticamente aislado.Este efecto rebote de la guerra en todo el mundo, que hasta incluye escraches y boicots contra deportistas y académicos israelíes, tiene desconcertada y aturdida a la opinión pública dentro de Israel, que sigue traumatizada por los ataques del 7 de octubre y considera mayoritariamente que la guerra está justificada. Muchos israelíes achacan el actual aislamiento de Israel al antisemitismo y a la política interna norteamericana. A otros les cuesta diferenciar una crítica razonable de un señalamiento moral selectivo. Y también se preguntan por qué nadie habla de las víctimas israelíes ni se pregunta por qué no hay protestas contra la persecución de los uigures en China o contra la brutal invasión de Rusia a Ucrania."Los manifestantes de las universidades norteamericanas no piden la paz ni piden un Estado palestino independiente o la solución de los dos Estados: lo que están pidiendo es la desaparición de Israel", dice Eytan Glboa, expertos en relaciones Israel-Estados Unidos."Estamos frente a la formación en cámara lenta de un Estado paria", apunta Alon Pinkas, exdiplomático israelí.Pero la compleja y transversal reprobación que llega de todo el mundo no puede desestimarse como un simple capricho de militantes anti-Israel: el país enfrenta consecuencias reales, para su seguridad y su economía.Y si bien el aislamiento en parte es un subproducto de la forma en que Israel ha librado esta guerra, los analistas y exfuncionarios dicen que también refleja el rechazo internacional a la reticencia de Israel a dejar ingresar ayuda alimentaria, un giro geopolítico que relegó a Israel en la lista de prioridades y que dejó a los israelíes solos con sus propios problemas.No es la primera vez que Israel soporta la mirada fulminante del mundo, desechando las frecuentes críticas en la ONU y minimizando un boicot árabe de varias décadas. Aunque Israel ocupa una pequeña franja de tierra, siempre ha ejercido una atracción centrípeta que colocó sus guerras en el centro emocional de la política global. Pero no estamos ni en 1948, ni en 1967, 1973, 1982, 2006 ni 2014, años con conflictos previos.Antes del 7 de octubre del año pasado, la mayoría de los aliados de Israel en Occidente estaban enfocados en la lucha de Ucrania con Rusia y en el desafío que implica una China más agresiva en la arena internacional. Medio Oriente prácticamente había desaparecido del radar. El cambio climático estaba generando una retirada del petróleo. Y Arabia Saudita e Israel estaban negociando abiertamente una normalización de sus relaciones, por más que la democracia israelí se hubiese vuelto más internista y polarizada.Fue exactamente en ese momento que Hamas atacó e Israel tomó represalias.La primera respuesta de Biden fue su total solidaridad: "El apoyo de mi gobierno a la seguridad de Israel es sólido e inquebrantable como una roca", dijo el día del ataque. De inmediato se sumaron otros líderes mundiales: los colores de la bandera israelí se proyectaron en la Puerta de Brandenburgo, en el número 10 de Downing Street de Londres, y en la Ópera de Sydney.Sin embargo, y aunque los horribles detalles de los asesinatos y mutilaciones de Hamas sembraron pesadillas, ya desde un principio hubo señales de preocupación sobre el gobierno de Netanyahu y su enfoque absolutista.Para muchos estrategas militares, la promesa de Netanyahu de "demoler a Hamas" era demasiado amplia para ser viable. Y cuando las fuerzas israelíes comenzaron a lanzar enormes bombas sobre las hacinadas ciudades de Gaza, derribando edificios sobre familias y combatientes por igual, el apoyo a Israel se debilitó.Washington le advertía a Israel que protegiera a los civiles, pero Israel siguió bombardeando. Estados Unidos y otros países presionaron para que Israel abriera corredores de ayuda humanitaria y exigieron un plan para gobernar Gaza después de los combates. Israel intensificó su asalto al diminuto y densamente poblado territorio de la franja, donde viven dos millones de habitantes, muchos de ellos niños, y prohibió el ingreso a la zona de conflicto a la mayoría de los periodistas independientes.Los resultados fueron nefastos: a finales de noviembre, el ritmo de mortandad en Gaza era más alto que en los peores momento de los ataques liderados por Estados Unidos en Irak, Siria y Afganistán, ampliamente denunciados por agrupaciones de derechos humanos.Menos de dos meses después, Israel ya iba perdiendo apoyo en Europa y Estados Unidos, incluso antes de que las protestas estudiantiles escalaran hasta convertirse en enfrentamientos con la policía, antes de los llamados a la desinversión, y antes de que las encuestas mostraran que la impopularidad de la guerra afectaba las posibilidades de reelección de Biden.El 1 de abril fue un momento bisagra: ese día un ataque fallido de Israel mató a siete trabajadores humanitarios, muchos de ellos extranjeros, de World Central Kitchen y se supo que en Gaza habían muerto niños de hambre, y a partir de ese momento las palabras "genocidio" y "maldad" empezaron usarse para describir una campaña que bélica que Israel insistía en que era en autodefensa.El aislamiento total todavía parece lejos: Israel no es Corea del Norte. Biden ya ha aclarado que mantendrá el abastecimiento de armas defensivas, y los republicanos se han puesto aún más firmemente del lado de Israel. Sin embargo, los analistas señalan que si la animadversión hacia Israel sigue en aumento, lo que los israelíes prefieren ver como un temblor puede convertirse en una fractura tectónica."Perdieron el apoyo de los jóvenes", apunta Ian Bremmer, profesor adjunto de asuntos públicos e internacionales de la Universidad de Columbia y presidente de la consultora de riesgo político Eurasia Group. "Ellos no estaban vivos, no saben del Holocausto", señala Bremmer. "Para ellos Israel es un país increíblemente poderoso que está en guerra desde hace siete meses y que es totalmente indiferente al sufrimiento de los palestinos".Por Damien CaveTraducción de Jaime Arrambide




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