Gastón Zárate fue arrestado tras ser acusado de matar a un hombre luego de una discusión que comenzó en una cancha de fútbol. La víctima murió al recibir un golpe en la cabeza y se investigan los motivos. Leer más
La víctima fue identificada como Rubén Ezequiel Acuña Ustarroz, de 37 años, quien murió al instante tras ser atacado. Leer más
CÓRDOBA.- Desde el sábado por la tarde está detenido Gastón Zárate, conocido como "El Perejil" por su vinculación con el caso judicial del crimen de Nora Dalmasso en Río Cuarto. Esta vez, fue arrestado por el asesinato de un hombre en esa misma ciudad. "Era muy violento, buscaba peleas y discusiones con cualquiera", lo definió Beatriz, madre de la víctima, Rubén Ezequiel Acuña Ustarroz, de 37 años.El crimen fue en el complejo El Águila, a donde Zárate y sus dos hijos adolescentes estaban jugando al fútbol. Empezaron a pelear verbalmente con Acuña Ustarroz; la discusión siguió afuera del club. Fue en la calle en donde Zárate agarró un fierro y se lo clavó en la cabeza a Ustarroz, que murió en el momento.Zárate y su hijo de 17 años, acusado de participar en la pelea, quedaron detenidos (el menor "demorado") inmediatamente acusados de homicidio. El fiscal de la causa es Javier Di Santo, el mismo funcionario que en 2006 lo había hecho detener por el asesinato de Dalmasso. De la pueblada en favor de Zárate surgió su apodo de "el Perejil".En diálogo con El Doce, Beatriz, madre de la víctima, contó que ambos se conocían de la cancha adonde Ustarroz "iba de vez en cuando a jugar para distraerse. Su cable a tierra era un rato de fútbol, porque no tomaba, no fumaba, no salía. Era una persona excelente"."Se dedicaba al estudio y al trabajo. Estudiaba ingeniería en electricidad, le faltaba una materia, me decía que este año se recibiría. El patrón le daba los días para estudiar", añadió la mujer.En 2022, durante el juicio en el que el viudo Marcelo Macarrón fue declarado inocente de ser el instigador del crimen de Dalmasso, Zárate declaró como testigo."Lo único que yo escuché es lo que siempre voy a repetir. Un día antes que él [Macarrón] se fuera [a Punta del Este] los escuché discutiendo. Y él le decía que 'todo esto se iba a acabar'", declaró Zárate ante el tribunal. También aseguró que el primer abogado del viudo, Daniel Lacase, y la Policía le "armaron la causa". Macarrón pidió la palabra para responderle: "Es un embustero total".
La Justicia de Córdoba investiga la muerte de un hombre de 37 años durante una pelea en un complejo deportivo. Zárate, que cuando era joven fue vinculado al asesinato de Nora Dalmasso, es el principal sospechoso junto a uno de sus hijos. Leer más
CÓRDOBA.- Gastón Zarate, el "perejil" del caso de Nora Dalmasso, quedó detenido este sábado por la tarde en Río Cuarto por el crimen de un hombre de 37 años en un complejo deportivo durante un partido de fútbol. Según las primeras informaciones, la víctima fue atacada por otro hombre, de aproximadamente 45 años, con un elemento contundente y murió en el lugar a raíz de las heridas sufridas. Por el hecho fue detenido Gastón Zárate, quien años atrás estuvo imputado en la causa por el crimen de Nora Dalmasso, en calidad de posible autor del homicidio. El hombre había sido señalado en su momento como "el perejil" del caso y luego quedó desvinculado del expediente. En febrero de 2007, tres meses después del crimen de Nora Dalmasso, Zárate -quien había sido pintor en la casa del barrio cerrado- fue detenido e imputado de los delitos de "violación y homicidio".La medida fue a requerimiento del terceto de fiscales que entonces tenía a cargo la investigación, integrado por Javier Di Santo, Fernando Moine y Marcelo Hidalgo. Cuatro años después, en marzo de 2011, Zárate fue sobreseído.La detención de Zárate durante la investigación por el asesinato de Dalmasso generó una fuerte reacción social que se trasladó a las calles, ya que se realizaron marchas en Río Cuarto para pedir la libertad de ese obrero. El reclamo popular concluyó con la liberación de Zárate luego de 12 horas de encierro. A partir de ese momento se lo conoció como "el perejil", ya que la sociedad que estaba atenta al desarrollo del caso Dalmasso consideró que Zárate solo había sido señalado como sospechoso del crimen para encubrir el homicidio, cuyas crónicas por entonces se enfocaban en posibles vínculos con actores de la clase política cordobesa y empresarios de fuerte poder económico. En esa mirada, Zárate era alguien que cumplía el rol de persona descartable para el poder. El asesinato de Dalmasso sigue impune. Y el llamado "perejil" ahora está detenido por un asesinato.Trascendió que Zárate habría estado en ese complejo deportivo donde se registró el asesinato junto con sus dos hijos adolescentes. En circunstancias que son motivo de investigación, el "perejil" del caso Dalmasso habría quedado involucrado en una pelea que derivó en la muerte de un hombre de 37 años. El arma homicida sería un hierro, que fue utilizado por el asesino para golpear varias veces en la cabeza a la víctima.Los investigadores aguardan los resultados de la autopsia para confirmar la mecánica del crimen. Y tomarán declaración a los testigos de la trifulca.
Tras una pelea por un partido de fútbol donde hubo un muerto se produjo su detención
Tiene bajo la lupa la actuación de Javier Di Santo, Daniel Miralles y Luis Pizarro. Es inminente una resolución del plenario respecto a la apertura del proceso. Podría abarcar a uno, dos o a los tres magistrados. Caso Caeiro, otro caso prioritario. Leer más
Luego de que se identificaran los restos encontrados en una casa lindera a la que vivió Gustavo Cerati, la causa avanzó y surgió el nombre de un potencial sospechoso. Como en el femicidio de Nora Dalmasso, el foco se puso en las limitaciones que tendría la Justicia para actuar. Leer más
El asesinato de Nora Dalmasso en Río Cuarto, en noviembre de 2006, sigue siendo una herida abierta en la memoria colectiva argentina. El reciente documental de Netflix, "Las mil muertes de Nora Dalmasso", no solo revisita el brutal crimen, sino que expone descarnadamente cómo la investigación estuvo signada por la falta de un marco legal adecuado, una cobertura mediática machista y un juicio paralelo que victimizó una y otra vez a Nora y a su familia. La producción nos invita a reflexionar sobre el peso de las decisiones judiciales y mediáticas en un caso que, casi dos décadas después, amenaza con quedar impune.
En diciembre de 2024 se dio a conocer un resultado de ADN que involucra a un nuevo sospechoso.Qué dice el fiscal y cómo sigue la causa.
El abogado Gustavo Liebau, defensor de la familia Macarrón, reclama que la causa por el asesinato de Nora Dalmasso no prescriba y denuncia que, durante casi dos décadas, la víctima, el esposo y los hijos fueron tratados como culpables
El domingo 26 de noviembre de 2006 era un día frío en Córdoba, algo atípico para esa época del año; pero eso no fue lo único extraño, sino también el hecho que lo marcaría para siempre. Un movimiento inusual en Villa Golf, un barrio de la alta sociedad de Río Cuarto, capturó la atención de los vecinos, algo poco común para el lugar: Nora Dalmasso, de 51 años, fue hallada sin vida sobre la cama de la habitación de su hija. A casi 19 años del crimen, Netflix lanzó Las mil muertes de Nora Dalmasso, la miniserie que retrata el caso que paralizó a un país y volvió a abrir una incógnita: ¿por qué hasta el día de hoy sigue sin resolverse? Nora estaba casada con el traumatólogo Marcelo Macarrón, y juntos tenían dos hijos: Facundo y Valentina, de 19 y 16 años, respectivamente. Aquel día, el mayor estaba en Córdoba capital, la menor de intercambio en Estados Unidos y su marido jugando al golf en Punta del Este con unos amigos. Se dijo que tenía amantes, se habló de juegos sexuales e incluso salieron a la venta unas remeras con la frase "Yo no estuve con Norita", las cuales hacían referencia a su supuesta promiscuidad; estos y otros más fueron algunos de los condimentos que hicieron que el caso acaparara rápidamente la atención de los medios, pero también lo condicionaron y desviaron la investigación. Dalmasso, quien también era diseñadora de interiores, fue encontrada semidesnuda, estrangulada con el cinturón de su bata de baño y golpeada con un elemento contundente. La autopsia determinó que murió por asfixia debido al estrangulamiento y que la habían matado tras un encuentro consentido, ya que no había signos de que se hubiera defendido de un ataque sexual. "El objetivo principal fue mostrar quién era realmente Nora Dalmasso y cómo su familia y allegados enfrentaron las consecuencias de este caso durante casi dos décadas", dijo para el gigante del streaming Jamie Crawford, el director de la docuserie que retrata el caso tras recabar el testimonio de los hijos de la víctima, su esposo -quien en su momento fue considerado sospechoso-, amigos íntimos de la pareja, periodistas que cubrieron el caso y expertos legales y policiales. Entre los entrevistados figuran el bioquímico policial Daniel Zabala, el genetista forense Juan Carlos Jaime, el abogado de la familia Gustavo Liebau y el fiscal de cámara Julio Rivero.En sus declaraciones, Facundo, Valentina y Marcelo relatan cómo fue vivir durante más de una década frente a la presencia incesante de las guardias periodísticas fuera de su casa, además de los pasos poco firmes de la Justicia, la misma que deslizó que el primogénito de la víctima podría haber sido el culpable, quien fue obligado a "salir del clóset", es decir a revelar su orientación sexual como él mismo señala en la producción realizada Pulse Films- para demostrar que nunca podría haber tenido un encuentro con su madre.Cuando Facundo fue sobreseído, la investigación giró en torno a Marcelo. Sin embargo, en 2022, año en el que se llevó a cabo el juicio oral, fue absuelto por falta de pruebas: un alivio para la familia, que aún seguía sin saber quién había sido el autor del crimen de Norita, como la llamaba su círculo íntimo. En 2024, la investigación dio un giro. De tal manera, Las mil muertes de Nora Dalmasso deja a los espectadores con ganas de saber más al ubicar en la escena a Roberto Bárzola, un hombre que, en aquel entonces, realizaba tareas de colocación de parquet en la casa y que se presentó en varias oportunidades a declarar como testigo; no obstante, mostró coincidencias con el ADN que apareció en el cinturón con el que le quitaron la vida a Dalmasso.En la actualidad, el hombre de 45 años vive en la ciudad de Río Cuarto, Córdoba, y está obligado a notificar a la Justicia si quiere realizar un viaje o busca cambiar su domicilio. Bárzola está imputado por abuso sexual seguido de muerte y solicitó el archivo de la causa por prescripción, mientras que la familia de la víctima exige que se avance a juicio oral y pide una sentencia condenatoria. "¿Cómo explicarle a la gente que la causa queda impune? Es horrible", se lo escucha decir al final del documental a Facundo Macarrón. "La mataron mil veces, con miles de historias... Eso no le resuelve el tiempo, lo resuelve la Justicia. Pedimos Justicia por Nora", comenta Marcelo Macarrón, mientras que Valentina se dirige con unas palabras para su madre y reza que la lucha no haya sido en vano: "Le diría que este no es el final, sino también el comienzo de seguir luchando para encontrar algún día la verdad".
El fiscal Pablo Jávega habló de "limitaciones en el expediente" mientras continúa la investigación que apunta a un juicio por la verdad. El principal sospechoso es un parquetista que trabajó en la casa de la mujer que fue asesinada en 2006. Leer más
A casi dos décadas del homicidio de Nora Dalmasso, el documental de Netflix reflota detalles polémicos sobre las condenas mediáticas y los vaivenes de la Justicia
Las mil muertes de Nora Dalmasso (Reino Unido/Argentina/2025). Guion y dirección: Jamie Crawford. Producción general: Rosie Taylor. Producción ejecutiva: Jamie Crawford, Tom Keeling. Entrevistados: Facundo Macarrón, Marcelo Macarrón, Valentina Macarrón, Denise Audrito, Pablo Ferrari, Hernán Vaca Narvaja, Cecilia Balbo, Gustavo Liebau. Disponible en: Netflix. Nuestra opinión: muy buena. El título del nuevo docudrama de Netflix no es un mero simbolismo para uno de los casos más emblemáticos de la crónica policial argentina, sino el eje narrativo que asume su reconstrucción: las numerosas muertes -ahora sí, simbólicas, además de la primera real- de Nora Raquel Dalmasso como territorio de análisis. Ella, que en su condición de víctima de un brutal asesinato no parece haber estado en la preocupación de la fiscalía, ni en el interés humano de los medios, ni en los vaivenes políticos que definieron el rumbo de la causa, asoma como el verdadero centro de interés del director Jamie Crawford y el equipo de la productora Pulse. ¿Quién fue en realidad Nora Dalmasso? ¿La mujer de los amantes y las fiestas swingers que describió la cobertura mediática? ¿La sonriente que mostraban las fotografías y los videos caseros? ¿La de las remeras que especulaban con su conducta sexual a modo de broma macabra? ¿La que recuerda con amor y dolor su familia? Las mil muertes de Nora Dalmasso renuncia a la verdad jurídica, que todavía no tiene veredicto y está signada por la presunta prescripción de la causa, para entender una verdad humana sepultada en las distintas versiones de una historia que todavía está en disputa. La estructura cronológica es la más efectiva en estos casos y la que permite preservar el enigma del desenlace, aun cuando muchas veces sea de conocimiento público. En favor de esa lógica, Crawford y su equipo estructuran las entrevistas de todos los participantes, el material de archivo de la época, las imágenes de lugares y escenarios de interés, y sortean dos vicios que el true crime contemporáneo parece ir erradicando: el uso de reconstrucciones con actores o animaciones y la elaboración de una voz en off de tesis que aspire a una cierta conclusión. Las claves están en la construcción de los personajes adecuados, en el planteo de un contrapunto que ofrezca tensión y permita al espectador una lectura autónoma, y en el uso de las entrevistas como off, dejando en cada voz reconocible un posible anclaje de lo que se va reconstruyendo. En ese sentido, la austera intervención de la producción permite un acercamiento equilibrado a lo sucedido, esquivando el sensacionalismo que signó a la causa desde su inicio. La cronología inicia con el descubrimiento del cadáver de Nora Dalmasso la noche del 25 de noviembre de 2006 en su casa de Villa Golf, en la ciudad de Río Cuarto. Los datos son los necesarios: la muerte por estrangulamiento; el cadáver desnudo ubicado en la habitación de su hija; la lejanía de sus tres familiares cercanos (Marcelo Macarrón, su marido, en un torneo de golf en Punta del Este; su hijo Facundo en la ciudad de Córdoba; y su hija Valentina en un intercambio estudiantil en los Estados Unidos). A ello se agrega la pesquisa inicial de la policía, la intervención de la fiscalía, las primeras especulaciones de los medios locales ("Esto iba a pasar, con esos jueguitos sexuales" es el primer comentario que dispara los rumores), y la escalada del caso a nivel nacional. ¿La razón? La importancia de la familia Dalmasso-Macarrón en Río Cuarto, el dinero y la posición social como ejes de un soterrado revanchismo, los condimentos sexuales que se adhieren al crimen, y la necesidad del morbo de todo espectáculo mediático. En ese recorrido, las voces que funcionan como eje informativo son las de Denise Audrito y Pablo Ferrari, periodistas locales, quienes intentan una reconstrucción desde su profesión con distancia y responsabilidad. El eje de interés del documental se desplaza de la inicial reserva de la familia Macarrón y el asedio mediático, a la imputación sucesiva de dos de sus integrantes masculinos, primero Facundo, el hijo, luego el viudo, Marcelo. La voz de Facundo es la que asoma como delegada del propio relato hacia el espectador, en tanto ofrece el lugar de víctima apuntado como victimario primero, y luego asumido como la posición más reflexiva, más que su hermana Valentina que resulta más emocional en sus intervenciones, y que su padre, tardía aparición que intenta tensar las iniciales construcciones de su figura como un hombre soberbio y orgulloso. Pero lo que distingue al trabajo de Crawford como director y guionista es el andamiaje de un duelo persistente que se celebra entre la figura de uno de los periodistas asignados al caso, por un lado, y la familia asociada inicialmente al crimen, pero también al poder político y económico de Córdoba, por el otro. Hernán Vaca Narvaja, de la revista riocuartense Sur, es uno de los entrevistados más interesantes, cuyas aristas permanecen a la espera del juicio del propio espectador. Fue uno de los que escribió con mayor constancia sobre el caso, el que fue demandado por el viudo, el que insistió en la impunidad de la familia. Y también el blanco de las alusiones más críticas de los damnificados por la cruzada de la prensa, una especie de rostro monstruoso de la libertad de prensa. En esa dinámica los tres capítulos analizan mucho más que el misterio del caso o el accionar cuestionable de la justicia, ponen un espejo ante el rol de los medios de comunicación, pero, sobre todo, ante una sociedad que consume el sensacionalismo sin la conciencia de sus devastadoras consecuencias.
La serie documental tiene tres capítulos en los que se cuenta la historia desde la mirada del viudo Facundo Macarrón y sus hijos Facundo y Valentina.Testimonios, videos y fotos nunca vistas en un material que apunta contra la Justicia y a la cobertura periodística del caso.
"Las mil muertes de Nora Dalmasso" reconstruye uno de los casos policiales más resonantes de los últimos tiempos, con la clara intención de eludir el morbo y poner el foco en el tratamiento mediático. La producción incluye entrevistas a los familiares y material de archivo inédito.
El crimen de Nora Dalmasso fue uno de los más comentados y mediáticos en la historia reciente de Argentina. El caso, ocurrido en 2006 en la ciudad de Río Cuarto, no solo sacudió a una familia y a una comunidad entera, sino que también generó un fuerte debate social, judicial y mediático. Ahora, a 18 años del asesinato, se confirmó que Netflix estrenará una serie documental sobre el caso. La producción se adentra en la complejidad de un crimen sin resolver, poniendo el foco en cómo la presión de la opinión pública y el tratamiento de los medios influyeron en el desarrollo de la causa. Con testimonios reales y material de archivo, promete reabrir heridas y preguntas que aún siguen sin respuesta.Las mil muertes de Nora Dalmasso es una producción argentina dirigida por Jamie Crawford, un director y productor británico con amplia experiencia en documentales de crímenes reales, habiendo trabajado en proyectos para la BBC, Netflix, Discovery Channel y Channel 4. La serie se adentra en uno de los casos policiales más enigmáticos del país, reconstruyendo lo sucedido en torno al femicidio de Nora Dalmasso. A través de una mirada documental, se convierte en una reflexión sobre la complejidad del caso, el accionar de la justicia y el rol que jugaron los medios y la sociedad en el desarrollo de los hechos.El estreno en la plataforma de streaming está programado para este jueves 19 de junio y ya genera gran expectativa entre los espectadores. La serie promete no solo relatar un crimen aún sin justicia, sino también exponer cómo la exposición pública puede condicionar â??y hasta desviarâ?? una investigación.Qué se sabe sobre el documentalA diferencia de otros trabajos que intentan dar respuestas definitivas, Las mil muertes de Nora Dalmasso propone un recorrido por las múltiples teorías, versiones e hipótesis que circularon en torno a su muerte. Lejos de ofrecer una verdad única, la serie expone el entramado de sospechas y especulaciones que marcaron el caso desde sus inicios, poniendo el foco en cómo la narrativa mediática contribuyó a multiplicar las "muertes simbólicas" de la víctima. El título, justamente, hace referencia a esa exposición constante que fragmentó su imagen pública.El documental reconstruye paso a paso los principales ejes del caso: el hallazgo del cuerpo de Nora, de 51 años, en su casa del barrio Villa Golf de Río Cuarto, y las pericias iniciales que alimentaron rumores, chismes y acusaciones. También se detiene en la figura de Nora, su vida familiar, las presiones que enfrentaba y cómo fue percibida por la sociedad. A lo largo de la serie, se presentan los distintos sospechosos investigados a lo largo del tiempo: su esposo Marcelo Macarrón, su hijo Facundo, un amigo de la familia apodado "El Francés" David, y un pintor que también fue vinculado al caso.Además, se examina el rol de los medios y cómo la cobertura influyó tanto en la opinión pública como en el accionar de la justicia. Sin dudas, el documental expone con una mirada crítica la falta de respuestas concretas, tras años de investigaciones y un juicio reciente, lo que dejó una sensación de impunidad y una serie de preguntas que siguen sin resolución.
La mujer fue encontrada muerta en su casa de Río Cuarto en 2006. Recientemente un juez de control rechazó la prescripción de la causa y ordenó un "juicio por la verdad", pero la familia apeló para que se juzgue al nuevo sospechoso en un proceso ordinario. Leer más
El 29 de mayo el juez Diego Ortiz ordenó un juicio por la verdad contra el Roberto Barzola, acusado de violar y matar a Nora Dalmasso.Este lunes los Macarrón y el fiscal apelaron porque quieren una condena penal. También lo hizo el acusado para quien la causa prescribió.En 10 días Netflix estrena un documental con testimonios exclusivos de la familia de la victima.
A 18 años del asesinato en Río Cuarto, el caso resurge con el estreno de una serie documental en Netflix. La abogada Mariángeles Mussolini, representante de la familia Macarrón, dijo que es "una forma de recordar a Nora y exigir justicia". Leer más
Jamie Crawford es un director y productor británico especializado en documentales de crímenes reales, con experiencia en proyectos para la BBC, Netflix, Discovery Channel y Channel 4. Su carrera lo ha llevado a abordar historias complejas en diversas geografías, desde desapariciones en la selva hasta grandes festivales musicales como Fiasco total: Woodstock 1999, sobre el malogrado revival del clásico de 1969. También se ha enfocado en figuras en desgracia, como el príncipe Andrés y su licenciosa vida. Ahora, Crawford se mete de lleno en un caso policial argentino con Las mil muertes de Nora Dalmasso, el documental de tres episodios que Netflix estrena el 19 de junio, y que vuelve sobre una de las historias policiales más escandalosas, perturbadoras y mediatizadas de la historia reciente argentina.A casi 19 años del femicidio de Nora Dalmasso, el caso sigue sin resolverse judicialmente, pero no por eso ha dejado de generar interrogantes, coberturas, libros y, ahora, una serie documental. La producción está dirigida por un inglés, pero con el pulso local de quien conoció la ciudad, las personas y la historia de cerca. "Viví en Río Cuarto en los años noventa, justo al terminar la secundaria. Enseñaba inglés y ese año cambió mi vida; fue mi primera conexión profunda con la Argentina", recuerda Crawford desde su hogar en Londres vía Zoom.Esa conexión inicial, casual, se transformó con el tiempo en un vínculo vital: hoy está casado con una argentina, viaja con frecuencia al país y mantiene lazos con amigos de aquella época. Hasta su español es perfecto. Durante la charla solo emitió nada más que dos palabras en inglés. El crimen de Nora Dalmasso, de entonces 51 años, ocurrió una década después de aquella experiencia juvenil, pero nunca le fue ajeno. "Por las peripecias de la vida mantuve mi contacto con la ciudad y, cuando este caso explotó, me llegaba todo. Siempre me llamó la atención la forma en que se cubría la historia. Siempre pensé que se podía contar desde otro lugar".Cuando Nora Dalmasso fue asesinada estaba sola. Su esposo, Marcelo Macarrón, se encontraba participando de un torneo de golf en Punta del Este. Su hijo, Facundo, de 19 años, estaba en Córdoba y su hija, Valentina de 16, en Estados Unidos. La casa estaba cerrada y no había signos de ingreso forzado. La escena fue interpretada como un encuentro sexual que derivó en una asfixia mecánica. Sin embargo, los peritajes nunca lograron establecer con claridad si se trató de un homicidio con connotaciones sexuales o de una puesta en escena para encubrir algo."Lo que me impactó al revisar todo el archivo fue la cantidad de versiones que circularon en los primeros días", recuerda el director. "Cada titular decía algo distinto. Había teorías que apuntaban al entorno íntimo, otras que hablaban de rituales, amantes, negocios. Parecía una ficción".Uno de los momentos más impactantes en la historia del caso fue la imputación del propio hijo de Nora, Facundo Macarrón. "Sí, claro que conocíamos eso cuando empezamos el documental. Y no podíamos dejarlo de lado", dice Jamie. "Lo que vivió Facundo fue brutal. Que te señalen como el asesino de tu madre... eso te marca para siempre. Pero justamente por eso su testimonio es tan poderoso. Queríamos que él pudiera contar su verdad, desde adentro, sin intermediarios".Facundo fue imputado en 2007 por homicidio calificado, pero la causa no prosperó. "Lo acusaron cuando tenía apenas 19 años. Era un estudiante. No tenía móvil ni pruebas firmes en su contra. Pero fue estigmatizado por años. Esa parte de la historia es una herida abierta", señala el director.Nora Dalmasso fue encontrada muerta en su casa del barrio Villa Golf de Río Cuarto, el 26 de noviembre de 2006. Estaba desnuda en su habitación, y la escena sugería inicialmente una muerte por asfixia en un contexto sexual. Durante semanas, luego meses y después años, el caso se convirtió en un rompecabezas de versiones, pistas difusas, acusaciones cruzadas y una cobertura mediática voraz. Pasaron por el banquillo desde albañiles hasta su propio esposo, el médico Marcelo Macarrón, acusado y finalmente absuelto. Ninguna prueba concluyente, ninguna verdad judicial firme. Un crimen sin culpable. Pero con un daño irreparable para su familia, su nombre, y una ciudad entera que nunca volvió a ser igual.Crawford lo dice claro: "Nuestro objetivo no era investigar el crimen. Queríamos contar la historia de la historia. Cómo se construyó ese relato, quiénes hablaron, quiénes callaron, cómo la sociedad procesó algo tan brutal". En ese sentido, el documental no elude la dimensión mediática del caso: hay crónicas de noticieros, titulares, imágenes de archivo y una revisión crítica del rol del periodismo. "No quería hacer un juicio moral. Simplemente mostramos lo que hubo. Nadie es perfecto. Pero era importante incluir todo".El director se propuso devolverle humanidad a quienes fueron durante años nombres en una causa, fotos en diarios o blanco de sospechas. En especial, a Nora. "Facundo, Valentina y Marcelo me dijeron desde el principio: queremos que la gente recuerde a mi mamá como lo que fue: una persona, no un titular".La negociación para lograr sus testimonios fue larga. "Me tomó casi tres años. Hablé mucho con Facundo al principio, y luego con los demás. Fue un proceso de confianza. Les dije: quiero que tengan la oportunidad de contar su versión. Fue muy duro para ellos, y se nota en el documental".Cada uno grabó por separado en dos jornadas enteras por persona. En las entrevistas no se habla de su presente, de si tienen pareja, hijos, o cómo es la vida ahora de cada miembro de la familia. "Eso fue una decisión nuestra. Su vida ya fue expuesta demasiado tiempo. No era necesario invadirlos más. El objetivo era conocer a Nora, y conocerlos a ellos como personas, no como personajes", explica el director.Y agrega: "lo más lindo de este proyecto fue la posibilidad de trabajar con gente que realmente lo vivió. Muchos ya habían rechazado propuestas anteriores, y eso me hizo sentir una gran responsabilidad. Les dije desde el principio: haré todo lo posible para tratar esta historia con respeto".Para eso, el estilo elegido por el director evita deliberadamente las dramatizaciones, tan comunes en el género del true crime. "A veces, recrear un crimen puede resultar poco ético. En este caso teníamos muchísimo material real. Archivos familiares, videos, recortes, entrevistas. Preferimos apoyarnos en eso y en los espacios reales, como la casa, los lugares, los paisajes. Todo lo que se ve es real". La casa en la que ocurrió el crimen está presente, pero no se vuelve fetiche visual. Crawford agrega que "no quería que la cámara hiciera un recorrido morboso. Las imágenes sirven para acompañar la palabra. La historia está en las entrevistas. Las imágenes son simples, austeras. Queremos que la atención esté en el audio, en lo que se dice. Por eso no hay recreaciones con actores ni música exageradas. Buscamos que el espectador conecte desde lo emocional".Una de las cuestiones centrales del documental es la percepción social sobre el caso: la oposición entre clases, el prejuicio hacia las personas que viven en barrios cerrados y el peso de los medios. "Hay un triángulo muy fuerte entre la justicia, el periodismo y el público. Y queríamos invitar a reflexionar sobre cómo consumimos estas historias. A veces juzgamos a las personas por un titular, sin pensar que hay una historia real detrás", detalla el director. "Este caso tiene todos los ingredientes que lo volvieron mediáticamente irresistible: una mujer asesinada en un barrio cerrado, con connotaciones sexuales y un entorno social poderoso. Pero detrás de eso hay seres humanos. Ese fue nuestro foco".Durante los tres episodios se aborda el actuar de la Justicia. Fiscal tras fiscal, hipótesis que se caen y tiempos que prescriben. Crawford aclara: "No tenemos una tesis. Solo contamos lo que pasó, cronológicamente. Al principio, convocamos a todos. Algunos quisieron hablar, otros no. Lo que se ve es lo que conseguimos".Uno de los recursos más efectivos del documental es dejar para el final el testimonio de Marcelo Macarrón, quien durante los primeros dos episodios aparece solo a través de lo que otros dicen sobre él. Crawford se sincera: "fue a propósito. Queríamos pelar la historia como una cebolla. Mostrar primero la versión conocida, luego ir hacia adentro, hacia las personas reales". La opinión pública lo veía a Macarrón como una persona fría, distante. En el documental muestran como varios informes periodísticos hacían hincapié en que nunca se lo vio llorar por su esposa, y cuando fue acusado por el asesinato de Nora, nadie se sorprendió debido a la imagen pública y prejuiciosa que se tenía sobre él. Crawford cuenta que su experiencia con Macarrón fue distinta a lo que se cree: "Me encontré con un tipo amable. De otra generación, con otra forma de expresarse. Los hijos son más abiertos. Pero él fue cálido, respetuoso, agradecido. Y muy sincero en su dolor".Las mil muertes de Nora Dalmasso no intenta cerrar el caso ni presentar nuevas pruebas. Sin embargo, un avance en la causa que se dio a fines de 2024 volvió a replantear la última parte del tercer episodio. Sin mencionar al nuevo imputado -el parquetista Roberto Barzola, de entonces 27 años, que había trabajado en la casa-, el último episodio deja el interrogante abierto haciendo foco más en quién era Nora y no tanto en la búsqueda del cierre definitivo. El director incluyó a último momento estos avances: "Seguimos atentos. En marzo hubo intentos del Ministerio Público de reabrir la causa. Quién sabe si el documental pueda ayudar a algo. No es mi objetivo provocar una reacción judicial, pero sí invitar a pensar". Crawford no da ninguna conclusión. "Hay algo que me quedó grabado después de todas estas entrevistas -recuerda el director-. Y es que no importa cuántos titulares hayas leído, o cuántos programas hayas visto sobre un caso, nunca conocés de verdad lo que vivieron esas personas hasta que las escuchás sin interrupciones. Esa fue la intención: correr el ruido y dejar hablar a quienes vivieron la tragedia en carne propia. Además, acá conocí a la gente, caminé la ciudad, entendí el dolor desde cerca. Me cambió porque me afectó mucho como persona. Hacer esto fue muy difícil. Uno tiene que guiar emocionalmente a alguien por su peor recuerdo. Eso deja marcas. Pero también fue una oportunidad de acompañar, de escuchar, de intentar comprender".También reconoce que, si bien vivió en la Argentina, el hecho de ser extranjero le da ventajas. "No tuve prejuicios previos sobre el caso. Me interesaba encontrar el costado humano. Y eso, afortunadamente, es universal. Esto podría haber pasado en cualquier parte del mundo".
El Juzgado de Control y Faltas de Río Cuarto, a cargo de Diego Ortiz, resolvió mantener abierta la investigación judicial por uno de los asesinatos más impactantes de la crónica policial reciente. El fallo rechazó la prescripción pedida por la defensa del único sospechoso, Roberto Bárzola, reivindicó los "juicios de la verdad" y apuntó al deber del Estado de esclarecer los hechos, aún sin posibilidad de condena. En el dictamen, el magistrado no reconoció la figura de crimen de lesa humanidad, pero sí la gravedad como violación a los derechos humanos en contexto de violencia de género. Leer más
No se pronunció sobre la prescripción en relación a Roberto Bárzola y descartó que se trate de lesa humanidad. Leer más
CÓRDOBA.- Cuando faltan seis meses para que se cumplan 19 años del homicidio de Nora Dalmasso, crimen ocurrido en la ciudad cordobesa de Río Cuarto, el juez de Control Diego Ortiz determinó que la causa no prescribió. Así, el último imputado, Roberto Marcos Bárzola, sindicado como el asesino de Dalmasso, podrá seguir bajo investigación.El 24 de diciembre pasado y a partir de un nuevo peritaje genético Bárzola imputado por abuso sexual seguido de muerte. Fue el fiscal Pablo Jávega quien lo acusó. Está a cargo de la investigación desde que en julio de 2022, en un juicio por jurados, Macarrón fue absuelto.Las huellas genéticas que señalan a Barzola fueron "colectadas en el cinto de la bata que fuera ubicado anudado en el cuello de la víctima y de vello secuestrado en la zona inguinal" de Dalmasso, se explicó entonces en un comunicado del Ministerio Público Fiscal de Córdoba.Barzola, que en el momento del homicidio pulía los pisos de madera en la casa de la víctima en el barrio Villa Golf Club, no es un desconocido en la causa. Declaró como testigo en el juicio contra Marcelo Macarrón, el marido de la víctima, y afirmó que el día del crimen fue a trabajar, no tocó el timbre y esperó a su jefe en la puerta y, como no llegó, se fue. En 2006 tenía 27 años, hoy tiene 45.En 2007, la familia Macarrón había pedido que lo incluyeran en los listados de quienes debían hacerse peritajes genéticos, pero no se hizo. Barzola había trabajado la semana anterior al crimen en la casa de Dalmasso.Los rastros genéticos no son nuevos. Son los mismos que se levantaron de la escena del crimen el día en que la víctima fue hallada sobre la cama de su hija Valentina, que en ese momento estaba en viaje de estudios en los Estados Unidos. Pero no habían sido cotejados con los perfiles de ADN de todas las personas que, contemporáneamente al crimen, habían estado en el lugar o en contacto íntimo con la víctima. Barzola era uno de ellos.Ahora el juez Ortiz rechazó el pedido de prescripción de los defensores del imputado. El magistrado sostuvo que declarar la prescripción "implicaría el cierre definitivo de un proceso penal en el que aún no se ha alcanzado la total averiguación de la verdad real de lo sucedido".Caso Dalmasso: Macarrón absuelto por falta de pruebas. El fiscal Rivero no acusó al viudo de NoraBarzola cambió de defensores después de que los primeros que tuvo renunciaran. El actual, Zacarías Ramírez Rigo, mantuvo el pedido de prescripción, que fue rechazado en las últimas horas. Oportunamente, el fiscal Jávega dijo que el crimen no prescribió, ya que si bien las causas donde el Código Penal establece la pena de prisión perpetua prescriben a los 15 años, "el paso del tiempo se interrumpió en varias oportunidades en el marco de esta investigación judicial". Precisó que "mientras estaban imputados Marcelo Macarrón y Facundo Macarrón [esposo e hijo de la víctima], ese tiempo se descontó de la prescripción".El esposo de Dalmasso, un reconocido médico traumatólogo de Río Cuarto, fue por un jurado popular en julio de 2022. Había llegado al juicio acusado de ser el instigador del crimen.
Ocurre a casi 19 años del asesinato de la mujer en un barrio cerrado de Río Cuarto.
La familia acusó a los fiscales Javier Di Santo, Daniel Miralles y Luis Pizarro de centrarse en acusar al entorno íntimo de la víctima, a pesar de que hubo pruebas suficientes para investigar a Roberto Barzola. Leer más
CÓRDOBA.- Roberto Barzola, el último imputado por el crimen de Nora Dalmasso, implicado por las pruebas de ADN, deberá designar nuevos defensores. Después de cuestionar la decisión de la Fiscalía respecto de que el crimen no prescribió, los dos abogados que lo representaban renunciaron por "motivos personales". En ese contexto, Barzola afirmó: "Yo tengo la tranquilidad interna. Por dentro sé que estoy tranquilo, pero hay situaciones que son raras".Cristian Titarelli y Aquiles Rodríguez, horas antes de dejar la representación letrada del único acusado por el femicidio ocurrido a fines de noviembre de 2006 en Río Cuarto, habían rechazado el criterio del fiscal Pablo Jávega, quien dictaminó que "el paso del tiempo se interrumpió en varias oportunidades en el marco de esta investigación judicial", por lo que el crimen no prescribió y Barzola podría ser juzgado.Ante el medio riocuartense Otro Punto, el imputado sostuvo que cuando se enteró de la acusación se quedó "helado. "Nunca me imaginé algo así. El fiscal me decía que yo había estado averiguando qué iba a hacer ella esa noche. Que sabía que iba a estar sola en la casa, que la maté y la abusé de ella. ¡Vieras las cosas que me dijo!", sostuvo.Barzola fue imputado por abuso sexual seguido de muerte en diciembre por Jávega, quien está a cargo de la investigación desde julio de 2022. En ese mes culminó el juicio por jurados en el que fue absuelto Marcelo Macarrón, el esposo de la víctima, que llegó al debate acusado de ser el autor intelectual del crimen. En ese proceso Barzola declaró como testigo.Las huellas genéticas que señalan a Barzola como supuesto autor del asesinato fueron "colectadas en el cinto de la bata que fuera ubicado anudado en el cuello de la víctima y de vello secuestrado en la zona inguinal" de Dalmasso. En aquellos días de finales de noviembre del 2006 él trabajaba como parquetero en la casa de la familia en un barrio cerrado de Río Cuarto."Estoy preocupado por la forma como surgió todo. Después de que pasaran tantos años, cuando yo siempre he estado a disposición para todo. También me sorprendió cuando el fiscal me leyó la acusación esa, como que yo había estado investigando a la mujer esa. ¡Las cosas que me dijo! Siendo que yo he estado un día y medio en esa casa y ni sabía quién era esa mujer", describió Barzola.Contó que el año pasado él estaba "trabajando en el campo" cuando lo citaron como testigo y terminaron haciendo un ADN. "¡Yo nunca me negué! No les dije 'che, no me lo hagan'. Al contrario, les dije 'sí, hacémelo y chau'. Pensé que con eso se acababa todo. Y no me volvieron a llamar hasta que ahora, en diciembre, me llamaron de nuevo", recordó.En 2007, la familia Macarrón había pedido que lo incluyeran en los cotejos genéticos, pero la Justicia no hizo lugar a ese requerimiento. A comienzos de este mes, el viudo y sus hijos denunciaron penalmente a los fiscales Javier Di Santo, Daniel Miralles y Luis Pizarro, quienes actuaron al comienzo de la causa. Los acusaron de incumplimiento de los deberes de funcionario público y violencia institucional. De esa manera, buscan evitar la prescripción.En esta nueva etapa el viudo y su hija, Valentina, fueron aceptados como querellantes; se presentaron de manera independiente a Facundo Macarrón.
En ese lapso no pudieron accionar en representación de Nora, la víctima. Fueron 12 años. Debe resolver el juez. Novedoso argumento desde la perspectiva de la querella, difícil de sostener desde el punto de vista del acusado. Leer más
CÓRDOBA.- Hay una novedad relevante en el caso del femicidio de Nora Dalmasso, ocurrido hace 19 años en Río Cuarto, en el sur de Córdoba. El fiscal Pablo Jávega dictaminó que el crimen no prescribió. Planteó que "el paso del tiempo se interrumpió en varias oportunidades en el marco de esta investigación judicial". De esta forma, Roberto Barzola, el parquetero cuyo ADN se identificó a fines del año pasado en el cuerpo de la víctima, podría ser juzgado.A finales del año pasado, un estudio genético permitió imputar a un nuevo sospechoso por el crimen. Barzola, que trabajó en la casa de la víctima los días previos al letal ataque del último fin de semana de noviembre de 2006, está acusado de abuso sexual seguido de muerte. En diciembre se abstuvo de declarar y está en libertad.El fiscal Jávega, a cargo de la investigación desde mediados de 2022, lo notificó el año pasado y se le informó sobre las pruebas en su contra.En julio del 2022 se realizó un juicio por jurados que culminó con la absolución de Marcelo Macarrón, el esposo de la víctima, que había llegado al debate acusado de ser el autor intelectual del crimen. En ese proceso Barzola declaró como testigo. El hombre era empleado del carpintero Walter Ángel González y fue quien realizó el pulido del parquet de la casa de la víctima.Las huellas genéticas que implican a Barzola fueron "colectadas en el cinto de la bata que fuera ubicado anudado en el cuello de la víctima y de vello secuestrado en la zona inguinal" de Dalmasso.Ahora el fiscal Jávega sostuvo que "mientras estaban imputados Marcelo Macarrón y Facundo Macarrón, ese tiempo se descontó de la prescripción". Por eso, a su entender, se puede avanzar en la acusación contra el parquetero de 45 años. Cuando, el año pasado anunció la existencia del nuevo sospechoso, el funcionario judicial explicó que las causas donde el Código Penal establece la pena de prisión perpetua prescriben a los 15 años. En ese entendimiento, el homicidio de Dalmasso prescribió el 25 de noviembre de 2021."Pero hay cuestiones que hacen que el plazo de prescripción se interrumpa. Por ejemplo, que el sospechoso haya cometido algún otro delito después del crimen prescripto. "Por el momento no tenemos referencia alguna de procesos pendientes que tenga [por Barzola]. En el eventual caso de que se verifique la carencia de antecedentes, se habría extinto la acción penal", sostuvo oportunamente.En 2007, la familia Macarrón había pedido que lo incluyeran en los cotejos genéticos, pero no se hizo. En abril de aquel año, Macarrón encargó a IFPC International Group, una empresa norteamericana de servicios de consultoría de seguridad con oficina de representación en Buenos Aires, una revisión de las actuaciones labradas hasta ese momento en la investigación. Y en su informe, el propio presidente de la compañía con sede en Washington, el agente del FBI retirado Stephen Paul Walker, sugirió que sería oportuno explorar la hipótesis de que Dalmasso había sido víctima de una violación seguida de muerte y que se debía indagar sobre la posible participación de Bárzola, dado que podía haber tenido "la oportunidad, el motivo y la capacidad" para cometer el crimen.A comienzos de este mes, Macarrón y sus hijos denunciaron penalmente a los fiscales Javier Di Santo, Daniel Miralles y Luis Pizarro, acusándolos de incumplimiento de los deberes de funcionario público y violencia institucional. De esa manera, buscan evitar la prescripción. Antes Marcelo Macarrón y su hija, Valentina, fueron aceptados como querellantes. Se presentaron de manera independiente al viudo.
A fines del año pasado los ADN incriminaron a Roberto Barzola que estaba trabajando en la casa de la victima al momento del crimen.Como pasaron 18 años pidió su sobreseimiento por "prescripción".Ahora el fiscal se opuso formalmente y dejó la cuestión en manos del juez.
La defensa del hijo de Nora Dalmasso apuntó contra los fiscales Di Santo, Miralles y Pizarro. Entre las razones, se enumera "una violación a los deberes como funcionarios públicos".
Los abogados acusarán a Javier Di Santo, Daniel Miralles y Luis Pizarro por incumplimiento de los deberes de funcionario publico y violencia institucional.Con esto buscan también evitar la prescripción del caso, ocurrido a fines de 2006, tras la nueva pista que apunta contra el parquetista Roberto Bárzola.
Los Macarrón están dispuestos a ir hasta la Corte Interamericana de Derechos Humanos.Quieren evitar que el parquetista Roberto Bárzola sea sobreseído por el paso del tiempo.