El debate sobre el uso de prendas religiosas en el ámbito educativo vuelve a encenderse en Europa, esta vez con Dinamarca como epicentro. La primera ministra, Mette Frederiksen, ha puesto sobre la mesa un plan que busca regular la vestimenta en colegios y universidades, una iniciativa que ya genera adhesiones y profundas críticas. La discusión se centra en la convivencia de las prácticas religiosas con los valores seculares, en la formación de las nuevas generaciones.¿Qué es el niqab y quiénes serían alcanzados por la prohibición en Dinamarca?El niqab es un tipo de velo islámico que cubre el rostro de la mujer, dejando únicamente una abertura para los ojos. A diferencia del hiyab, que solo cubre el cabello y el cuello, o la burka, que cubre completamente el cuerpo y el rostro con una malla para ver, el niqab se enfoca en ocultar la cara.La propuesta del gobierno de Dinamarca, liderada por Frederiksen, apunta a que las estudiantes en colegios y universidades de todo el país no puedan utilizar el niqab ni otras prendas que cubran el rostro. Si bien el anuncio no especifica si la medida alcanzaría al personal docente o administrativo, el foco principal recae sobre el alumnado en estos centros educativos.Los alcances de la medida impulsada por FrederiksenLas nuevas medidas no solo contemplan la prohibición de la prenda, sino que también prevén multas para aquellas mujeres que se presenten con un velo cubriendo el rostro en los establecimientos educativos. Adicionalmente, Frederiksen señaló que el plan incluye la retirada de salas destinadas al rezo en instalaciones educativas. "No queremos [salas de rezo] porque son utilizadas como mecanismos para oprimir a las niñas e incluso a los niños", aseveró la primera ministra, según declaraciones recogidas por la agencia Ritzau.Los argumentos del gobierno danés: "La democracia va primero"La justificación central del gobierno de Frederiksen para impulsar esta prohibición radica en la defensa de los valores democráticos y la lucha contra lo que considera una "represión inherente al control social dentro del islam". "Tenemos el derecho a ser creyentes y practicar nuestra religión, pero la democracia va primero", aseguró la primera ministra en sus declaraciones.El anuncio del Ejecutivo danés también obedece a las recomendaciones de un comité de expertas, la denominada Comisión para la Lucha de las Mujeres Olvidadas. El objetivo de este grupo es "garantizar que las mujeres en contextos minoritarios puedan disfrutar de los mismos derechos y libertades que las demás mujeres danesas". Esta comisión busca asegurar que las jóvenes no sean sometidas a presiones que limiten su desarrollo personal y su integración en la sociedad danesa.Un debate que resuena en Europa y antecedentes en DinamarcaLa propuesta danesa no es un caso aislado en el continente. El debate sobre el uso del velo islámico en espacios públicos y educativos es recurrente en varios países europeos. En Francia, por ejemplo, hubo algunos intentos, como el del ex primer ministro Gabriel Attal propuso recientemente prohibir el uso del velo islámico en espacios públicos para las menores de 15 años, argumentando una falta de igualdad entre hombres y mujeres.En la propia Dinamarca, esta no es la primera vez que se intenta legislar sobre el tema. Un plan original similar fue rechazado en 2023 tras generar fuertes reacciones y protestas. Algunos países ya cuentan con prohibiciones sobre el uso de prendas que cubran el rostro en público, argumentando razones de seguridad nacional, ya que "dificultan la identificación" de las personas, y para incentivar la asimilación de minorías.Este contenido fue producido por un equipo de LA NACION con la asistencia de la IA.
MADRID (Europa Press).- La primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, anunció un plan para prohibir el uso del niqab -uno de los velos utilizados por el islam- en los colegios y universidades de todo el país y aclaró que "Dios debe quedar a un lado" para que "la democracia preceda" cuando se trata de la educación. Frederiksen, que alertó de que existe una "represión inherente al control social dentro del islam", indicó que el plan también prevé la retirada de salas destinadas al rezo en instalaciones educativas. "Tenemos el derecho a ser creyentes y practicar nuestra religión, pero la democracia va primero", aseguró en declaraciones a la agencia de noticias Ritzau. Las nuevas medidas contemplan multas para aquellas mujeres que presenten un velo cubriendo el rostro. Asimismo, señaló que se reunirá con los ministros de Educación y Enseñanza Superior, Mattias Tesfaye y Christina Egelund, respectivamente. Con esto, la mandataria busca "dejar claro que las universidades no deben contar con instalaciones religiosas" e instó a los citados ministros a "lograr soluciones conjuntas". "No queremos porque son utilizadas como mecanismos para oprimir a las niñas e incluso a los niños", aseveró. Esta propuesta fue puesta sobre la mesa a medida que crece el debate en otros países de Europa, especialmente Francia, donde el ex primer ministro Gabriel Attal propuso prohibir el uso del velo islámico en espacios públicos para las menores de 15 años aludiendo a una falta de igualdad entre hombres y mujeres. Asimismo, el anuncio del Ejecutivo danés obedece a las recomendaciones de un comité de expertas, la denominada Comisión para la Lucha de las Mujeres Olvidadas, para garantizar "que las mujeres en contextos minoritarios puedan disfrutar de los mismos derechos y libertades que las demás mujeres danesas". En su momento, la propuesta provocó reacciones y protestas en Dinamarca, y el plan original fue rechazado en 2023.En esta nueva oportunidad, la normativa fue duramente criticada por partidos de todo el espectro político por considerar que una legislación de este tipo es inconstitucional y "muy difícil de aplicar". Quienes se oponen a la prohibición general, entre ellos organizaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional, afirman que esto atenta contra el derecho de las mujeres a vestir como deseen. "Todas las mujeres deben ser libres de vestir como les plazca y de llevar prendas que expresen su identidad o sus creencias", afirmó la ONG en 2018.