A los 78 años, sigue demostrando que está de pie: en el cine, el fisicoculturismo y también en el activismo climático. Desde su infancia en una Austria devastada por la guerra hasta su ascenso en Hollywood y la política, supo cómo reinventarse una y otra vez, demostrando que para él, los finales no existen
Lorena Blanco Pita, una destacada atleta gallega de la categoría Bikini Pro de la IFBB, murió repentinamente el sábado en su domicilio de Lugo, España. La deportista se entrenaba arduamente en el Club Fluvial de Lugo junto a su pareja y entrenador, Izzy Bolaños, con la mira puesta en el Ms. Olympia, la competencia más importante a nivel mundial, que se celebrará en Las Vegas en octubre. La noticia impactó profundamente a sus compañeros, entrenadores y seguidores, quienes la veían como una figura en ascenso dentro del circuito profesional.¿De qué murió Lorena Blanco?Lorena Blanco Pita murió a causa de un infarto fulminante. Tras desplomarse en su casa, fue trasladada de urgencia al Hospital Universitario Lucus Augusti (HULA), donde los médicos confirmaron su fallecimiento.El funeral de Lorena Blanco se realizó el domingo pasado en Lugo, en una ceremonia íntima organizada por su familia y amigos más cercanos.¿Quién era Lorena Blanco?Lorena Blanco era una fisicoculturista española de 37 años que competía en la categoría Bikini Pro de la IFBB (International Federation of Bodybuilding and Fitness). Había logrado destacarse en el circuito profesional gracias a su disciplina y constancia. En 2023, obtuvo su tarjeta profesional tras consagrarse en el Campeonato Europeo NPC Worldwide. Ese mismo fin de semana, debutó en la categoría Pro con un prometedor 11º puesto en el Europa Pro.En 2024, Lorena Blanco compitió en siete certámenes internacionales, destacándose con un cuarto puesto en el Tahoe Pro. Este resultado le abrió la puerta para competir en el Ms. Olympia 2025. Durante este año, ya había participado en cuatro torneos y obtuvo el subcampeonato en el Kökény Classic Hungary Pro. Recientemente, había competido en Medellín, Colombia, en el Gomeisa Ultimate Battle Pro, donde terminó duodécima.La repentina muerte de Lorena Blanco generó una ola de conmoción y tristeza en el mundo del fisicoculturismo. Compañeros de la IFBB, colegas del fitness y entrenadores de todo el mundo expresaron su dolor y rindieron homenaje a la atleta a través de las redes sociales. Su fallecimiento también puso de relieve los riesgos y exigencias extremas a los que se enfrentan los atletas de élite en esta disciplina.Más allá de sus logros deportivos, Lorena Blanco era admirada por su actitud positiva y su disposición para inspirar a otras mujeres que buscaban abrirse camino en un deporte históricamente dominado por los hombres. Quienes la conocieron destacan su personalidad siempre positiva, su disponibilidad para ayudar a los demás, su sonrisa constante y su deseo de motivar a otras mujeres en un ámbito tradicionalmente masculino.Los riesgos del fisicoculturismo profesionalEl fisicoculturismo profesional exige un compromiso físico y emocional extremo. La preparación para torneos como el Olympia implica meses de entrenamiento diario, dietas estrictas, suplementación controlada y un nivel de estrés corporal que muy pocos están en condiciones de sostener. Si bien no se difundieron detalles médicos sobre si Lorena Blanco sufría afecciones previas, su repentina partida en plena etapa competitiva dejó en evidencia los riesgos a los que se enfrentan muchos atletas de élite.Este contenido fue producido por un equipo de LA NACION con la asistencia de la IA.
Tenía 37 años, un físico trabajado al detalle y la mirada fija en octubre, cuando soñaba con subir al escenario del Ms. Olympia en Las Vegas, la máxima cita mundial del fisicoculturismo. Pero el sábado por la mañana, su cuerpo dijo basta. Lorena Blanco Pita, atleta gallega de la categoría Bikini Pro de la IFBB, murió de un infarto fulminante en su domicilio de Lugo. Fue trasladada de urgencia al Hospital Universitario Lucus Augusti (HULA), donde los médicos confirmaron su fallecimiento. La noticia conmocionó al mundo del fisicoculturismo profesional.Blanco no era una figura anónima. En un circuito cada vez más competitivo había logrado destacarse a fuerza de disciplina y constancia. Se entrenaba cada día en el Club Fluvial de Lugo junto a su pareja y entrenador, Izzy Bolaños, con quien compartía no solo la vida, sino también el sueño deportivo. En 2023 obtuvo su tarjeta profesional tras consagrarse en el Campeonato Europeo NPC Worldwide. Ese mismo fin de semana debutó en la categoría Pro con un prometedor 11º puesto en el Europa Pro. Desde entonces, su evolución fue constante.En 2024 compitió en siete certámenes internacionales, donde se destacó con un cuarto puesto en el Tahoe Pro, resultado que le abrió la puerta para competir en el Ms. Olympia 2025. Durante este año ya había participado en cuatro torneos: fue subcampeona en el Kökény Classic Hungary Pro y venía de competir en Medellín, Colombia, en el Gomeisa Ultimate Battle Pro, donde terminó duodécima. El regreso a Galicia era un breve paréntesis antes de retomar la ruta competitiva rumbo a Las Vegas.El sábado 26 de julio, sin embargo, el deporte recibió un golpe inesperado. Lorena se desplomó en su casa y, pese a la rápida intervención médica, no pudo ser reanimada. A las pocas horas, las redes sociales comenzaron a llenarse de mensajes de dolor, sorpresa y homenaje. Compañeros de la IFBB, colegas del fitness y entrenadores de todo el mundo la despidieron con respeto y afecto. View this post on Instagram A post shared by IZZY BOLAÑOS - COMPETITION COACH//ALPHA SQUAD (@izzy_coach_alpha)Su muerte volvió a poner en foco los límites del fisicoculturismo profesional, una disciplina que exige un compromiso físico y emocional extremo. La preparación para torneos como el Olympia implica meses de entrenamiento diario, dietas estrictas, suplementación controlada y un nivel de estrés corporal que muy pocos están en condiciones de sostener. Aunque no se difundieron detalles médicos sobre si sufría afecciones previas, su repentina partida en plena etapa competitiva dejó en evidencia los riesgos a los que se enfrentan muchos atletas de élite.Lorena Blanco no era ajena a ese esfuerzo. En cada competencia mostraba progresos notables en simetría, definición y puesta en escena. Había encontrado su lugar dentro del circuito Pro y, sobre todo, era admirada por su actitud: siempre positiva, siempre disponible para quienes la rodeaban, siempre sonriente y abierta a inspirar a otras mujeres que buscaban abrirse camino en un deporte históricamente dominado por los hombres.Su funeral se realizó el domingo pasado en Lugo, en una ceremonia íntima organizada por su familia y amigos más cercanos.
El tercer hijo de la infanta Cristina ha acudido este lunes a la clínica Quirón de Madrid después de disfrutar el pasado 13 de junio del cumpleaños de su madre
La actual novia del hijo de la infanta Cristina es muy conocida en los círculos de la alta sociedad por sus raíces aristócratas