Fue elegida por una guía italiana especializada en destacar las mejores pizzerías del planeta.Su propuesta simple y de calidad logró conquistar paladares dentro y fuera del país.
La idea rondó entre las autoridades porteñas desde que el arquitecto Alberto Prebisch construyó el Obelisco en 1936. Así lo confirmaría una misiva del entonces intendente de la ciudad, Mariano de Vedia y Mitre: "Existe el propósito de dotarlo de un ascensor interno que permita el acceso del pueblo a la cúspide del monumento". Casi 90 años después, empezó la cuenta regresiva para hacer realidad este anhelo que marcará un hito en la historia del ícono de Buenos Aires. La Plaza de la República es un punto clave, entre las avenidas 9 de Julio y Corrientes. Un lugar en donde se aglomeran turistas, tanto nacionales como extranjeros, para fotografiarse al pie del Obelisco. La vista exterior es, por el momento, la única forma generalizada de registrar el paseo, pero próximamente el atractivo va a ser otro: una visión panorámica desde el interior del monumento y a través de las cuatro ventanas de la cúpula, a 67,5 metros de altura.Aunque todavía no hay una fecha exacta de apertura al público, el Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana porteño, a cargo de Ignacio Baistrocchi, terminó la obra de un mirador 360°, conformado por un ascensor y escaleras, mediante los cuales los visitantes podrán acceder a este nuevo espacio de forma rápida y segura. Por el momento, se estima que una vez habilitado podrán subir hasta 120 personas por día. Como primer paso, la Ciudad anunció que durante mayo, en el contexto del 89° aniversario del Obelisco, habrá visitas gratuitas con cupos limitados. Luego de esto, se cobrará la entrada, con -estiman- un "precio especial" para los locales. La obra se había anunciado, inicialmente, durante la gestión de Horacio Rodríguez Larreta, y se estimaba que los trabajos comenzarían en noviembre de 2022. Pero ese mismo mes se designaron nuevos miembros en la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos, el ente que debe aprobar las modificaciones de toda estructura considerada Monumento Histórico Nacional, categoría que alcanzó el Obelisco, por lo que se debió evaluar de nuevo el proyecto. Además, todo demandó estudios de factibilidad que avalaran la construcción. Una de las complicaciones en este aspecto fue que el tamaño de la puerta de entrada no permitía el ingreso de grandes estructuras. De ahí que se determinó, finalmente, que el ascensor se construyera afuera del edificio y se ingresara luego, por partes, para hacer el montaje en el interior. "Como un Tetris", comentó Baistrocchi en una recorrida exclusiva para los medios, de la que participó LA NACIÓN. Los trabajos concretos empezaron en septiembre del año pasado.Al ingresar, enseguida se ve la nueva escalera metálica, que bordea el ascensor hasta lo más alto y que será utilizada en caso de emergencias. A solo ocho escalones de distancia aparecen las puertas vidriadas que dan acceso al elevador. Aunque la base del Obelisco mide 6,8 metros por lado, la cúpula solo alcanza los 3,5. Por eso, el último trayecto para llegar a la punta se hace a través de una escalera caracol angosta de 35 escalones. Desde las cuatro ventanas de arriba -una por cara- la vista casi panorámica impacta: a lo lejos corre el río y hacia los lados, las avenidas, los autos que parecen miniaturas, los árboles. "La época más linda es la de los jacarandás. También la de las tipas", opinó el funcionario."El ascensor se instaló sin afectar en absoluto al monumento: vino armado desde la fábrica y en el Obelisco se realizaron las tareas de instalación. Dentro de las más relevantes, acondicionamos instalaciones eléctricas y adaptamos el piso para fijar la escalera caracol y la estructura metálica del ascensor, mientras que el ascensor propiamente dicho ingresó y se armó adentro, ya que la puerta original es el único punto de ingreso", especificó el ministro.La construcción la llevó adelante luego de una licitación, la empresa Servas, que, según su página oficial, diseñó, fabricó e instaló la estructura. Arriba se llega de forma directa en solo un minuto. La capacidad máxima, tanto dentro del ascensor como en la cúpula, es de cuatro personas. Juan Vacas, subsecretario de Paisaje Urbano del ministerio y arquitecto, presente en la recorrida, contó que el Obelisco era "un gran vacío", al referirse a la parte interna, y que "se aprovechó esa circunstancia". De hecho, en ese "gran vacío" solo había una escalera marinera de 206 escalones. Se podía ascender usando casco, guantes de amianto, arneses y la asistencia de personal de Defensa Civil.El jefe de Gobierno, Jorge Macri, expresó a través de un comunicado: "Este gran proyecto de ingeniería va a revalorizar uno de los símbolos porteños. El mirador panorámico es un nuevo atractivo turístico que cambiará la manera de ver nuestra ciudad y su patrimonio, como en las grandes metrópolis del mundo".Pese al fin de las obras, todavía no hay una fecha exacta de apertura al público, como ya se señaló. Esto depende del Ente de Turismo (Entur), que hará un llamado a licitación para que una empresa privada se encargue de la operación del mirador. Esto incluirá una "propuesta museográfica" que, contaron fuentes oficiales, podrán ser fotos históricas y textos que acompañen la experiencia de los visitantes. Además, restan algunos detalles para ir ajustando, como apostar personal de seguridad en la entrada y en la cúpula, ya que el ascensor funciona solo, y los precios de las entradas. También se definirá más adelante cómo se podrán conseguir los tickets. En cuanto a la parte exterior, todavía queda por hacer algunas remodelaciones. Vacas contó que el próximo paso es pintar el monumento. Primero, detalló, debían esperar a que terminara la obra interna, ya que la pintura se hace a través de silleteros, lo que significa que los profesionales tienen que subir para realizar el trabajo de arriba hacia abajo. Sí realizarom pruebas de color a través de estratigrafías: "Se van sacando capas de pintura con bisturí. Se ven todas las capas que tuvo a lo largo de los años. La prueba se mandó a la Comisión Nacional de Monumentos y al Área de Protección Histórica (APH)", agregó. En un costado de la estructura se ven los varios tonos de grises que tuvo a través del tiempo. Esta etapa comenzará esta semana, y debe terminar antes de poner en funcionamiento el mirador. El trabajo lo hará una familia de silleteros, y será la primera vez que participará una mujer.También especificó que van a cambiar la reja que protege al monumento, para reforzar la protección del monumento, sobre todo ante aglomeraciones en la zona. De hecho, subir hasta la cúpula, ver la ciudad a esa distancia, trae recuerdos de los festejos del Mundial de 2022 y de las personas que llegaron hasta lo más alto para agitar las banderas argentinas. Por otro lado, la semana pasada se cambió por primera vez desde su creación el pararrayo, como parte del mismo proyecto. El original, que también databa de 1936, fue donado al Buenos Aires Museo (BAM) para que forme parte del patrimonio del lugar.
Los monumentos emblemáticos de la capital francesa y de la Ciudad de Buenos Aires, honrarán la memoria de Jorge Bergoglio a través de distintas acciones a lo largo de la jornada de este lunes. Leer más
El Obelisco, uno de los símbolos porteños por excelencia, estrenará a partir de mayo un mirador en la cúpula del monumento, a 67,5 metros de altura, que se accederá por medio de un ascensor, en solo un minuto. Una vez arriba, los espectadores podrán disfrutar de una vista panorámica de la Ciudad. El Gobierno porteño, que conduce Jorge Macri, anunció que se terminó la instalación del mirador interno, al cual podrá acceder a partir de ahora en un minuto, por medio de un ascensor que cuenta con un lado vidriado y otro con una pantalla. "Este gran proyecto de ingeniería revaloriza uno de los símbolos porteños. El mirador panorámico es un nuevo atractivo turístico que cambiará la manera de ver nuestra Ciudad y su patrimonio, como en las grandes metrópolis del mundo", resaltó Macri, al visitar el monumento, junto a su esposa, la periodista María Belén Ludueña.Además, lo acompañaron la vicejefa de Gobierno, Clara Muzzio; el ministro de Espacio Público, Ignacio Baistrocchi y el presidente del Ente de Turismo de la Ciudad, Valentín Díaz Gilligan.El ascensorAl Obelisco se entra desde la Plaza de la República y se accede al ascensor a través de 8 escalones. El ascensor está sostenido mediante un sistema de anclajes. Y hay una escalera metálica alrededor para casos de emergencia. "Lo que hace especial este lugar es la vista. No hay otro punto en la Ciudad desde donde se pueda verla así", apuntó Muzzio.Al bajar del ascensor hay que subir 35 escalones para llegar a las cuatro ventanas en la cúpula del monumento, situadas a 67,5 metros de altura. "El ascensor se instaló sin afectar en absoluto al monumento. Acondicionamos instalaciones eléctricas y adaptamos el piso para fijar la escalera caracol y la estructura metálica, mientras que el ascensor entró por partes y se armó adentro, porque la puerta original es el único punto de ingreso", explicó Ignacio Baistrocchi, ministro de Espacio Público e Higiene Urbana, en relación con la obra. Según precisaron desde el gobierno porteño, durante el mes de mayo habrá visitas gratuitas para vecinos que tendrán un cupo limitado, con motivo del aniversario del Obelisco. Mientras tanto, el Ente de Turismo de la Ciudad (Entur) se encuentra trabajando en un proceso licitatorio para la operación del mirador que, según anticiparon, incluirá también una propuesta museográfica. "El mirador nos va a dar la posibilidad de ofrecer a los visitantes una experiencia que va más allá de la típica foto con el monumento. Gracias al trabajo en conjunto con el sector privado, los turistas van a poder acceder a una vista panorámica inigualable", aseveró Valentín Díaz Gilligan, presidente del Entur. El Obelisco es actualmente un monumento histórico nacional, que fue creado por el arquitecto Alberto Prebisch para celebrar los 400 años de la primera fundación de Buenos Aires. Allí, en la Plaza de la República, fue izada por primera vez la bandera nacional en la ciudad. Originalmente, estaba revestido con lajas de piedra blanca calcárea de Córdoba, que en 1939 fueron cambiadas por revoque porque algunas se desprendieron. En tanto, la semana pasada se reemplazó el pararrayos por primera vez desde su inauguración. Según señalaron desde la administración porteña, originalmente ya estaba en los planes de Prebisch la creación de un ascensor interno para acceder a la cúpula. Tanto es así, que el intendente De Vedia y Mitre, en una carta del 4 de mayo de 1936 dirigida al doctor Ramón S. Castillo, interinamente a cargo del Ministerio del Interior de la Nación, llegó a afirmar: "Existe el propósito de dotarlo de un ascensor interno que permita el acceso del pueblo a la cúspide del monumento".
Con un nuevo sistema, uno de los principales puntos históricos del país aumenta su atractivo. Según Jorge Macri, esto "revaloriza el símbolo porteño".
Luego de nueve meses de trabajos, el Ejecutivo comunal inauguró un espacio de atracción turística en pleno entro de la Capital Federal. Si bien se habilitó hoy, el público en general recién podrá ingresar durante el mes de mayo, cuando se celebren los 89 años de su construcción. Al mismo tiempo, el Ente de Turismo porteño continuará con el proceso de licitación del servicio, ya que será el organismo que estará a cargo de su operación. Los detalles de la obra que permitirá a cientos de turistas disfrutar de las vistas que ofrece la Ciudad desde lo alto. Leer más
La Plaza de la República es un punto clave de la ciudad, entre las avenidas 9 de Julio y Corrientes. Un lugar en donde se aglomeran turistas, tanto nacionales como extranjeros, para fotografiarse con el gran ícono porteño, el Obelisco. La vista exterior es, por el momento, la única forma generalizada de registrar el paseo, pero próximamente, el atractivo va a ser otro: una visión panorámica desde las cuatro ventanas en la cúpula del monumento, a 67,5 metros de altura.Aunque todavía no hay una fecha exacta de apertura al público, el Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana porteño, a cargo de Ignacio Baistrocchi, terminó la instalación de un mirador interno en el monumento, conformado por un ascensor y escaleras, a través de los que los visitantes podrán acceder a este nuevo espacio de forma rápida y segura. Es una idea que rondó en el gobierno desde que el arquitecto Alberto Prebisch lo construyó en 1936. Así lo confirmaría una misiva del entonces intendente de la ciudad, Mariano de Vedia y Mitre, dirigida al doctor Ramón Castillo: "Existe el propósito de dotarlo de un ascensor interno que permita el acceso del pueblo a la cúspide del monumento".Por el momento, se estima que, una vez habilitado, podrán subir hasta 120 personas por día. Y aunque no hay fecha de apertura, como se dijo, el gobierno anunció que, durante mayo, y en el contexto del 89° aniversario del Obelisco, habrá visitas gratuitas con cupos limitados. Luego de esto, se cobrará la entrada, y estiman que habrá un "precio especial" para los locales. La obra se había anunciado, inicialmente, durante la gestión de Horacio Rodríguez Larreta, y se estimaba que los trabajos comenzarían en noviembre de 2022. Pero ese mismo mes se designaron nuevos miembros en la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos, el ente que debe aprobar las modificaciones de toda estructura considerada Monumento Histórico Nacional, por lo que se debió evaluar de nuevo el proyecto. Además, todo conllevó estudios de factibilidad que avalaran la construcción. Una de las complicaciones en este aspecto fue que el tamaño de la puerta de entrada no permitía el ingreso de grandes estructuras. De ahí que se determinó, finalmente, que el ascensor se construyera afuera del edificio y se ingresara, luego, por partes, para montarlo en el interior. "Como un Tetris", comentó Baistrocchi en una recorrida exclusiva para los medios, de la que participó LA NACIÓN. Los trabajos concretos empezaron en septiembre del año pasado.Adentro todavía huele a pintura. Enseguida se ve la nueva escalera metálica, que bordea el ascensor hasta lo más alto y que será utilizada en caso de emergencias. A solo ocho escalones de distancia aparecen las puertas vidriadas que dan acceso a este. Aunque la base del Obelisco mide 6,8 metros por lado, la cúpula solo alcanza los 3,5. Por eso, el último trayecto para llegar a la punta se hace a través de una escalera caracol angosta de 35 escalones. Desde las ventanas de arriba â??una por ladoâ?? la vista casi panorámica impacta: a lo lejos corre el río y hacia los lados, las avenidas, los autos que parecen miniaturas, los árboles. "La época más linda es la de los jacarandás. También la de las tipas", opinó el funcionario."El ascensor se instaló sin afectar en absoluto al monumento: vino armado desde la fábrica y en el Obelisco se realizaron las tareas de instalación. Dentro de las tareas más relevantes, acondicionamos instalaciones eléctricas y adaptamos el piso para fijar la escalera caracol y la estructura metálica del ascensor, mientras que el ascensor propiamente dicho ingresó y se armó adentro, ya que la puerta original es el único punto de ingreso", especificó el ministro.La construcción la llevó adelante, luego de una licitación, la empresa Servas, que, según su página oficial, diseñó, fabricó e instaló la estructura. Arriba se llega de forma directa en solo un minuto. La capacidad máxima, tanto dentro del ascensor como en la cúpula, es de cuatro personas. En diálogo con los medios, Juan Vacas, subsecretario de Paisaje Urbano del ministerio y arquitecto, presente en la recorrida, contó que el Obelisco era "un gran vacío", al referirse a la parte interna, y que "se aprovechó esa circunstancia". De hecho, en ese "gran vacío" solo había una escalera marinera de 206 escalones. Se podía ascender usando casco, guantes de amianto, arneses y la asistencia de personal de Defensa Civil.Por su parte, el jefe de Gobierno, Jorge Macri, expresó a través de un comunicado: "Este gran proyecto de ingeniería va a revalorizar uno de los símbolos porteños. El mirador panorámico es un nuevo atractivo turístico que cambiará la manera de ver nuestra ciudad y su patrimonio, como en las grandes metrópolis del mundo", sostuvo.Pese al fin de las obras, todavía no hay una fecha exacta de apertura al público, como ya se señaló. Es que esto depende del Ente de Turismo (Entur), que hará un llamado a licitación para que una empresa privada lleve a cabo la operación del mirador. Esto incluirá una "propuesta museográfica", que, contaron fuentes de la cartera porteña, podrán ser fotos históricas y textos que acompañen la experiencia de los visitantes. Además, restan algunos detalles para ir ajustando, como apostar personal de seguridad en la entrada y en la cúpula, ya que el ascensor funciona solo, y los precios de las entradas.En cuanto a la parte exterior, todavía queda por hacer algunas remodelaciones. Vacas contó que el próximo paso es pintar el monumento. Primero, detalló, debían esperar a que terminara la obra interna, ya que la pintura se hace a través de silleteros, lo que significa que los profesionales tienen que subir para realizar el trabajo de arriba hacia abajo. Sí llevaron a cabo pruebas de color a través de estratigrafías: "Se van sacando capas de pintura con bisturí. Se ven todas las capas que tuvo a lo largo de los años. La prueba se mandó a la Comisión Nacional de Monumentos y al Área de Protección Histórica (APH)", agregó. En un costado de la estructura se ven los varios tonos de grises que tuvo a través del tiempo. Esta etapa comenzará el martes 22 próximo, y debe terminar antes de poner en funcionamiento el mirador. El trabajo lo hará una familia de silleteros, y será la primera vez que participará una mujer.También especificó que van a cambiar la reja que protege al monumento, para reforzar la protección del monumento, sobre todo ante aglomeraciones en la zona. De hecho, subir hasta la cúpula, ver la ciudad a esa distancia, trae recuerdos de los festejos del Mundial de 2022 y de las personas que llegaron hasta lo más alto para agitar las banderas argentinas. Por otro lado, la semana pasada se cambió por primera vez desde su creación el pararrayo, como parte del mismo proyecto. El original, que también databa de 1936, fue donado al Buenos Aires Museo (BAM) para que forme parte del patrimonio del lugar. Por el momento, se estima que, una vez habilitado, podrán subir hasta 120 personas por día. Y aunque no hay fecha de apertura, el gobierno anunció que, durante mayo, y en el contexto del 89° aniversario del Obelisco, habrá visitas gratuitas con cupos limitados. Luego de esto, se cobrará la entrada, y estiman que habrá un "precio especial" para los locales.
El operador de drones Juan Roleri compartió en su cuenta en la red social X una serie de imágenes que documentaron el reciente cambio del viejo pararrayos instalado en la cima del Obelisco. Las fotografías y grabaciones, tomadas desde lo alto del histórico monumento, ofrecen no solo una perspectiva única de la ciudad de Buenos Aires sino que son también testimonio de lo arriesgada que puede ser la labor de los operarios.A lo largo del hilo, publicado este domingo por la tarde, Roleri compartió además su propio testimonio sobre el reemplazo del dispositivo, tarea que requirió de la intervención de personal especializado que trabajó a 67 metros de altura. Tanto en fotos o videos se puede ver a los técnicos equipados con arneses de seguridad y dentro de una especie de jaula mientras manipulan herramientas y componentes metálicos en la estrecha cúspide del Obelisco. Hoy cambiaron el pararrayos del Obelisco y la empresa me contrató para registrarlo.Cuando creas que tenés coraje, recordá a estos dos cristianos sentados (literalmente) en la punta del Obelisco porteño ð??±Va hilo de imágenes y videos ð??? pic.twitter.com/pQNX3jt4ns— Juan Roleri ð??¹ (@juanroleri) April 13, 2025"Hoy cambiaron el pararrayos del Obelisco y la empresa me contrató para registrarlo. Cuando creas que tenés coraje, recordá a estos dos cristianos sentados (literalmente) en la punta del Obelisco porteño", bromeó el hombre que logró retratar la ardua tarea encomendada a dos trabajadores manuales en el primero posteo de X.En los tuits siguientes, continúa con la puesta en valor de la valentía de los empleados de la compañía Bacigaluppi Hnos S.A. así como describe algunas partes del proceso de sustitución: "Estos pibes ponen el lomo y encima lo hacen con orgullo. Algo que me decía uno de ellos es que iba a contarle a sus nietos qué él había sido quien cambió el pararrayos del Obelisco, dispositivo que había sido instalado por allá en 1936â?³. Acá están terminando de aferrar ese nuevo pararrayos y si: empecé por el final, pero no me aguanté las ganas de mostrarles esto ð??? pic.twitter.com/SAOtFS2QGJ— Juan Roleri ð??¹ (@juanroleri) April 13, 2025Las publicaciones de Roleri generaron una ola de reacciones en la plataforma de Elon Musk, donde usuarios expresaron su asombro por el trabajo realizado. "Se me revuelve el estómago de solo ver las imágenes. Realmente los admiro", destacó una internauta. "Increíble, unos genios estos hombres", acotó otra.El sentimiento que predominó entre navegantes que se toparon con el hilo, que cosechó más de 138.000 visualizaciones en menos de tres horas, fue sin duda alguna el vértigo. "Pueden estar bien agarrados con arneses de seguridad y todo pero estar suspendido a esas alturas... Te la regalo", reconoció un usuario. "Mirá que soy piloto, pero no te lo voy a negar: me tiemblan las piernas del vértigo", coronó un segundo.Y bueno, el pararrayos instalado en 1936 puede descansar. Acá estamos con Pepe y el viejo pararrayos del obelisco ya retirado. pic.twitter.com/atBOQupj3R— Juan Roleri ð??¹ (@juanroleri) April 13, 2025Las últimas obras de modernización Inaugurado hace casi 90 años, el Obelisco es uno de los símbolos más emblemáticos de Buenos Aires. Además de su valor histórico y cultural, el monumento fue objeto de obras de modernización con el paso del tiempo. La última de ellas consiste en la instalación de un ascensor para facilitar el desplazamiento y la habilitación de un mirador que apunta a atraer turistas. El proyecto comenzó en julio de 2024 y finalizará este 2025.El ascensor, con capacidad para cuatro personas y tres de sus caras vidriadas, recorrerá el interior del Obelisco hasta el nivel 55. Desde allí, una escalera caracol de 35 escalones permitirá acceder al mirador, donde están desplegadas un total de cuatro ventanas que ofrecen vistas panorámicas de la ciudad.La estructura del ascensor es metálica y atornillada, lo que permite su desinstalación sin afectar la integridad del monumento. Además, se dispondrá de una escalera metálica de emergencia alrededor del ascensor. Las obras incluyen la limpieza de los muros interiores y el acondicionamiento de las instalaciones eléctricas.
En el Polo Cultural y Deportivo Saldías todo es movimiento. El ensayo en la enorme sala con capacidad para 900 espectadores reúne a un equipo de actores, técnicos, coreógrafos, escenógrafos, músicos. De golpe, un actor camina, salta y vuela por los aires dentro de una gigantesca pelota de fútbol transparente. Puro teatro físico: la impresión es la de estar en una fiesta de los sentidos. Pichón Baldinu le está dando los últimos retoques a su nueva creación. Faltan pocos días para el estreno y él sintetiza su búsqueda con una definición. "Me alucina poner en el aire cuerpos que transmiten un sentimiento y que juegan con el público a la par. Cuando los cuerpos llegan al límite de la euforia, vivo el éxtasis".El realizador, que fue uno de los fundadores del grupo de experimentación teatral La Organización Negra, que recorrió el mundo entero con el espectáculo Villa Villa, de De la Guarda, que hizo trabajos que van desde el diseño aéreo para el musical Tarzán en Broadway hasta la puesta en escena del regreso en vivo de Charly García en Vélez y el Luna Park, tiene un desafío importante. Su nuevo espectáculo, titulado sugestivamente Hincha! Ritual show, propone un viaje hacia el universo pasional y arrebatado del hincha de fútbol, siempre en los bordes y siempre contradictorio, una dimensión a la que accedemos cada vez que seguimos entre la devoción y el sufrimiento a nuestro equipo favorito."Este espectáculo habla del ser humano en estado salvaje. El hincha es un universo que tiene lo más bello y lo más feo de las personas y que se escapa de las convenciones. En algún punto, lo veo como al ser en estado infantil, en su máxima pureza, sin contaminación", explica Baldinu, quien debió atravesar una serie de peripecias para darle espesor al ambicioso proyecto. Al comienzo fue fundamental dar en la tecla con un espacio que se adaptara a las necesidades artísticas. "En todos mis espectáculos, el lugar es clave porque se convierte en un elemento escénico, varía durante el show e incluye al espectador que está activo. Quedé fascinado con este predio por la mística y porque además tiene una cancha de fútbol".Como un sello de sus propuestas, el desplazamiento aéreo, la utilización de escenarios no convencionales, el clima inmersivo y la interacción directa con el público también formaron parte del andamiaje artístico de Hincha!. Él lo explica así: "El teatro aéreo siempre está presente, es lúdico, forma parte de mi lenguaje y lo utilizo porque representa al ser humano viajando por las emociones. Después de vivir los festejos del último Mundial, el aire es directamente la locura". Según el director, la visceralidad de esta propuesta teatral y futbolera tiene ecos de Villa Villa, espectáculo que vibraba con el vuelo de acrobáticos actores y con la participación exaltada del público. "Acá no está tu club jugando, acá estamos nosotros jugando", advierte a los hinchas. "Va a ser un reto hermoso conquistar a los espectadores".Me verás volarPichón Baldinu tiene una larga trayectoria como pionero de un género que renovó la escena, cruzando el teatro con la música, la tecnología, la danza aérea, la ingeniería. La precuela -y a la vez el elemento disparador- de su trabajo sucedió en 1984, cuando viajó a Córdoba junto a sus compañeros de segundo año del Conservatorio de Arte Dramático para ver el espectáculo Accions, de la compañía catalana La Fura dels Baus. Como un choque de planetas, Baldinu, que por entonces tenía 18 años y que venía de estudiar durante la dictadura en un colegio de curas, presenció un espectáculo incendiario que le cambió la vida por completo. Desde ese momento, supo que no quería ser un actor de teatro tradicional o de cine. "La Fura se presentaba en el patio de un colegio, un lugar anticonvencional. Uno de sus integrantes, que solo vestía un pantalón corto y borceguíes, bajó con una antorcha que cayó al lado mío y casi me prende fuego. No podía creer la estética punk de la compañía, el manejo escénico, la temática, los actores. Me voló la cabeza, no podía ponerlo en palabras". A partir de esa experiencia, el colectivo de estudiantes se puso a indagar en un nuevo lenguaje y en la fricción con el espectador. Así, con la primavera democrática y los vientos de cambio como telón de fondo, Pichón se convirtió en uno de los fundadores del rupturista La Negra, antecedente directo de La Organización Negra, grupo de culto de la década de 1980, con legendarios shows, intervenciones y performances callejeras.-¿Qué cosas tomaron de La Fura y en qué aspectos crearon su propia identidad?-Rescatamos lo inmersivo de ellos. Antes no se lo llamaba así: le decían teatro de choque. Pero nosotros inventamos varias cosas. Hacíamos simulacros de fusilamientos en la intersección de avenidas. Uno tiraba cañitas voladoras y todos nos caíamos como si nos hubieran ametrallado. La perfo duraba lo que duraba el semáforo en rojo. Era fuerte, veníamos de la dictadura.-¿Cómo reaccionaba la gente?-La gente no entendía. Nosotros lo llamábamos teatro de guerrilla: tirábamos una bomba artística que duraba segundos y unos panfletos con una receta de fainá por ejemplo. En otra acción, éramos enfermeros que llevábamos a un paciente con una cabeza de chancho en una camilla, le hacíamos respiración boca a boca mientras gritábamos: ¡Se nos va, se nos va!-¿Tenían resistencias desde el teatro tradicional?-Al revés: todo el mundo se corría hacia el under porque ahí se cocinaba algo muy atractivo. Nosotros nos encontrábamos mucho con Batato Barea, Alejandro Urdapilleta, Humberto Tortonese o con las chicas de Gambas al Ajillo. Y el público también estaba abierto a lo nuevo, a lo diferente. En el Parakultural o en Cemento surgía una contracultura creativa y fuerte. Por eso el under tuvo un lugar tan copado.-¿Y estaban cerca del rock?-Sí, muy cerca porque Omar Chabán (dueño de Cemento) nos convocó para hacer un espectáculo (UORC) los jueves con La Organización Negra. Aunque no era una noche en que se saliera, el público se prendió y había filas larguísimas. Un jueves nos presentamos antes de Sumo. En un video, aparece Luca Prodan saltando con las chispas de las moladoras de nuestro show. También nos cruzábamos mucho con Los Redondos, Soda Stereo, Los Twist, Clap. Diego Frenkel es un hermano del alma.-Hay investigaciones y ensayos académicos sobre La Tirolesa, el último espectáculo de La Organización Negra, en el que se colgaron con arneses del Obelisco en 1989. ¿Se daban cuenta de la épica del show?-Sabíamos que estábamos haciendo algo que nunca se había hecho, pero la verdad es que estábamos ahí sobreviviendo. Ese espectáculo fue un milagro porque en 1989 era imposible conseguir el Obelisco.-¿Cómo recordás el espectáculo?-Salimos de los ventanales del Obelisco y descendimos por dos paredes laterales. Yo me colgué del lado sur del Obelisco, una experiencia increíble con música en vivo y cortina de agua. Fueron dos presentaciones en un contexto delirante: estábamos en plena hiperinflación, era imposible conseguir los cables de acero para volar porque todos los días cambiaban de precio y nadie te los quería vender.Del under al mundoDespués de la separación de La Organización Negra, vino la diáspora. Junto con Diqui James, Pichón Baldinu fundó en 1993 la compañía De la Guarda, con una propuesta que ensanchaba aún más el campo de acción: su lenguaje combinaba la acrobacia, el andinismo, el fuego y el agua con lo festivo, el desenfreno y un trabajo que apuntaba al impacto sensorial en obras como Villa Villa y Doma. Pero lejos de la historia romántica y lineal del éxito instantáneo del grupo, debió remarla contra viento y marea, sobre todo en los primeros tiempos, cuando se presentaba en Prix D'Ami."Cuando se terminó La Organización Negra, decíamos: 'Ya estamos grandes, ahora qué vamos a hacer'. Había que parir una nueva compañía. De la Guarda significó empezar de nuevo desde cero, con sacrificio y sin un peso. Por eso, titulamos a la obra como Villa Villa. Era como decir: hacelo igual, no parés, armalo con lo que tengas a mano. Eso nos motivó a continuar. Fue una inversión muy fuerte en tiempo, dedicación, trabajo y en buscar guita porque no teníamos un peso".-¿Quiénes los ayudaron económicamente?-Nuestros padres. Cada uno apoyaba como podía y había que ver si le devolvíamos la plata. Por suerte, fuimos hijos responsables y le reintegramos todo lo que nos prestaron.-¿En qué momento Villa Villa se volvió un fenómeno mundial?-Con el espectáculo que hacíamos en el Centro Cultural Recoleta llegamos a festivales en Londres que tenían mucha exposición. Ahí nos vieron algunos productores y tuvimos la virtud de elegir a las personas correctas. Cerramos contrato con los productores de Rent y montamos Villa Villa en Nueva York. Costó imponerlo al principio, el mercado no estaba preparado para un show asíâ?¦-¿No fue un éxito inmediato?-Para nada. En los Estados Unidos nunca habían visto un espectáculo con estas características y estuvo en crisis a punto de bajar de cartel. Fue muy difícil encontrar una manera de comunicarlo, porque era un lenguaje nuevo, nadie había tomado el aire para un espectáculo que no sea de acrobacia o el Cirque Du Soleil. Lo nuestro era más rústico, difícil de explicar, había que vivirlo.-¿Y cuándo empezó a repuntar?-A partir de que empezaron a venir megaestrellas a ver el espectáculo. El primero fue Leonardo DiCaprio, se lo debemos a él. -¿Ahí fue la explosión?-Sí, pero yo recuerdo un momento más fuerte. Fue cuando los productores nos pidieron que armáramos una segunda compañía de De la Guarda para viajar con el espectáculo. Con Diqui (James) nos fuimos a tomar un trago cerca del puente de Brooklyn para celebrarlo, no podíamos vislumbrar bien lo que se venía, pero nos dimos cuenta que finalmente había funcionado.Las grandes ligasLa bomba estaba a punto de estallar: De la Guarda llegó a tener cuatro compañías trabajando en forma simultánea en diferentes partes del planeta. En Nueva York permaneció en cartel durante seis años. Fue un monstruo grande que pisó fuerte: durante once años, se presentó en ciudades tan disímiles como Londres, Tel Aviv, Tokio, Sídney, Ciudad de México, Moscú, Seúl, Atenas, Estambul, Madrid, Valencia, Bogotá. En total, congregó a más de tres millones de espectadores, entre ellos, un arco interminable de estrellas: Madonna, Tim Burton, Michael Douglas, Matt Dillon, Mick Jagger, Michael Jackson, Lou Reed, Harrison Ford y siguen las firmas.Entre las esquirlas del suceso, Baldinu recibió una propuesta irresistible: diseñar la coreografía aérea del musical Tarzán, una mega producción de Disney en Broadway dirigida por Bob Crowley y con música de Phil Collins. Llevado a términos futbolísticos: lo invitaban a jugar en un equipo grande de la Premier League inglesa. El elenco vino a Buenos Aires y alquiló un teatro desmantelado para probar técnicas de vuelo, asesorado por Pichón, quien diseñó un sistema de cuerdas de bungee y arneses para soportar 1600 kilos."Lo viví como una experiencia arriesgada porque yo no vengo del musical. Es más, no me gustaban los musicales. No voy a decir que ahora me encantan, pero los entiendo y son una versión del teatro mucho más compleja. Mi desafío fue llevar la danza, las coreografías, la narración, la música al lenguaje del aire de una manera visceral, pero sin perder la gracia y la picardía del argumento". Pichón también creó y desarrolló junto a su compañía Ojalá para la Exposición Internacional de Zaragoza un espectáculo llamado Hombre vertiente, que narra el universo conflictivo de un artista con el agua como protagonista, obra que fue vista por más de un millón y medio de espectadores.-También te convocaron para hacer la puesta en vivo de Charly García en un momento muy especial, cuando después de su internación volvió a cantar en 2009 en El concierto subacuático en Vélez. ¿Cómo fue esa experiencia?-Fue muy lindo trabajar con Charly. Estaba renaciendo porque el cuerpo le había puesto un tope. Ahí pude ver una vulnerabilidad que nunca le había visto, porque antes estaba montado en caballos de fuego.-La lluvia impidió que se pueda mostrar tu trabajo.-Exacto. Yo había preparado una tirolesa que venía desde las luminarias de la popular y se metía arriba del piano de Charly. En Pasajera en trance, unas hadas iban a volar desplegando telas por el aire. Todo eso se canceló por la tormenta.-De todos modos, pudiste hacerlo al año siguiente, en los conciertos de Charly en el Luna Park-Sí, hice una puesta que elevó a Charly a varios metros del suelo con un andamio y pude completar lo de Vélez. Había que cuidar a García y todo el grupo lo hizo con un amor increíble, fue fantástico. -Has hecho de todo. A la hora de encarar una nueva producción, ¿cuáles son los límites?-Yo creo que no hay límites, salvo los propios. Es importante la capacidad de visión, de comprensión, de manejar un equipo, de comunicarte, de cómo equilibrás los espíritus de todos, del tono que manejás, porque no nos olvidemos que esto se hace con personas y las personas tienen un tema emocional. Todos somos pura emoción.-¿Sos muy meticuloso?-Sí, pero aprendí que mis espectáculos son tan complicados, que esa minuciosidad no tiene que detener la marcha. Siempre llego muy apurado, muy justo, porque mis propuestas necesitan un tiempo de maduración con el público. No es una obra de escenario que ensayás y listo. En mis shows, las cosas cambian a cada segundo. Vos le estás tirando "nafta" al público. No sabés cómo va a responder. Yo quiero que se enciendan todos.Para agendarHincha! Ritual show. Funciones: desde el viernes 25 de abril, de jueves a domingos, a las 20 h. Sala: Polo Cultural y Deportivo Saldías (San Pedro de Jujuy 4, CABA).
El monumento y las 14 pantallas que lo rodean, se coordinaron para proyectar una misma imagen durante una hora. La intervención marcó el inicio de la Semana Azul 2025, una campaña impulsada por 11 organizaciones. Las imágenes
Los ojos de todos los futboleros están sobre el partido que se jugará esta noche entre Argentina y Brasil. Desde las 21.30, ambas selecciones se medirán en el Monumental en lo que será un partido de alto voltaje. Y si bien los dos equipos están holgados en cuanto a puntos y a un paso del Mundial de Estados Unidos-México-Canadá 2026, no deja de tratarse de un cara a cara vibrante.Quien le puso picante a la previa fue Raphinha. El jugador brasilero, en una entrevista con Romario, arremetió contra la selección argentina: "¿Darles una paliza? Sin duda. Dentro y fuera del campo, si tiene que serâ?¦". Y no se quedó ahí. También habló de la ausencia de Lionel Messi. "Vamos a jugar contra Argentina, nuestro mayor rival. Ahora, gracias a Dios, sin Messi", dijo y subió la apuesta: "Voy a hacerle un gol a Argentina. Voy con todo. Que se jodan".Sus palabras no pasaron desapercibidas y, en las redes sociales, los hinchas argentinos contraatacaron con pedidos para que la selección gane a como dé lugar. "Acá hay un brasilero"Así, en las últimas horas, un grupo de fanáticos brasileños se reunió en el Obelisco como muestra de apoyo a su selección. El móvil del programa F12 (ESPN) fue hasta ahí para mostrar esa alegría y se topó, en el medio, con un hombre con la camiseta argentina. "Acá hay un brasilero, de Brasil, con la camiseta de Argentina", introdujo el cronista. A eso, el hincha agregó: "Soy de Porto Alegre". A lo que el periodista, que era seguido desde el piso por Mariano Closs y todo su equipo, repreguntó: "¿Cómo te llevás con tus compatriotas?". Sin embargo, ahí el truco llegó a su fin y el supuesto hincha brasileño cambió su timbre de voz, dejó entrever que era claramente argentino y remató: "Les vamos a romper bien el or..."."Closs"Por este momento televisivo del día que ocurrió en su programa. pic.twitter.com/8jCfJGRoK0— Tendencias Deportes (@TendenciasDepor) March 25, 2025Desde el cronista hasta el propio Closs se sorprendieron por la respuesta y se llegó a escuchar, con cierto tono humorístico por lo que había pasado: "Es una barbaridad". La broma en cuestión se viralizó en segundos y, en X, hubo quienes festejaron la picardía y hasta quienes cuestionaron lo que este hincha había hecho. En qué canal pasan Argentina vs. Brasil por las eliminatorias sudamericanas 2026 El encuentro correspondiente a la fecha 14 de las eliminatorias sudamericanas rumbo al Mundial Estados Unidos-México-Canadá 2026, que se disputa este martes en Buenos Aires, se puede ver en vivo por televisión a través de TyC Sports, TV Pública y Telefé, como así también por streaming por intermedio de las plataformas TyC Sports Play y MiTelefé. Por su parte, quienes cuenten con Flow, DGO o Telecentro Play pueden sintonizar alguna de las señales directamente a través del cableoperador (en todos los casos se requiere una suscripción activa). Además, existe la posibilidad de seguir el minuto a minuto con estadísticas actualizadas en tiempo real en canchallena.com.TyC Sports.Telefé.TV Pública.TyC Sports Play.Minuto a minuto: canchallena.com.
Mañana a la tarde, en un evento abierto a todo el público. Se trata de una enorme pieza de 20 metros de largo.
Diputados de UxP exigen su liberación y señalan que fueron detenidos sin razón, cuando intentaban tomar un colectivo o permanecían en un bar en microcentro. Leer más
El músico Enrique Fasuolo fue asaltado por un ladrón armado el martes a las 2 de la tarde en Corrientes al 900. El instrumento, con un valor de mercado de unos 3.000 dólares, lo adquirió en los '80 y no se fabrica más. "Ahora no me puedo comunicar ni expresar", expresa el bandoneonista, muy shockeado.
En el lugar donde desde hace tiempo despliega su arte, en pleno Corrientes y 9 de Julio, el corazón latente de la ciudad de Buenos Aires, Enrique Fasuolo vio cómo la melodía de su vida se quebraba en un instante. Justo cuando plegaba su bandoneón, un delincuente armado lo asaltó y le robó ese viejo compañero que fue su voz, su refugio y su historia durante más de cuatro décadas. "Cuando se levantó, el tipo se le presentó enfrente, le apuntó con un arma y le dijo '¡dame todo!'", relató con angustia Alberto, su alumno y amigo hablando por el maestro, que a sus 85 años tenía dificultades para hablar, cargado de angustia y dolor.A las dos de la tarde del martes, la zona del Obelisco vibraba con su incesante oleaje de pasos, murmullos y bocinazos. Pero en ese instante, todo pareció desvanecerse. La impunidad se paseó entre los edificios y arrebató sin resistencia lo que Enrique más amaba. "Nos preguntamos cómo es posible que en el ombligo de Buenos Aires pase esto sin que nadie haga nada", exclamó Alberto, con una mezcla de rabia e incredulidad.Fasuolo buscó agentes de la Policía de la Ciudad para avisarles sobre el robo, pero no había ninguno. La denuncia se realizó horas más tarde, envuelta en una burocracia errante. "El joven que nos atendió no encontraba la dirección en la base de datos. Fue frustrante", lamentó Alberto. "Parecía que ni siquiera sabían cómo proceder, como si todo estuviera diseñado para desalentarnos".Además de ser un objeto de colección de alto valor económico, el instrumento era un verdadero relicario de memorias. "Lo tuvo por más de 40 años, era un modelo alemán anterior a la guerra, con un sonido único", explicó Alberto, con un dejo de nostalgia. "Lo único que se le había cambiado en todo ese tiempo era el fuelle, pero la maquinaria interna era completamente original".Cada acorde que brotaba de su fuelle contenía retazos de una vida dedicada a la música. Para Enrique, aquel bandoneón era su confidente, su ventana al mundo. "Es como si me hubieran arrancado el alma", confesó con un susurro quebrado.No era solo una herramienta de trabajo, era la extensión de su propia existencia. "Más de una vez alguien se le acercó a decirle que estaba por tirarse a las vías y que su música lo había hecho desistir. Son las cosas que le dan fuerzas para seguir", relató, dejando entrever cómo las melodías del maestro habían salvado a otros, mientras buscaban rayos de luz a los cuales agarrarse para no caer en sus abismos."Cuando toca siente que todavía tiene algo que ofrecer, que su historia sigue teniendo sentido. Pero ahora, sin su bandoneón, es como si lo hubieran dejado sin voz", expresó Alberto en nombre del músico, sentado a su lado.El impacto del robo no solo se refleja en la ausencia del bandoneón: también tiene un impacto en el estado de ánimo de Enrique. "Hoy se levantó ansioso, salió a comprar un carrito nuevo, pero se equivocó con las medidas y eso lo amargó más", contó Alberto con impotencia. Su maestro, además, enfrenta un delicado tratamiento ocular cuyo costo se suma a este tormento. "No me puedo dar el lujo de que él se deprima", sentenció su alumno y confidente. El instrumento era la botella de oxígeno que le permitía al viejo músico cambiar las ideas y rejuvenecer cada día."Es que esto no es solo una pérdida material", continuó Alberto. "Para él, es un duelo. Es un luto silencioso que solo quienes amamos la música podemos entender. Yo lo veo y es como si faltara un pedazo de su ser".Ante la desesperación, amigos y músicos de todo el país han iniciado una colecta para ayudarlo a recuperar su arte, su vida. Al mismo tiempo, exigen que las autoridades revisen las cámaras de seguridad y den con el ladrón. "No vamos a parar hasta encontrar su bandoneón de vuelta. Comprarle otro no le quitaría este duelo que siente; para un músico es como conocer a otra persona", afirmó con firmeza.Enrique Fasuolo, el bandoneonista al que le robaron en el Obelisco"Este bandoneón no es solo un objeto. Es una vida compartida, una historia, un legado. No es lo mismo que perder otra cosa", concluyó Alberto. Y es que cada día sin su bandoneón Enrique camina por la ciudad con el peso de una ausencia que no se mide en dinero, sino en latidos, en melodías que se quedaron atrapadas en el silencio."Hace 40 años que Enrique toca en la calle, repartiendo su arte a quien quiera detenerse a escuchar. ¿Cómo es posible que la ciudad le haya dado la espalda en el momento que más lo necesitaba?", se pregunta su alumno con una mezcla de tristeza e indignación.Para quienes deseen colaborar, hay medios de contacto disponibles. Porque la música de Enrique, la música de Buenos Aires, no puede quedar enmudecida. No ahora, no así.Estos son sus datos bancarios: Enrique FasuoloBanco NacioÌ?nCBU 0110095230009504084401
El Gobierno de la Ciudad intervino el Obelisco con un mapping especial en apoyo al Papa Francisco, y a la Familia Bibas, los argentinos que fueron asesinados por Hamas. También se iluminarán de naranja edificios públicos.
Las intervenciones buscan potenciar su atractivo sin alterar su valor patrimonial.Además, el Obelisco suma una nueva propuesta para quienes deseen admirar Buenos Aires desde lo alto.
Una intervención en pleno centro de Buenos Aires utilizó tecnología y creatividad para destacar la importancia de la eficiencia en el hogar. Droppy, un personaje histórico, volvió para sorprender a todos