A sus 68 años, la recordada Sarah Connor se muestra alejada de los papeles rudos
Compuesta por Benjamin Britten transcurre en un barco inglés, y por ese motivo no se permitió su estreno en el Colón, donde estaba programada para 1983.Ahora, con la crueldad, la bondad y la justicia como ejes, llegó a nuestro primer coliseo en una excelente puesta.
La actriz está atravesando uno de los momentos más complicados de su vida, pero está luchando por resurgir de sus cenizas
Federico Rozenek, presidente de un estudio aduanero especializado en comercio internacional y logística, detalla las bases para la gestión de importaciones y exportaciones en un contexto nacional repleto de cambios
En un momento donde la competencia crece y los mercados están en constante transformación, la tecnología es el factor determinante para la supervivencia de un negocio y su escalabilidad
La vedette publica 'Yo, Bárbara', una biografía en la que habla largo y tendido sobre su antigua relación con el padre de Felipe VI
En un evento se expuso la forma en la que el Ministerio de Defensa ayudará a encontrar a los militares y policías
El sismo destruyó templos, viviendas y cobró cientos de vidas en Lima y el Callao. Aunque la ciudad se transformó tras la tragedia, muchas zonas siguen siendo vulnerables. ¿Podría resistir un evento similar con la densidad urbana que existe hoy?
El general (r) Pedro Sánchez encabezó un consejo de paz y seguridad en Antioquia
El nombre elegido por el nuevo sumo pontífice, León XIV, ha despertado un renovado interés por su predecesor homónimo León XIII, y en particular por su encíclica más conocida, Rerum novarum (1891), que marcó el inicio del cuerpo de magisterio social que denominamos Doctrina Social de la Iglesia (DSI). Sin ánimo de anticipar lo que solo el tiempo podrá revelarnos acerca del pensamiento y los proyectos de León XIV, es oportuno ofrecer algunas reflexiones sobre la vigencia de ese documento.En primer lugar, sería un error suponer que el catolicismo social del siglo XIX expresaba una postura homogénea frente a las cuestiones sociales de su tiempo. Por el contrario, en aquel entonces coexistían dos corrientes de pensamiento que mantenían una intensa polémica entre sí. Una de ellas, conocida como la "Escuela de Lieja", adoptaba una postura "progresista", favorable al corporativismo y a una fuerte intervención del Estado en defensa de los trabajadores. La otra, representada por la "Escuela de Angers", se oponía a la intervención estatal y adhería críticamente al sistema capitalista.En la redacción de Rerum novarum, León XIII procuró un equilibrio entre ambas posturas. Por eso rechazó un primer borrador, demasiado favorable al "progresismo" y, en versiones posteriores, definió con mayor precisión los puntos de consenso entre los católicos sociales, dejando abiertas las cuestiones más debatidas, como la conveniencia de promover corporaciones integradas por patrones y trabajadores o bien sindicatos compuestos exclusivamente por estos últimos. León XIII renunció así a imponer sus opiniones personales y procuró hablar verdaderamente en nombre de toda la Iglesia.Esta encíclica fue objeto, con el tiempo, de interpretaciones sesgadas. A menudo se la ha criticado por no haber ido lo suficientemente lejos en su denuncia del capitalismo, al que muchos consideraban responsable de la cuestión obrera. Según algunos, León XIII no habría logrado sustraerse al espíritu liberal e individualista de su época, como lo demuestra su enfática defensa de la propiedad privada. Sin embargo, Rerum novarum representó un sabio equilibrio, que se convertiría en un punto de referencia normativo para el magisterio posterior. Por un lado, su objetivo principal fue condenar el socialismo, por su pretensión de abolir la propiedad privada y fomentar la lucha de clases. Por otro, si bien evitó una condena directa al capitalismo, criticó con firmeza sus abusos y defendió una intervención estatal prudente, limitada a aquellos problemas que patrones y obreros no pudieran resolver por sí mismos.Desde entonces, la DSI ha sostenido la legitimidad de la propiedad privada, la importancia de su adecuada garantía como límite eficaz frente a la arbitrariedad del Estado y como base para la prosperidad general, así como la necesidad de extender este derecho a todos los miembros de la sociedad, especialmente mediante la garantía de un "salario justo" (cuyo cálculo debe considerar diversos criterios, incluida la productividad del trabajador). A su vez, la DSI rechaza el sistema socialista por estar viciado en su raíz, no solo por su ineficiencia estructural, sino por su incompatibilidad con la dignidad humana.En estos días, varias personas me han comentado con entusiasmo su decisión de leer o releer Rerum novarum. Sin duda, esta es una de las primeras gracias del nuevo pontificado.Pbro. Consejo Consultivo del Instituto Acton Argentina
Pese al avance textil, remaches y bolsillos siguen presentes como herencia cultural de una prenda que nació para resistir el trabajo duro
Francisco Vázquez destaca la importancia de la reconciliación, el reformismo y el consenso en la Transición, advirtiendo sobre la pérdida de estos valores y su impacto en la política actual
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Al igual que otros líderes tecnológicos como Steve Jobs y Bill Gates, el CEO de Meta abandonó su carrera en Harvard para fortalecer su innovación
La gran responsabilidad de ser el único Big Three vigente parece ser un peso demasiado grande para su espalda. Tras el retiro de Federer, primero, y de Nadal, después, Novak Djokovic se vio en el espejo como el hombre al que se le había allanado el camino para tener un final de carrera sin monstruos que le hicieran sombra. Sin embargo, los últimos tiempos mostraron señales preocupantes del tenista que en menos de un mes cumplirá 38 años. Nole llegó a Madrid con la gran expectativa de pasar rápido de página al fiasco de Montecarlo, donde el chileno Tabilo lo despachó en el debut por 6-3 y 6-4. Pero la tendencia no se revirtió. Djokovic padeció en la CAja Mágica y se fue rápido por el mismo score. Esta vez, el verdugo fue el italiano Matteo Arnoldi, 44° del mundo. Otra vez afuera en primera rueda, cuando se acerca cada vez más la segunda estación importante de la temporada, Roland Garros.Campeón en Madrid en tres ocasiones (2011, 2016 y 2019, el ganador de 24 Grand Slams regresaba a la Caja Mágica luego de tres años de ausencia. Pero su rendimiento estuvo lejos del brillo de otros tiempos: se mostró demasiado errático y cerró el choque con una treintena de errores no forzados, 20 de ellos en el primer parcial. Su revés a dos manos fue una rémora y su servicio, sobre todo el segundo, tampoco funcionó. Djokovic ni siquiera dejó alguna muestra de desesperación o rabia sobre la pista. Enfrente tuvo a un sólido Arnaldi, que tiene como ídolo al serbio y que aguantó bien y aprovechó a la perfección sus oportunidades para firmar su segundo triunfo sobre un Top 5 tras la lograda ante el noruego Casper Ruud, curiosamente también en la arcilla roja madrileña (2023).El primer set de Nole fue para olvidar y evidenció que no se encuentra en su mejor momento tenístico. Siempre fue a remolque del italiano, que no le regaló nada. El serbio perdió su primer saque y se vio abajo 2-0, pero logró rehacerse para recuperar su servicio e incluso tuvo una posibilidad de break en el quinto juego para haberse puesto por delante. El italiano la salvó y se mantuvo firme en la pista y, sobre todo, en los peloteos largos, ayudado por la mala tarde con el revés a dos manos del exnúmero uno del mundo. Al final, un mal juego con 4-3 abajo, con dos dobles faltas seguidas incluidas, le costó a Djokovic otro quiebre y verse obligado a remontar porque su oponente no flojeó con el suyo.El segundo set trajo una versión algo mejor del triple campeón del torneo. Con su drive haciendo más daño pudo jugar algo más cómodo, pero su principal problema fue que Arnaldi ya se lo había creído y no estaba dispuesto a ceder terreno. El italiano aguantaba bien con su servicio pese a la mayor presión del serbio, que intentaba conectar algo más con la grada, y compensaba que no pudiese hacer daño al resto hasta que encontró el resquicio.En el sexto juego, Djokovic volvió a ser irregular y el transalpino encontró una opción de break tras una volea en la red del balcánico, que certificó con un gran punto posteriormente. El exnúmero uno del mundo aún tuvo un atisbo de reacción con un óptimo 0-40 en el siguiente juego, pero no era su tarde y sí la de un Arnaldi que no se puso nervioso para mantener su servicio y el siguiente y meterse en la tercera ronda donde se medirá al bosnio Damir Dzumhur.Una mala temporadaDjokovic comenzó 2025 con una participación en el ATP 250 de Brisbane, en el camino al Abierto de Australia. Pero en el tercer partido sucumbió ante Reilly Opelka, un extop 20 que cursó varios problemas de salud y volvía al circuito. Su ranking entonces: 293°. Pese a ello, Nole afrontó el primer Grand Slam del año en buena forma, eliminó a Alcaraz en cuartos de final y cuando parecía que todo sería gloria, una lesión lo sacó de la semifinal ante Zverev.Sus regresos no fueron los esperados. Los dos torneos siguientes lo vieron eliminado en el debut: ante Berrettini en Doha y ante Van de Zandschulp en Indian Wells. Nole se rehizo en el Masters 1000 de Miami y llegó a la final, pero el checo Mensik se interpuso y lo dejó con las manos vacías. Con el fiasco de Montecarlo y el de Madrid, Nole suma cuatro derrotas en el estreno en un torneo en 2025. Demasiado para un jugador tan grande. Con infomación de DPA
Desde los primeros modelos de iPhone y cámaras hasta boletos de conciertos, billetes, monedas y empaques de alimentos, pueden costar mucho dinero en unos años
-No estamos acostumbrados a verte apuntando y disparando con una escopeta a un bicho espantoso en medio de una invasión extraterrestre. -Yo tampoco. Y estoy atento a que no me aparezcan los bichos por acá y me agarren sin arma. A Ricardo Darín le alcanza con otra muestra de su extraordinario buen humor para lograr que en su caso cualquier esfuerzo pase inadvertido. Estamos lejos de los sets de El eternauta, que en un momento de la charla mano a mano con LA NACION reconocerá como la producción más exigente que le tocó encarar en toda su larga y brillante carrera. Ahora le toca atravesar otro tipo de compromiso, intenso a su manera. Cumplir con la recargada agenda de difusión que precede a todo gran lanzamiento audiovisual. Darín le pone su mejor sonrisa y la capacidad de análisis que todos le reconocen al operativo dispuesto por las grandes productoras de contenidos, sin excepción, para el encuentro de los medios (sobre todo los tradicionales) con sus principales figuras: tiempos exiguos, límites estrictos y otras inflexibilidades. Mucho más cuando se trata del actor más importante del cine (y ahora del streaming) en nuestro país. Entrevista a Ricardo Darín "Estoy bien, muy bien. Entusiasmado y con el vértigo lógico de esperar a ver qué piensa la gente. Más allá de nuestras apreciaciones, eso es lo más importante de todo", dice Darín, pocos días antes del estreno en Netflix de la primera temporada completa (seis episodios) de El eternauta, previsto para el miércoles 30. En su primera incursión en el mundo del streaming, Darín personifica a Juan Salvo, el personaje central del relato nacido en 1957 como historieta en las páginas de la revista Hora Cero, con guion de Héctor Germán Oesterheld y dibujos de Francisco Solano López. Convertida con el tiempo en uno de los grandes hitos de la cultura popular argentina, reeditada y publicada desde entonces muchas veces (incluyendo dos secuelas oficiales), vigente hasta nuestros días y hasta presente en algún momento dentro de la currícula educativa del nivel secundario como texto obligatorio, alumbra por fin después de una larguísima espera su primera adaptación para la pantalla. "Si viajo en el tiempo, voy hacia atrás y trato de pararme en el momento en que me ofrecieron hacer esto, con toda la incertidumbre que eso significaba, y con una historia de esas características y de esta importancia para nosotros, en aquel momento no visualizaba llegar a este punto tan amablemente", dice Darín, asumiendo inconscientemente el lugar que en definitiva ocupa su personaje. En la historieta original, Juan Salvo se convierte en un pasajero errante que viaja en el tiempo después de ser el gran protagonista de la resistencia que lleva adelante un grupo de habitantes de Buenos Aires frente a una misteriosa invasión extraterrestre que comienza con una nevada letal. Dirigida por Bruno Stagnaro (el director de Okupas, Un gallo para Esculapio y Pizza, birra, faso), producida por K&S Films y con un elenco que también integran en roles protagónicos Carla Peterson, César Troncoso, Marcelo Subiotto, Ariel Staltari y Andrea Pietra, entre otros, El eternauta llega al streaming a casi dos años del comienzo de un ambicioso proyecto que incluyó 150 días de rodaje y un complejo trabajo de postproducción con participación local e internacional."Es probable que sea así -responde Darín cuando LA NACION le pregunta si fue el trabajo más exigente de toda su carrera-. No solo porque fue muy largo y trabajoso, sino porque también intervienen muchos factores que están fuera de tu control, como los efectos especiales. En cuanto al contenido, ya no lo sé. He hecho cosas que tenían mucha profundidad y también fueron exigentes". -Robert De Niro, cuando se estrenó Día cero, dijo que filmar esa serie, la primera que hizo como protagonista, fue para él como haber filmado tres películas seguidas. ¿Sentiste algo parecido con El eternauta?-Sí. Y cuatro, diría. Fue muy largo y arduo el proceso. Muy trabajoso. Entiendo lo que pudo haber dicho De Niro, pero yo ví Día cero y no se parece en nada a El eternauta, sobre todo en cuanto a la exigencia física. De Niro es un hombre grande y me queda claro lo que debe haber significado para él ese proyecto porque está casi todo el tiempo en pantalla. Él está muy bien en la serie, pero físicamente no hay comparación. -Planteaba esa comparación sobre todo pensando en los tiempos. -Desde todo punto de vista fue muy exigente. Físicamente y también mentalmente, porque actuás pensando en lo que se va a hacer en postproducción, donde se agregan los efectos especiales. Es un doble trabajo. Por suerte, trabajamos codo a codo con todos los departamentos. El trabajo que hicimos con estas nuevas pantallas digitales fue increíble. Nunca viví una cosa así. Es impresionante y te da mucha noción de cuál va a ser el resultado final. Todavía sigo impactado. No salí del estupor. Colapsos-¿Hubo algún momento de exigencia extrema que te llevó a decir que habías llegado al borde de la resistencia?-Varias veces. Tuve colapsos. Yo tengo cortados los ligamentos de la pierna derecha y lo llevo bien. Pero hay cosas que puedo hacer y cosas que no. Si yo quiero girar la pierna con el pie apoyado, lo más probable es que me salte la rodilla porque los ligamentos cruzados son precisamente el freno de esa rodilla. Un par de veces me olvidé de eso en el fragor de la batalla. Y olvidarse significa estar 10 minutos en el suelo. Una vez todo el mundo se pegó un câ?¦ bárbaro porque pensaron que me había dado un infarto. Pero era la rodilla. También fue muy incómodo el tema del vestuario. -¿Qué te pasó con eso?-En la serie uso un gamulán que cuando entra en contacto con la humedad de la nieve fabricada pesa el doble. Y a eso le agregás la mochila, que también pesa el doble porque se moja, y el arma, y las botas, y los guantes, ¡y la máscara! Todo era contra natura. Fue muy duro, pero valió la pena. En ese momento vivimos cosas difíciles de contar y de entender. -¿Cuáles?-Venía de filmar toda la semana, esperando el sábado y el domingo para descansar, y no podía. Pero es algo entendible. También soy productor y sé cómo funcionan estas cosas. Si tenés que filmar en el centro de Buenos Aires y hacer nevar, ¿cuándo vas a hacerlo? ¿Un martes? Sábados y domingos eran los días en los que más podíamos filmar. Pero después de ver el trabajo de los otros departamentos y sobre todo de los chicos que hacían la nieve y estaban ahí fabricándola desde las 3 de la mañana para hacer solo una toma de 50 metros de caminata, ¿de qué me iba a quejar?-¿Quién es Juan Salvo? ¿Cómo podrías definirlo?-Juan Salvo es un hombre común. Un argentino que en esta versión tiene un pasado distinto al de la historieta original. Mejor dicho: esta versión se hace cargo de parte de ese pasado. Y lo habilita, o le pone condiciones, a ser elegido dentro de ese grupo para encarar una tarea titánica. Con un traje improvisado, de alguna forma impermeable, y una máscara que encuentran en un cajón, Salvo se atreve a salir al exterior para ver que pasó. Qué fue lo que mató a tanta gente. Esa sensación de inseguridad y de peligro enorme necesita a alguien que se atreva a enfrentarla. Y Salvo se atreve. -¿Tendremos una segunda temporada?-Sí, claro. La historia no termina en la primera temporada. Y este proyecto es muy fiel, respetuoso y prudente en contar toda la historia de El eternauta. En este momento se está escribiendo y reescribiendo la continuidad. Se están planificando cosas. Ya veremos en qué momento estamos habilitados para hacerla. -¿Cómo creés que va a impactar esta versión en el momento actual de la Argentina?-No lo sé. Pero como todas las historias que tienen contenido, densidad y profundidad El eternauta nos va a interpelar como sociedad. Y no solo a nosotros. Esta es una historia con condimentos necesarios para interpelar a cualquier sociedad del mundo. Al recibir desde el afuera una hostilidad semejante, y tan inesperada, cada una de las víctimas reacciona con un mosaico de posibilidades. ¿Vos qué harías? ¿En qué lugar te colocarías? ¿Saldrías a defender a tu grupo, que va más allá de tu familia, o te quedarías para preservarte y buscar un momento mejor? ¿Qué actitud vas a tomar?-El personaje empieza con el impulso natural de proteger a su familia. Pero andando el tiempo su responsabilidad se extiende. -Salvo es la punta de lanza de un grupo que decide, después de varios cabildeos y razonamientos, que la única opción es encarar. Ir para adelante. Yo no sé si Salvo es del todo un líder. En un punto lo es, porque es el que más se atreve, pero no el único. A todos los demás, de una forma u otra, les van ocurriendo cosas similares. Por eso se habla tanto de un héroe colectivo, de grupo, y no de un héroe solitario."Juan Salvo es un hombre común. Un argentino que en esta versión tiene un pasado distinto al de la historieta original. Mejor dicho: esta versión se hace cargo de parte de ese pasado."-Dijiste al principio que hubo factores en esta historia que quedaron fuera de tu control. Pero con otros pasa al revés. Tu nombre, por ejemplo, también aparece en los créditos de colaboración autoral. -Es un reconocimiento extremadamente generoso por parte de Bruno Stagnaro, que me invitó a ser parte de este proyecto desde su génesis. Él puso sobre la mesa la historia, cada capítulo seccionado, y juntos nos pusimos a analizarlos. Quizá por mi experiencia, el camino andado y haber formado parte del proceso de revisión de otros guiones y diálogos, me permití sugerirle una serie de cosas muy específicas que en muchos casos fueron aceptadas por él.-¿De qué manera?-Una cosa es la letra escrita y otra es esa misma letra con los personajes puestos de pie y a cargo de los actores. Muchas veces la literatura no confía en lo que va a pasar después, cuando los cuerpos se ponen en funcionamiento y los actores se miran a la cara. Ahí vemos que hay textos redundantes. Ante una determinada pregunta, una sola mirada puede ser la respuesta. Así nos evitamos toda una larga perorata. -Sobre todo en una trama y en un género que dependen y confían tanto en el poder de la imagen. -Exacto. Todo es acción. Y todo ese trabajo llevó a que nos fuera muy bien en cuanto a la duración de los capítulos, por ejemplo. Una vez, estando yo en Uruguay, Bruno viajó y estuvimos tres días intensivos revisando de la mañana a la noche diálogos y situaciones. E incluso después, en pleno rodaje, nos deteníamos frente a una determinada situación para preguntarnos: ¿Esto vale la pena decirlo o se sobreentiende? Destaco también el trabajo de Ariel Staltari, coguionista de Bruno, con quien me llevé bárbaro. Todo lo que pasó tiene que ver con el espíritu de la serie: se armó un grupo en el que todos participamos y aportamos cada uno un poquito con lo nuestro. El primer contacto con la historia-¿Cuál es tu historia personal con El eternauta?-De chico, nada. Tuve conciencia de esa historia a partir de los 16, 17 años. Yo leía El Tony, D'Artagnan, Patoruzú, Isidoro Cañones y El otro yo del doctor Merengue, pero mi caudal de conocimiento estaba puesto más que nada en lo que me tocaba hacer. Pensá que a esa edad ya estaba trabajando en televisión, en radio y en cine. -¿Y qué te pasó cuando descubriste la historieta?-El momento de profundizar la investigación sobre El eternauta apareció hace más de 10 años, cuando me ofrecieron por primera vez el personaje de Juan Salvo, en ese caso para una película. En medio del análisis de hacerla o no me acercaron la colección de revistas originales. Ahí sí me interesé. Después, con conocimiento de causa, cuando aparecieron K&S y Netflix, yo sabía de qué estábamos hablando. "Como todas las historias que tienen contenido, densidad y profundidad El eternauta nos va a interpelar como sociedad. Y no solo a nosotros."-A primera vista, llevar El eternauta a la pantalla excede los alcances y los límites de una sola película. -Es probable. Tiene el caudal y el volumen suficientes como para ser contado en varios capítulos. Pero resulta que ahora se hacen películas de ese tipo de tres horas y media. Eso equivale a casi cuatro capítulos de una serie. Hubiese sido difícil condensar y sintetizar toda la trama de El eternauta para meterla en una sola película, pero no imposible. Igualmente creo que se encontró el formato ideal en este caso. Esta historia se va formando por capas y eso se traduce en capítulos. Cada instancia es distinta a la anterior, y por las dimensiones y la grandiosidad de la historia cada una de esas instancias merece una atención específica. -"Cada tiempo de esta Argentina vertiginosa hace de estas páginas una lectura diferente", dijo sobre El eternauta Carlos Trillo, uno de los mejores guionistas de historietas que tuvo nuestro país, además de gran ensayista e historiador. -Coincido plenamente. Y te diría más: en este preciso momento, mientras vos y yo estamos hablando de El eternauta, la Argentina se está autodefiniendo. Nuestra realidad se está diseñando y eso no termina en el hoy. Este es un momento de grandes definiciones. No solo por los lineamientos que bajan los encargados de decidir cuál va a ser nuestro futuro, sino también por nuestra reacción. Ellos están muy atentos a lo que hagamos, si nos vamos a adaptar o no. La Argentina todos los días te abre un capítulo nuevo del país, definido a partir de cómo nos paramos frente a él. -¿Y cómo te parás vos frente a un relato que aparece ahora en esta serie narrado en clave contemporánea, que empieza como un relato postapocalíptico y luego nos lleva a otro tipo de historia, quizás más heroica?-La lucha por la supervivencia es inherente a la condición humana. Hoy tendríamos que pedirle disculpas de rodillas a aquella señora que en pandemia salió con su sillita a tomar sol en una plaza. En ese momento lo leímos como una noticia más. Decíamos: pobre mujer, no entiende cómo son las cosas. Y todos nos tragamos esa píldora. Pero ella no estaba defendiendo una posición individual, sino los derechos colectivos de la sociedad frente a un grupo de señores que sin tener idea de nada nos decían qué podíamos y qué no podíamos hacer, como si supieran algo. No hace falta dar más detalles, nos acordamos bien de todos. De aquel señor que no pudo enterrar a su hija, por ejemplo. Deberíamos hacerle un busto a aquella mujer, que ya falleció, dicho sea de paso. -Ella representa desde esta perspectiva los mismos valores que encarna tu personaje en la serie. -Nosotros nos olvidamos de todo con mucha facilidad. Y la gran virtud de El eternauta es recuperar la posibilidad de interpelarnos. De mantener la memoria y no olvidar. Nosotros pasamos por una pandemia, donde al igual que en la serie se nos presentó un mosaico enorme de posibles reacciones frente a un hecho hostil. Y lo que hizo cada uno de acuerdo a sus características, a su temperamento, a su forma de ser, a su mezquindad o no. ¿Quién te iba a decir que íbamos a vivir una pandemia? ¿Y quién nos dice que no vamos a estar expuestos en cualquier momento a algún virus nuevo o una contaminación bacteriológica? Leía hace poco sobre el avance del sarampión, algo que creíamos olvidado. Somos una especie inteligente, pero a la vez frágil y vulnerable. Y también atrevida e irrespetuosa. Que no tiene memoria y se câ?¦ en el medio ambiente y en su propio hábitat. Angustia y vértigo-¿Cómo vislumbrás entonces un futuro que desde tu mirada se está definiendo a partir de este momento? ¿Con aprensión, con temor, con curiosidad?-Temor no es la palabra. Eso tiene que ver con la edad. Es una detención el miedo, ya no me lo permito. Te petrifica, te anula, te pone cobarde. Lo que tengo es vértigo. Y angustia por las generaciones jóvenes. Lo que más me angustia es que nosotros no hayamos tenido la chance de allanarles el camino a los que vienen para que la tengan más fácil. No encontramos la fórmula todavía. "La lucha por la supervivencia es inherente a la condición humana. Hoy tendríamos que pedirle disculpas de rodillas a aquella señora que en pandemia salió con su sillita a tomar sol en una plaza"-Hablando de generaciones más jóvenes, desde el principio de la historia vemos a Juan Salvo tomando decisiones que no son muy agradables, pero están dirigidas a proteger a sus seres queridos. De los tantos guiños cinéfilos que la serie ofrece hay un homenaje a la versión de La guerra de los mundos que dirigió Steven Spielberg, con Tom Cruise. -Esta revitalización de El eternauta va a dar mucha tela para cortar. Uno de los grandes derechos que tiene hoy el espectador es la posibilidad de resignificar todo lo que está viendo. Tenemos cada vez más cosas a nuestra disposición. La cantidad de series, películas y proyectos audiovisuales que vemos por mes hoy no resiste ninguna comparación con la historia, incluso la más reciente. Estamos hiperentrenados, como nunca antes. Y eso nos habilita a resignificar esta historia hacia el lugar que nos toque. -La última resignificación de El eternauta que conocemos fue ideológica, presidida por una imagen del expresidente Néstor Kirchner con el traje y la máscara del personaje. -Eso, creo yo, fue producto de un grupo que le asignó a Kirchner la importancia que ellos creían que tuvo en ese momento y por eso hicieron ese paralelismo. El resultado fue algo que me parece imprudente. Una especie de apropiación, como si la historia perteneciera nada más que a ese grupo de personas. Y eso es un poco injusto. -Se viene hablando mucho de la crisis de la producción audiovisual en la Argentina. Pocos rodajes, muy pocos estrenos de películas nacionales en los cines. Y al mismo tiempo se estrena una serie como El eternauta, enorme y ambiciosa, con un gran despliegue artístico, técnico y humano. ¿Cómo se resuelve esta aparente contradicción?-No lo sé. Es lamentable que haya tan pocas películas argentinas en producción y que al mismo tiempo la gente no esté yendo al cine a verlas. Y no lo hace porque no está estimulada por el contexto, por la coyuntura. Además, el cine en general está resentido en ese mismo renglón en todo el mundo. Tal vez la aparición de El eternauta pueda ayudar a reflexionar y a reconsiderar cosas, y sobre todo a destacar el valor que tiene cada uno de los integrantes del sector audiovisual en la Argentina. -¿De qué manera? -Nosotros, que hemos sido muy valorados en el exterior, ahora nos encontramos con un grupo de personas con poder que en nuestro país está poniendo en duda precisamente ese valor. En vez de estimularlo le pone una mano en el pecho y lo detiene, creyendo que de esa manera se va a evitar la corrupción. Yo no estoy de acuerdo con eso. La única forma de evitar la corrupción es con auditorías, con seriedad, metiéndose, encargándose y ocupándose. Pero no tachando o haciendo desaparecer toda una industria. En ese sentido, El eternauta puede aportar una nueva visión y ayudar a la reflexión de todos, porque enojarse no sirve. El que se enoja, pierde. Tenemos que arrimar opciones de reflexión para salir de esta situación que es un freno injusto, innecesario y doloroso en términos históricos para nuestro país. -Fuera de tu recorrido teatral con Escenas de la vida conyugal por España, le dedicaste prácticamente todo tu tiempo en estos últimos dos años a El eternauta. ¿Qué hay en el futuro cercano para vos?-Arrancamos a fines de mayo a rodar una nueva película, a la que le tengo mucha confianza. Allí vuelvo a juntarme con Diego Peretti, por primera vez después de que hicimos juntos La señal. Cuanto tiempo pasóâ?¦ Va a ser una comedia dramática muy ácida, muy áspera. Estamos muy entusiasmados con este proyecto que va a dirigir Hernán Goldfrid, con quien ya hice Tesis para un homicidio. Estoy con eso y con el teatro, que nunca abandono, a la espera de la segunda temporada de El eternauta, con la que estoy comprometido desde el principio. Siempre supe que van a ser dos temporadas, porque ahí termina la historia. -Vas a tener otros 100 días de filmación, por lo menos. -Ojalá, pero me parece que van a ser muchos más. La segunda temporada tendría a lo mejor más capítulos que la primera. Todo lo que sigue va a ser muy trabajoso. -¿Quedaría para el año que viene?-Con suerteâ?¦
En 2025, se conmemoró el 30° aniversario de la muerte de la cantante tejana Selena Quintanilla Pérezâ??, una de las figuras más relevantes de la música latina en Estados Unidos y en el mundo. Y si bien la fama de la también llamada "Reina del Tex-Mex" derivó en múltiples producciones audiovisuales sobre su vida y muerte a manos de su presidenta del club de fans, la cinta de los años 90 protagonizada por Jennifer Lopez fue la pionera.La relevancia de la película Selena para sus protagonistasLa primera película de Selena llevó su nombre tal cual y se lanzó en 1997. En aquel momento, el material no solo representó un mayor auge para la memoria de la "Reina del Tex-Mex" y para su familia, sino también para ciertos actores que si bien en aquel momento iniciaban sus carreras, hoy día permanecen como rostros destacados.En su momento, Selena recaudó más de US$35 millones de dólares en taquilla, lo cual la convirtió en un éxito financiero dado su limitado presupuesto inicial de US$20 millones de dólares. Aunque hoy en día es todo un clásico, el metraje también sirvió para impulsar el auge de la música tejana y latina en EE.UU., un fenómeno que también permitió a los actores de la película consolidar la popularidad que tienen en la época actual.Jennifer López (Selena Quintanilla)En el momento de las filmaciones de Selena, Jennifer López tenía 28 años, y encontró en la cinta la oportunidad de obtener su primer protagónico. A sus 55 años, JLo es hoy una megaestrella de la música latina a nivel internacional.Pocos años después de la cinta, la carrera de JLo despegó a nivel global y logró consolidarse como un rostro conocido tanto en el ámbito de la música como en el de la actuación de la mano de otras grandes producciones de Hollywood. Su trabajo más reciente se puede ver en la serie de Netflix Office Romance, en donde curiosamente vuelve a compartir créditos con Edward James Olmos, su "padre" en Selena. â??Jon Seda (Chris Pérez)Jon Seda tenía 26 años al momento de Selena, y actualmente tiene 54. Su parecido con Chris Pérez (el esposo de Selena en la vida real) lo impulsó a convertirse en uno de los galanes latinos más cotizados de la farándula estadounidense durante varios años.Hoy en día, Seda sigue activo en el mundo del espectáculo y entre sus trabajos destacados figuran series como Chicago P.D. y La Brea.â??Lupe Ontiveros (Yolanda Saldívar)La intérprete de la asesina de Selena tenía 54 años de edad al momento de filmar la película y, aunque este fue uno de sus papeles más relevantes, también logró resaltar en producciones como The Goonies, Real Women Have Curves y Our Family Wedding.Aunque a finales de la década de los 2000, Ontiveros también realizó importantes trabajos de doblaje para dibujos animados, murió en julio de 2012 tras ser diagnosticada con cáncer de hígado.Edward James Olmos (Abraham Quintanilla)Si bien Edward James Olmos ya era un actor de renombre en EE.UU. para cuando Selena estrenó en 1997, su trabajo en esta cinta le valió mayor exposición entre el público latino.Además de su reciente incorporación a Netflix junto a J.Lo para la serie Office Romance, conviene recordar que otros trabajos importantes de Olmos fueron posibles gracias a Battlestar Galactica, Blade Runner y Blade Runner 2049.Jacob Vargas (A.B. Quintanilla)El encargado de dar vida al hermano mayor de Selena en la cinta de 1997 tiene hoy 53 años. Fue en esta película en donde pudo consolidarse como un actor versátil de Hollywood, y además, ganó relevancia entre el público latino de la época. Más allá de la cinta biográfica de Selena Quinanilla, Jacob Vargas apareció en series como Mayans M.C. y películas como Mr. Iglesias.
A los 38 años y con más de dos décadas de una carrera exitosa, Edinson Cavani está intacto. A pesar de que los goles se le hayan negado últimamente y de que su espalda acusó recibo del paso del tiempo, a pesar de las críticas que en ocasiones aparecen con cierta facilidad, Cavani no baja la mirada. Sabe quién es y qué vino a hacer a Boca, y en eso se enfoca."Es un buen momento, sí", arranca, con esa calma uruguaya que lo caracteriza, en una entrevista que le brindó a Radio Continental. "Más allá de algún tropezón que hayamos tenido, hemos mostrado un poco más de solidez, como grupo. Esas son buenas señales".En agosto de 2023 se calzó la camiseta azul y oro por primera vez, luego de un recibimiento épico en la Bombonera. Un año y medio después quiere ganar su primer título con el club en el Apertura y mantiene la ilusión intacta de jugar el Mundial de Clubes. Para Cavani, Boca es una etapa intensa y definitiva. Lo vive con la seriedad de quien sabe que cada paso deja marca: "No es fácil lograr madurez como equipo, más en un club como Boca. Acá el hincha quiere ganar títulos, como nosotros. Es normal que nos exija".La identidad, para él, es clave. El equipo â??según analizaâ?? va encontrando su forma a pesar del recambio constante: "Este es un club grande y siempre hay recambio porque hay figuras que se venden o se tienen que ir por diferentes motivos. No es fácil encontrar la regularidad". View this post on Instagram A post shared by Futbolcontinental (@futbolcontinentalok)La cuestión del Boca visitante â??aquel que sufre más lejos de la Bomboneraâ?? también merece su reflexión: "Ya hace unos cuantos partidos, más allá del tropezón con Newell's, el equipo va logrando de a poquito ser más sólido afuera. Lo más importante es que encontremos cada vez más esa identidad como equipo y club".Pero el eje de cualquier conversación con Cavani siempre vuelve a lo mismo: el gol. Ese que hoy se le niega y que lo pone en el centro del debate. Y él lo sabe. "Uno se siente con la necesidadâ?¦ y soy el primero que tiene ganas. Me pueden decir mil cosas, pero son momentos. Y es una cuestión de energía", admite. "La única forma es tener calma".Y en esa misma línea, deja en claro cuál es su presente emocional: "Hoy me siento feliz, contento, más allá de no tener gol. Estoy en un lugar espectacular. El día que yo no esté más contento, con todo el dolor del mundo, seré claro y le diré a Román y a la gente lo que sea, y daré un paso al costado".Incluso asume que si llega el momento de ceder lugar, lo hará sin reproches: "Si en algún momento me toca esperar porque hay un compañero mejor, estoy dispuesto a esperar para aportar lo mejor".De su entendimiento en ataque, explica que la clave no está en nombres propios, sino en ideas: "No sé si cambia que juegue Merentiel o Milton conmigo, pero creo que los equipos tienen que tener una identidad. Con una idea clara todos tiramos para el mismo lado".El Superclásico se viene, pero Cavani mantiene el foco: "River está cerca pero es importante ganar el partido que viene. Un clásico es un clásico, llegues ganando o perdiendo. Salís a la cancha a dar la vida. Pero no es lo mismo llegar con confianza a llegar con dudas".También hay tiempo para hablar de su físico. De esa espalda que le viene dando pelea: "Vamos mejor. Ya estamos casi. Hoy me puse a hacer unas piruetas con mi hija y me acordé que ya no puedo ciertas cosas y que me tengo que cuidar un poquito".Y de la construcción de este Boca bajo Gago, es contundente: "Siento que este Boca tiene identidad y la va generando. No es en cuestión de un mes o cinco partidos, sino de un camino que se va creando".Edi no le escapa tampoco a hablar del trabajo invisible del delantero: "Dentro de un partido hay muchas situaciones que no se ven. Muchas veces se ven los resultados finales. Esa es la contra del delantero, porque nuestro trabajo es aportar goles y si no se hace gol se opina de una forma".A esta altura, Cavani no se deja arrastrar por la opinión ajena: "Que opinen, que digan lo que quieran. Lo que me importa es lo que sientan mis compañeros".El crack uruguayo tampoco esquiva las injusticias: como el gol anulado frente a Barracas. "Es incómodo, te frustra. ¿Los árbitros no leen el reglamento de la misma manera? Estás jugando en una baldosa", protestó. "Te da tristeza, te frustra, pero puede haber interpretado que fue falta. Ya pasó".Sobre el rol de Gago, fue tajante: "Si algún día me entero que un compañero intenta voltear a un entrenador, primero me voltean a mí. Yo tener un compañero así no quiero. Seré el primero en plantarme a hablar".También hubo tiempo para valorar la recuperación de Marcos Rojo: "Le puso unos huevos bárbaros. Se puso a laburar a full y a querer mejorar. Eso es lo que uno rescata y admira".Y se permitió una sonrisa ante una pregunta más distendida que le hizo el Beto Alberto Márcico: ¿vino o champagne? "Con el tiempo le empecé a agarrar el gustito al vino, metiéndome en ese mundo", admitió el Matador, que además dejó un consejo para los más chicos: mantenerse al margen de las críticas.El mismo que hoy, con menos goles y más liderazgo, siente que todavía tiene cosas para dar. Y que su forma de estar vigente es tan simple como profunda: "El día que no pueda correr más, no jugaré más".
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Puede afectar tanto a hombres como a mujeres.Es una técnica utilizada en el mundo de las citas, pero también puede aparecer dentro de relaciones establecidas.
Fundó las revistas Faro y Europa, el semanario España, y los periódicos El Espectador y El Sol. Tuvo una intensa relación con la Argentina. De 1911 a 1914 escribió en La Prensa, de Buenos Aires. Pero fue la Revista de Occidente, hoy por cumplir 102 años, su proyecto más personal y entrañable, con un staff por donde pasó la flor y nata del pensamiento y la cultura de la primera mitad del siglo XX. Desde 1923, José Ortega y Gasset fue colaborador destacado de LA NACION, que se convirtió en una tribuna de sus ideas, ágora y plazuela de trascendencia global.El tiempo político que vivimos hoy tiene fecha de inicio, 2008. La caída de Lehman Brothers demostró que estamos en manos del capitalNunca pudo acostumbrarse a la máquina de escribir. Escribía con pluma y su secretaria, Lolita Castillo, tecleaba los artículos, que no esquivaron ningún género. Compilados, muchos de ellos se convirtieron en libros clásicos: España invertebrada y La rebelión de las masas, por ejemplo.Fue justamente este último libro el que acercó a Ignacio Blanco Alfonso la obra de José Ortega y Gasset. Fue durante sus tiempos de estudiante, cuando su profesor de Literatura Española Contemporánea de la carrera de Filosofía, que por entonces cursaba, se lo dio para leer. "Ahí me di cuenta -recuerda Blanco Alfonso durante una entrevista con este diario- de que Ortega nunca había escrito ese ensayo como libro. La rebelión de las masas era una recopilación de sus artículos. Me sorprendió un contenido sociológico tan profundo explicado con tanta sencillez. La clave era su prosa periodística. Ahí decidí convertir mi investigación en una tesis doctoral sobre el periodismo de Ortega".-¿Qué descubre en ese proceso?-Que el periodismo para Ortega lo fue todo. Absolutamente todo. Nace ya periodista y su vocación, por lo tanto, crece de un modo natural. Precozmente él tiene una inclinación espontánea hacia la escritura. Pero estudiando filosofía advierte que va camino a convertirse en un intelectual. Al mismo tiempo, sabe que publicar en la prensa le puede penalizar su faceta filosófica. La filosofía se ejercía de forma más clásica, no en una página volante de un periódico.-¿Cree que se sentía más cómodo como periodista?-Bueno, veía el periodismo con espíritu crítico. Le criticaba que solo le interesa la noticia del día y a todo lo importante le resta atención. Le interesa el suceso, decía.-Curioso que, dicha en presente, la observación no desentone para nada.-Sí. También nos pasa hoy. De hecho, Ortega dice que cuanto más sustantiva es una noticia menos caso le hacen los periódicos.-Cuánta actualidad.-¿Sí, verdad? Esto lo dijo hace cien años y parece estar hablando del presente. Creo que su pensamiento tiene tanta actualidad porque nuestra sociedad es una evolución de aquella sociedad de masas de la que hablaba Ortega. Pasamos del hombre-masa al hombre-red.-Si se trata de una evolución, uno y otro deben conservar algún parecidoâ?¦-Compartimos un poco el rasgo de superficialidad del hombre-masa, un hombre fácilmente manipulable, que profundiza poco, seducido por las ideas espontáneas que se le ocurren. Esto es fruto del desconocimiento del esfuerzo histórico que fue necesario para llegar al estado de bienestar que disfruta hoy. Da todo por hecho y no cuida ni protege los derechos, las instituciones, el marco jurídico, sin pensar que las democracias pueden llegar a morir también. Ortega, al igual que Walter Lippmann, intelectual americano y también periodista, decía que en las democracias liberales la gestión de la opinión pública es crucial para la salud institucional y no se puede dejar las noticias en manos irresponsables.-¿Por eso lo trataban de elitista o aristocrático?-Ortega reclamaba rigor en el manejo de la información. Creo que a la palabra aristocracia en su obra se la interpreta mal. Aristócrata, etimológicamente, es el mejor. Ortega se refiere a esa élite de hombres que se exigen más a sí mismos que a los demás.El héroe cotidiano, alguien que tiene vocación por vivir de acuerdo con sus principios. Eso es heroísmo para Ortega-Ese hombre al que él llama el héroe cotidianoâ?¦-Claro. El héroe cotidiano, alguien que tiene vocación por vivir de acuerdo con sus principios. Eso es heroísmo para Ortega. Todos tenemos un fondo insobornable al que deberíamos proteger siendo consecuentes con nuestro ideario, decía. Lo decía el poeta griego Píndaro 500 años antes de Cristo: sé el que eres, llega a ser ese que eres en tu interior. Ese es el concepto de aristocracia para Ortega.-¿Qué lección hay allí para los periodistas?-Tiene que ver con que el periodismo ejerza con autenticidad la vocación del periodista, esencial en una república. La información es la sangre que circula por las venas de la democracia. Y en ese sentido, la función social del periodista es básica para que una democracia funcione.-Son conceptos que conviene recordar, en momentos en que es tan común es el ataque a la prensa desde el poder.-Siempre ha ocurrido así. La frase esa de no maten al mensajero va por ahí. Yo me limito a contar lo que hay. Lo investigo, lo compruebo y voy a por la verdad. Le pese a quien le pese. Esto es casi como un sacerdocio, un servicio público, muy sacrificado. De todos modos, creo que vamos a vivir una nueva edad de oro del periodismo.-¡Qué esperanzador!-El otro día escribí el epílogo de un libro que me pidieron y lo titulé "La nueva edad de oro del periodismo". Creo que va a ser la única fuente de datos confiables. La información que llega por las redes, por X por ejemplo, produce inseguridad. No identifico el emisor, la fuente, y no sé entonces qué intenciones alberga. No me puedo fiar. No sé quién me habla y por qué. Los medios tradicionales son ya y serán las únicas fuentes serias y confiables, con información chequeada, sin falsedades.-¿Siente vibrar este espíritu entre sus alumnos?-Hay brotes muy prometedores. Yo dirijo un máster de periodismo cultural desde hace diecisiete años. En cada curso siempre hay un grupo de 15 o 20 que deciden dedicarse a la cultura. Es muy inspirador. No sé dónde termina esto, pero soy optimista.-¿Qué necesitan estos futuros periodistas?-Hay que proporcionarles un buen fundamento filosófico que les ayude a entender cómo se construye la realidad social. No hay verdades absolutas. Este es uno de los grandes temas de Ortega. ¿Existe la verdad?-¿Existe?-Por supuesto que existe. ¿Se la puede alcanzar ciento por ciento? No siempre, porque nuestra realidad siempre es limitada. Ortega decía que solo se la puede ver desde el lugar que cada uno ocupa fatalmente en el universo. Y también, que la mayor parte de nuestro conocimiento del mundo exterior no procede de nuestra experiencia directa de él, sino de lo que nos han contado de ese mundo exterior.-Un mundo complejo al que ahora hay que agregarle las redes.-Las redes no dejan de ser la caverna de Platón. Lo cierto es que todo está dicho ya desde Platón y de Aristóteles. El mito de la caverna dice que ahí están sentados unos individuos de tal suerte que solo pueden mirar en una dirección, y en la pared de la caverna ven el reflejo de sombras de unos objetos que otros hombres portan detrás de ellos. En medio, una hoguera y las sombras que muestran algo difuso y ambiguo, pero como no han visto otra cosa, creen que las sombras son los objetos mismos. Algo parecido nos ocurre hoy. Leemos un diario, cualquiera que sea, y creemos que estamos leyendo la verdad, viendo la realidad, y no un relato posible de la realidad.-Pero las nuevas generaciones no consumen los canales clásicos.-Sí, es una realidad con la que tenemos que aprender a convivir.-¿Y desde la filosofía, cómo se ve esto?-Como una de las características de nuestro tiempo. Habrá un gran problema de construcción de la personalidad si no prestamos atención a lo que está produciendo la tecnocracia. A la tecnocracia le interesa más que nada maximizar su beneficio, no lo que le puede pasar a tu hijo. A los hijos de los tecnócratas no les permiten pantallas ni móvil. Saben lo que significa.-¿Estamos sometidos a la infoxicación?-A un relato de la realidad que cada uno vive, diría yo. El hombre es muy limitado para aprehender toda la verdad. Lo que sí podemos hacer es integrar perspectivas, puntos de vista. Eso es muy orteguiano. Diferentes fuentes, diferentes opiniones, diferentes medios, incluso medios que tienen posiciones editoriales distintas.-Pero para eso tendríamos que ser tolerantes con el que piensa diferente, y no parece que lo logremos.-No lo parece por los políticos. Quieren el poder y siempre lo han querido. Lo que mueve al mundo no es el sexo, y en eso discrepo de Freud, sino el poder. Y los políticos hacen lo que sea para conservarlo-Ortega los llamaba "individuos de segunda clase". ¿No han evolucionado?-Por supuesto que no. Y de hecho sería interesante ver a los grandes políticos a lo largo de la historia y compararlos con los que tenemos hoy. No sé si pasarían la prueba. Churchill ha pasado la prueba del tiempo. No sé si Milei la pasará. La Reina Isabel de Inglaterra ha pasado la prueba del tiempo, pero no sé si Pedro Sánchez la pasaría. Creo que la política nos da una dimensión de nuestro tiempo. Ortega dice: "Todo hombre es todo aquello que su tiempo le invita a ser".-¿Y qué nos invita a ser este tiempo?-Creo que el tiempo político que estamos viviendo hoy en particular tiene fecha de inicio y fue 2008. La caída de Lehman Brothers. Eso ha demostrado que estamos en manos del capital. También de segunda clase en ese sentido. No es una crítica, es una descripción.Creo que los políticos gestionan las migajas que les deja el poder económico. La crisis de 2008 devino en un terreno propicio para el populismo, para el surgimiento de políticos como Milei o Donald Trump. O para que ocurriera un Brexit en 2015. Vivimos un tiempo en el que lo improbable acaba ocurriendo.-Ante la tolerancia de la sociedadâ?¦-Hay una indolencia de una sociedad hedonista y acomodada que elige a estos políticos que están en los extremos. No deja de ser una sociedad egoísta. Acuerdo con Steven Levitsky, autor junto a Daniel Ziblatt del libro Cómo mueren las democracias: la democracia no muere de repente, muere lentamente, es una agonía. Y en eso estamos.Desde que llegó al país, en julio de 1916, Ortega entabló con la Argentina una relación de particular intensidad que se extendió a lo largo de toda su vida.Volvió dos veces y, en la última (1939) se quedó tres años como exiliado del franquismo. Símbolo de aquel flechazo es la frase que -grabada a fuego en el inconsciente colectivo nacional- aún hoy nos interpela: "Argentinos, a las cosas".Vale la pena recordar el párrafo que contenía ese convite a la acción, pronunciado durante una conferencia que Ortega dio en el Salón Dorado de la Municipalidad de La Plata en noviembre de 1939: "Tengo una gran fe en mi prédica -paladina o solapada, pero constante ante los argentinos-, mi prédica que grita: ¡ Argentinos, a las cosas, a las cosas! Déjense de cuestiones previas personales, suspicacias y narcisismos. No presumen ustedes el brinco magnífico que dará este país el día que sus hombres se resuelvan de una vez, bravamente, a abrirse el pecho a las cosas, a ocuparse y preocuparse de ellas directamente y sin más, en vez de vivir a la defensiva, de tener trabadas y paralizadas sus potencias espirituales, que son egregias, su curiosidad, su perspicacia, su claridad mental secuestradas por los complejos de lo personal".-¿Cree que los argentinos le hicimos caso a Ortega en eso de ir "a las cosas"?-No, decididamente. Creo que a principios del siglo XX la Argentina estaba llamada a ser una de las grandes potencias mundiales.El músculo que tenía ese pueblo era para ser Japón. Y en algún momento eso se perdió. En esa frase yo leo una alerta. Estaba diciendo que toda esa potencia que tenía la Argentina, con toda esa riqueza agrícola y ganadera, si no se proyectaba en un plan de paísâ?¦-Usted deja notar que en sus años finales Ortega sentía un desencanto, un vacío.-Sí, vacío, decepción. Tanto con la política como con el periodismo. En el año 32 empieza lo que se llama su segunda navegación, y escribe más artículos de contenido filosófico. Es como una retirada. Publica, pero ya no vuelve a ser el articulista político que había sido.-Su paso por la política lo decepcionóâ?¦-Lo escribió en una columna de la nacion, en 1932. Pensaba que al político no le interesaba la verdad y lo que sí lo movía era un mero utilitarismo. En este terreno hemos ganado en confort y tecnología, pero no en ética.-¿Qué mundo entonces estamos dejando nosotros?-Vuelvo a decir que yo soy optimista. Creo que cada generación siente que su momento es el más difícil. Pero los problemas siempre son vitales en el momento que se viven. Todos los tenemos y todos debemos convivir con ellos, y con eso hacer la vida. Es la "razón vital" de Ortega, que dice que la vida nos es dada sin pedirla. Nos encontramos con una vida por hacer. Por eso lo primero que hace el hombre es hacer su vida. Nuestra vida se convierte en nuestro quehacer, es el principio de la razón vital. Al "pienso luego existo" de Descartes, Ortega dice no: porque existo, pienso. Antes que el pensamiento, la vida.-¿Cómo aprovechar hoy ese ideario?-Él dice esa famosa frase "Yo soy yo y mis circunstancias, si no la salvo a ella no me salvo yo". Salvación en el sentido de vivir este momento tomando las decisiones que el contexto exige, haciéndonos cargo, resolviendo. Hay problemas que nos alarman, pero antes había otros, quizá peores. Creo que vamos en la dirección correcta. Ã?Viene de página 3Creo que los políticos gestionan las migajas que les deja el poder económico. La crisis de 2008 devino en un terreno propicio para el populismo, para el surgimiento de políticos como Milei o Donald Trump. O para que ocurriera un Brexit en 2015. Vivimos un tiempo en el que lo improbable acaba ocurriendo.-Ante la tolerancia de la sociedadâ?¦-Hay una indolencia de una sociedad hedonista y acomodada que elige a estos políticos que están en los extremos. No deja de ser una sociedad egoísta. Acuerdo con Steven Levitsky, autor junto a Daniel Ziblatt del libro Cómo mueren las democracias: la democracia no muere de repente, muere lentamente, es una agonía. Y en eso estamos.Desde que llegó al país, en julio de 1916, Ortega entabló con la Argentina una relación de particular intensidad que se extendió a lo largo de toda su vida.Volvió dos veces y, en la última (1939) se quedó tres años como exiliado del franquismo. Símbolo de aquel flechazo es la frase que -grabada a fuego en el inconsciente colectivo nacional- aún hoy nos interpela: "Argentinos, a las cosas".Vale la pena recordar el párrafo que contenía ese convite a la acción, pronunciado durante una conferencia que Ortega dio en el Salón Dorado de la Municipalidad de La Plata en noviembre de 1939: "Tengo una gran fe en mi prédica -paladina o solapada, pero constante ante los argentinos-, mi prédica que grita: ¡ Argentinos, a las cosas, a las cosas! Déjense de cuestiones previas personales, suspicacias y narcisismos. No presumen ustedes el brinco magnífico que dará este país el día que sus hombres se resuelvan de una vez, bravamente, a abrirse el pecho a las cosas, a ocuparse y preocuparse de ellas directamente y sin más, en vez de vivir a la defensiva, de tener trabadas y paralizadas sus potencias espirituales, que son egregias, su curiosidad, su perspicacia, su claridad mental secuestradas por los complejos de lo personal".-¿Cree que los argentinos le hicimos caso a Ortega en eso de ir "a las cosas"?-No, decididamente. Creo que a principios del siglo XX la Argentina estaba llamada a ser una de las grandes potencias mundiales. El músculo que tenía ese pueblo era para ser Japón. Y en algún momento eso se perdió. En esa frase yo leo una alerta. Estaba diciendo que toda esa potencia que tenía la Argentina, con toda esa riqueza agrícola y ganadera, si no se proyectaba en un plan de paísâ?¦-Usted deja notar que en sus años finales Ortega sentía un desencanto, un vacío.-Sí, vacío, decepción. Tanto con la política como con el periodismo. En el año 32 empieza lo que se llama su segunda navegación, y escribe más artículos de contenido filosófico. Es como una retirada. Publica, pero ya no vuelve a ser el articulista político que había sido.-Su paso por la política lo decepcionóâ?¦-Lo escribió en una columna de LA NACION, en 1932. Pensaba que al político no le interesaba la verdad y lo que sí lo movía era un mero utilitarismo. En este terreno hemos ganado en confort y tecnología, pero no en ética.-¿Qué mundo entonces estamos dejando nosotros?-Vuelvo a decir que yo soy optimista. Creo que cada generación siente que su momento es el más difícil. Pero los problemas siempre son vitales en el momento que se viven. Todos los tenemos y todos debemos convivir con ellos, y con eso hacer la vida. Es la "razón vital" de Ortega, que dice que la vida nos es dada sin pedirla. Nos encontramos con una vida por hacer. Por eso lo primero que hace el hombre es hacer su vida. Nuestra vida se convierte en nuestro quehacer, es el principio de la razón vital. Al "pienso luego existo" de Descartes, Ortega dice no: porque existo, pienso. Antes que el pensamiento, la vida.-¿Cómo aprovechar hoy ese ideario?-Él dice esa famosa frase "Yo soy yo y mis circunstancias, si no la salvo a ella no me salvo yo". Salvación en el sentido de vivir este momento tomando las decisiones que el contexto exige, haciéndonos cargo, resolviendo. Hay problemas que nos alarman, pero antes había otros, quizá peores. Creo que vamos en la dirección correcta.ESTUDIOSO DEL PERIODISMOPERFIL: Ignacio Blanco AlfonsoIgnacio Blanco Alfonso es catedrático de Periodismo en la Universidad CEU San Pablo, de Madrid.Se doctoró con una tesis sobre los géneros periodísticos en la obra de José Ortega y Gasset (premio extraordinario de doctorado, 2003). Especialista en el pensamiento y la obra del filósofo madrileño, ha sido miembro del equipo de edición e investigación de sus Obras completas.Es director del Centro de Estudios Orteguianos, de la Fundación Ortega-Marañón.Vicedecano de Investigación, Posgrado y Profesorado de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Comunicación de la Universidad CEU San Pablo. Director del Máster en Periodismo Cultural. Fundó y dirigió el Máster en Verificación Digital, Fact-Checking y Periodismo de Datos (CEU & Newtral) entre 2020 y 2023.Dirige Doxa Comunicación, revista interdisciplinaria de Estudios de Comunicación y Ciencias Sociales, desde 2012.Ha sido visiting scholar en las universidades de Génova (Italia) en 2007, del Pacífico (Lima, Perú) en 2015, de Cambridge (Reino Unido) en 2017, y de la Universidad Católica de Argentina, 2023.Es life member del Clare Hall College de la Universidad de Cambridge, y Fellow de la Fondazione Bogliasco (Italia).ORTEGA Y GASSET, COLUMNISTA Por Ana D'Onofrio"Tiempo, distancia y forma en el arte de Proust", una columna a cuento de la muerte del autor de En busca del tiempo perdido, marca el debut de José Ortega y Gasset en LA NACION, el 14 de enero de 1923. Dos meses más tarde firmó "El ocaso de las revoluciones", parte de El tema de nuestro tiempo, un libro muy significativo que el diario publicó por entregasHabía firmado un contrato por el que recibiría 500 pesetas por artículo, lo que al año serían unas 24.000 pesetas si enviaba cuatro al mes. La cifra fue determinante para cerrar el trato, ya que a Ortega se le hacía difícil vivir solo de su cátedra universitaria y de las colaboraciones que simultáneamente publicaba en el diario español El Sol. Años más tarde, cuando cortó su relación con este último periódico por diferencias con su línea editorial, y El Espectador dejó de editarse debido a la Guerra Civil Española, LA NACION se convirtió en su único ingreso.El grueso de sus colaboraciones sumaron 226 y se publicaron entre 1923 y 1940. A estas hay que sumar tres más, aparecidas en junio-julio de 1952, sobre los coloquios realizados en la ciudad alemana de Darmstad durante un encuentro sobre arquitectura al que asistieron, claro está, muchos profesionales de la especialidad, aunque la nota fue la presencia de dos figuras predominantes de la filosofía de la época, el alemán Martin Heidegger y el propio Ortega.Antes de su segunda visita a la Argentina, que hizo en 1928, ya había publicado 75 artículos sobre una amplia gama de temas. Como dice Marta Campomar, autora de Ortega y Gasset en la nacion, "no hay oficio, incluyendo el de teólogo, con el cual no haya polemizado desde las columnas".El éxito y la trascendencia del filósofo en Hispanoamérica creció exponencialmente en la década del 20, y así se puso de manifiesto en este nuevo viaje, promovido y financiado por la sociedad Amigos del Arte y el propio diario.Pero habían pasado los años, Ortega y los argentinos ya se conocían y no faltaron críticas de intelectuales locales ante su llegada. Campomar habla en su libro de "agresiva bienvenida" al filósofo. Provenían, podría pensarse, de almas incómodas ante el espejo que en letras de molde mostraba el pensamiento de Ortega."La Pampaâ?¦ promesas", primera parte de un artículo titulado "Intimidades", que publicó en El Espectador al regresar a España, había generado especial escozor. Allí Ortega decía: "Acaso lo esencial de la vida argentina es eso, ser promesa. [...] Casi nadie está donde está, sino por delante de sí mismo. [...] Cada cual vive vive desde sus ilusiones como si ellas fuesen ya la realidad"."El hombre a la defensiva" fue la segunda parte de ese escrito, y Ortega se refirió a ese texto en la nacion del 13 de abril de 1930, en un artículo que tituló: "Por qué he escrito el hombre a la defensiva". Dice ahí que hay una "hostilidad germinante" en su contra, que él ya había sospechado y asumido antes de escribir "Intimidades". Pero, explica, su deuda con la Argentina es tan grande que no ha tenido más remedio que asumir su obligación y señalar su desmoralización.Desde su regreso a España y hasta 1940, Ortega firmará 151 columnas en este diario, que será durante todo ese tiempo su tribuna americana. En 1931 rompe relaciones con El Sol, cierra El Espectador en 1934 y la Guerra Civil impone en el stand by de la Revista de Occidente en 1936.Cansado y decepcionado, en el verano de 1932 decide dar por terminada su actividad política y da comienzo a lo que se llamó su "segunda navegación", que es, según Campomar, "el comienzo del gran drama espiritual de Ortega".Con Europa convaleciente aún de la Gran Guerra y una España que ya engendraba la Guerra Civil, sus ensayos se apartaron de los temas políticos y el lenguaje combativo para tomar un cariz filosófico, más suave y a tono con el contenido de sus reflexiones.Al pesar que le causa la muerte de su amigo Miguel de Unamuno en diciembre de 1936, a quien despide con un obituario titulado "Unamuno ha muerto de mal de España", los meses siguientes le suman otro mal trago. Una columna del escritor Alfonso de Laferrere ("La idolatría del intelectual"), publicada en la nacion el 11 de julio de 1937, donde se lo responsabiliza de empujar a España al "holocausto" de la República, es percibida como una afrenta por Ortega y renuncia al diario.Más de dos años tardó el director del suplemento literario de la nacion, el escritor Eduardo Mallea, en convencer al pensador para que volviera al diario. Le escribe carta tras carta hasta que finalmente, a mediados de 1939, Ortega viaja a la Argentina, se restablece el vínculo y su firma vuelve a estas páginas, pero solo por un año.Lo aquejan varias cosas: el exilio, la nostalgia, los problemas económicos y una salud que empieza a fallar. No quiere escribir más artículos, al menos de forma continuada. En el sexto tomo de las Obras Completas, que reúne textos publicados entre 1941 y 1955, año de la muerte de Ortega (entonces de 72 años), se explica que "en esta época son muy pocas las obras que responden a esta forma de publicación que había sido tan propia del filósofo".
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La toma de posesión de Donald Trump se lleva a cabo en el Capitolio de Estados Unidos en Washington, D.C., este lunes 20 de enero. Al evento, el republicano llegó acompañado de su esposa, Melania Trump, la exmodelo de 54 años que para muchos es un ícono de moda. Para este Día de la Inauguración, este es el outfit de la nueva primera dama.La exmodelo, nacida en Yugoslavia, se casó con el magnate inmobiliario el 22 de enero de 2005 y juntos tienen un hijo llamado Barron, que nació el 20 de marzo de 2006. Cuando Trump asumió su primer mandato como presidente de EE.UU., ella se convirtió primera dama; la segunda nacida en el extranjero desde Louisa Adams, esposa de John Quincy Adams.Así fue el look que eligió Melania Trump en 2017En 2017, cuando el republicano ocupó por primera vez el cargo como presidente de Estados Unidos, su esposa lució un vestido azul cielo con un bolero estructurado y guantes a juego. También llevaba el cabello recogido en un moño. De acuerdo con analistas de moda, el look recordó al la exprimera dama Jacqueline Kennedy Onassis, conocida por su estilo clásico.El vestido fue una creación personalizada del diseñador estadounidense Ralph Lauren. "El atuendo que Trump usó para su día inaugural incluyó una chaqueta corta de cachemira de Ralph Lauren Collection, un vestido de cuello alto de cachemira, guantes de gamuza y un bolso de gamuza", confirmó un portavoz de Ralph Lauren a ABC News.El outfit de Melania Trump en la toma de posesión 2025En las primeras imágenes que fueron compartidas por diversos medios de comunicación, y las transmisiones en vivo de la ceremonia de la toma de protesta, se puede ver a Melania Trump con un abrigo, una falda de lana de seda, una blusa color marfil y un sombrero a juego.El diseñador del outfit es Adam Lippes, quien en un comunicado señaló: "La tradición de la investidura presidencial encarna la belleza de la democracia estadounidense y hoy tuvimos el honor de vestir a nuestra primera dama, la señora Melania Trump"."El atuendo de la señora Trump fue creado por algunos de los mejores artesanos de Estados Unidos y me enorgullece mostrar ese trabajo al mundo" añadió.De acuerdo con Vogue, durante el primer mandato del republicano, su esposa vistió sobre todo marcas europeas, como Dolce & Gabbana y Alexander McQueen. Mientras que durante la reciente campaña presidencial de Trump, ella eligió Christian Dior, por lo que "la elección de Lippes parece especialmente acertada", señalan.La marca del diseñador nacido y radicado en Nueva York es considerada como una empresa independiente con poco más de una década de antigüedad. La elección de este creador, marca una gran diferencia con la del 2017, cuando optó por uno de los diseñadores más reconocidos de la moda."Lippes, sin embargo, aunque no es un nombre conocido, ha sido uno de los diseñadores de referencia de la nueva Primera Dama", aseguran.La revista precisa que la elección de Lippes sugiere que Melania Trump "seguirá interactuando con la comunidad de la moda a su manera, en particular mientras reafirma el poder de su puesto para impulsar a las empresas estadounidenses independientes y en ciernes como algunos de sus predecesores".El sombrero le jugó una mala pasada a la primera damaEl atuendo de la nueva primera dama ya causó las primeras reacciones, y algunos aseguran que su elección le jugó una mala pasada. En las fotografías es difícil ver su rostro, debido al tamaño del sombrero. Además, al momento de que Trump se acercó para besarla en la mejilla, la acción resultó complicada.