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Fuente: La Nación
06/05/2024 07:00

Artur Pizarro: el extranjero eterno que anhela los brazos abiertos del público argentino

No solo llegarán los escritores y los poetas, los editores y los libreros que comparten sus historias fascinantes a través de los libros. Llegará también la música desde Lisboa, invitada de honor de la 48ª Feria Internacional del Libro. Convocado por la embajada portuguesa y el Instituto Camões, el reconocido pianista lisboeta Artur Pizarro se presentará por primera vez en la Argentina, con un recital solista en el Teatro Colón. En un diálogo virtual con LA NACION, el notable músico manifestó la emoción de compartir su arte con el público argentino y â??en esta oportunidad como embajador de la ciudad huéspedâ??, aportar desde Lisboa la mirada especial que le permite su vasta trayectoria.-La Feria del Libro hace foco en Lisboa. Se hablará de los escritores y de la literatura en capital portuguesa. Desde tu mirada como pianista ¿qué podés contarnos de la Lisboa musical?-He nacido en Lisboa pero he vivido 42 años fuera de mi ciudad. Siendo un niño, en 1977 me fui a estudiar piano a los Estados Unidos con quien era mi profesor en Portugal, el maestro Sequeira Costa. Después de 21 años me mudé a Inglaterra cuando empecé mi carrera internacional. Hice base en Londres y me quedé por 21 años. Hace apenas ocho que regresé a Portugal.-¿Fue como descubrir una cultura y un país nuevo o siempre te mantuviste portugués"?-Venía a pasar vacaciones, visitar la familia y dar conciertos. Nunca perdí mi contacto con Lisboa, una ciudad tan llena de arte, escritores y literatura. Aquí hay un amor verdadero por nuestra lengua y no sólo expresado en la poesía y la literatura, también en una forma musical esencial: el fado, algo que no es más que poesía cantada.-¿Por qué considerás que es una ciudad poética como pocas?-Porque hay una melancolía arraigada en nuestra forma de vivir y de sentir, algo que está en la sociedad, en la lengua y en el fondo del espíritu portugués. Siempre mirando al pasado, a lo que no existe más, a lo que se fue. Estamos buscando las historias y las personas que perdemos a lo largo de la vida. Eso es vivir en la melancolíaâ?¦ Una saudade constante por la que añoramos lo perdido. Portugal está inspirado en ese sentimiento. Esa es la personalidad, es el carácter de nuestro pueblo.-¿Cómo es la vida de un músico, un pianista clásico en Lisboa?-A nivel de conciertos, salas de ópera y orquestas, tenemos todo pero siempre sentimos que estamos en la periferia, en el final de Europa. Somos un país pequeño con una población pequeña. Entonces, vivir como pianista es difícil porque tenemos un mercado reducido que no genera lo suficiente para mantener la vida como intérprete. Hay que hacer algo más, como ser profesor. Y la única manera es después de haberse establecido con una carrera y un circuito en el exterior. Iniciar carrera desde Portugal es imposible. Sí fue difícil volver en otros planos.-Por ejemploâ?¦-Enfrentar las reacciones defensivas que genera el que vuelve. Encontrarme con la pregunta constante de ¿por qué has vuelto a casa?, enfrentar pruebas de aceptación para crear amistades, invertir, ser paciente, ser humilde y ser generoso para demostrar que uno no ha vuelto a robarle nada a nadie. Es un proceso difícil, largo y penoso, pero también positivo y fascinante porque, cuando se supera y las puertas se abren, uno se ha vuelto más empático y ha conocido más profundidad su gente y su país.El Brexit, un antes y después-¿Qué te hizo volver a Lisboa?-La sensación de vivir como el extranjero eterno. Una sensación que continuó al volver a Portugal porque no es el mismo que dejé en 1977. Me trajo la necesidad de volver a lo que me era familiar. También soy un poco extranjero en mi ciudad, pero me gusta porque llegó un momento en que quise irme del Reino Unido: cuando se dio el Brexit. A partir del Brexit me sentí más extranjero que nunca en Londres. Antes, Inglaterra era parte de Europa y yo era un europeo más. El Brexit incorporó un cambio de visión profundo, fundamental.-¿Un cambio en la vida de orden practico o también mental?-Todo. La salida de la Unión Europea reforzó en el Reino Unido ese sentimiento de isla que los caracteriza, ese aislamiento natural. Para ellos hay cada menos oportunidad y se concentran en defender lo suyo. ¿En qué se ve? En las programaciones de conciertos que antes estaban integradas por músicos de todas partes, ahora son solo casi exclusivamente ingleses. Lo ves en cuestiones sociales, en la aceptación, en la forma en que te reciben y te tratan, en las puertas que te abren. Y en las que te cierran. Tu trabajo se reduce, tus proyectos no prosperan ¿por qué? Porque sos un extranjero. Y se suman infinidades de cuestiones burocráticas. Es el precio de no ser un inglés de nacimiento, porque podés tener una residencia de más de 20 años, pero ellos nunca te van a tratar como tratan a un inglés nativo. Y yo, por el resto de mi vida, iba a ser el extranjero eterno, "el portugués".-¿Cómo has diseñado el programa de este recital-debut en el Teatro Colón?-Incluyo dos compositores portugueses (los más importantes que ha dado Portugal en el siglo XX) para mostrar la cultura de mi país, una música que ha estado muy presente en mi vida. He incluido Fauré por el aniversario de su muerte y Rachmaninoff porque quería algo del repertorio pianístico más conocido. Guastavino y Ginastera porque están en mi repertorio gracias a una gran amiga, la prestigiosa pianista portuguesa Olga Prats (ya fallecida) que tenía un cuarteto llamado Opus Ensamble, integrado por dos portugueses y dos argentinos. Olga tenía pasión por la Argentina y siempre me decía que soñaba con verme tocando en el Teatro Colón. Este concierto en parte es un homenaje a ella, que me introdujo a Piazzolla (lo conocía y era una gran intérprete) y yo a cambio le presentaba Guastavino y Ginastera. Van dos obras de ellos que me encantan y enseño a mis alumnos además de las sonatas y el concierto de Ginastera. En lenguajes musicales diferentes, ambos me fascinan porque muestran una honestidad emocional que me toca. La sonoridad de ellos me da la sensación y el sabor de lo argentino. Con Ginastera veo el campo, las pampas, el sentir folklórico. Su inspiración está en la tierra, pero veo a la vez en su composición una técnica exquisita y refinada. Siento una gran responsabilidad y respeto al tocar estas obras frente a un público que es conocedor y del cual espero, reciban con brazos abiertos este punto de vista que les trae un extranjero.-Te sentís extranjero en todas partes menos en la música ¿con qué compositores te sentís en casa?-La única cosa que puedo decir honestamente es que me siento feliz con la música buena, el repertorio bueno. No me siento atado a ninguna especialidad. No hay más Schubert que Chopin, ni más Mendelssohn que Prokófiev. Necesito la variedad como un pintor los colores. Necesito de Mozart para poder tocar Brahms y a Brahms para comprender el valor de Rachmaninoff. Necesito tocar Rachmaninoff para sentir el placer infinito de volver a Scarlattiâ?¦ Necesito de toda esa mezcla para que cada uno me haga desear fervientemente al otro, para comprender el contexto, la historia, el gusto y la evolución de la expresión humana porque la razón por la que toco el piano es finalmente la comunicación. Y así como para los poetas, el lenguaje de las palabras es el idioma con el que se expresan, para los músicos son los sonidos los que nos permiten traducir la emoción, viajar, salir de la piel, contar historias. Como los escritores cuentan historias con sus libros, nosotros con la música.Para agendar: 4º Concierto Extraordinario, en el marco de la 48ª Feria del Libro con Lisboa como ciudad invitada. Solista: Artur Pizarro (Portugal). Obras de: José Fernandes, Carlos Guastavino, Fernando Lopes-Graça, Alberto Ginastera, Gabriel Fauré y Sergei Rachmaninoff. Lunes 6 de mayo, a las 20. Teatro Colón.




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